La propuesta fue hecha por el secretario general de Unasur, Alí Rodríguez, en un documento divulgado este lunes en Quito, donde radica la sede de la secretaría general del bloque suramericano.
Según explica Rodríguez, el tema de los recursos naturales debe ser considerado “como posible eje dinámico y articulador de todas las demás estrategias de puedan diseñarse en materia de industrialización, ciencia y tecnología, así como los siempre complejos problemas de la inversión”.
En su opinión, una estrategia y un plan conjunto entre ambos bloques de países surgen como un imperativo que condiciona cualquier avance consistente en los procesos de integración y unidad de esta inmensa nación.
Rodríguez recuerda que América Latina y el Caribe, con más de 20 millones de kilómetros cuadrados y 600 millones de habitantes, cuentan con un potencial gigantesco para colmar las máximas aspiraciones de sus pueblos.
En ese sentido menciona los enormes recursos energéticos, forestales, hídricos, minerales y la biodiversidad de la región, los cuales, aclara, han sido explotados históricamente por grupos poderosos, y no por sus verdaderos propietarios.
De nada vale tan inmensa riqueza si tantos seres padecen tales niveles de necesidades insatisfechas, aseveró Rodríguez, al recordar que a más de cien millones de latinoamericanos y caribeños aún padecen la humillación de la pobreza, la miseria y el hambre.
El secretario general de Unasur también asegura que la cumbre de la Celac de La Habana representa un nuevo impulso en el esfuerzo de los pueblos latinoamericanos y caribeños por ver materializado su sueño ancestral de verse reunido en una sola nación. Apunta además que la Celac, la Unasur y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) son afluentes que ha brotado en distintos momentos, pero que, en el mismo cause, van formando un gran torrente de pueblos destinados a tener peso específico en el escenario mundial.
Según explica Rodríguez, el tema de los recursos naturales debe ser considerado “como posible eje dinámico y articulador de todas las demás estrategias de puedan diseñarse en materia de industrialización, ciencia y tecnología, así como los siempre complejos problemas de la inversión”.
En su opinión, una estrategia y un plan conjunto entre ambos bloques de países surgen como un imperativo que condiciona cualquier avance consistente en los procesos de integración y unidad de esta inmensa nación.
Rodríguez recuerda que América Latina y el Caribe, con más de 20 millones de kilómetros cuadrados y 600 millones de habitantes, cuentan con un potencial gigantesco para colmar las máximas aspiraciones de sus pueblos.
En ese sentido menciona los enormes recursos energéticos, forestales, hídricos, minerales y la biodiversidad de la región, los cuales, aclara, han sido explotados históricamente por grupos poderosos, y no por sus verdaderos propietarios.
De nada vale tan inmensa riqueza si tantos seres padecen tales niveles de necesidades insatisfechas, aseveró Rodríguez, al recordar que a más de cien millones de latinoamericanos y caribeños aún padecen la humillación de la pobreza, la miseria y el hambre.
El secretario general de Unasur también asegura que la cumbre de la Celac de La Habana representa un nuevo impulso en el esfuerzo de los pueblos latinoamericanos y caribeños por ver materializado su sueño ancestral de verse reunido en una sola nación. Apunta además que la Celac, la Unasur y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) son afluentes que ha brotado en distintos momentos, pero que, en el mismo cause, van formando un gran torrente de pueblos destinados a tener peso específico en el escenario mundial.
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