Por Fortune Modeste Valerio
Las "manifestaciones" y violencia que presentan al mundo las grandes cadenas de noticias internacionales, es parte del Plan mediático de conspiración y desestabilización. Hay que enfrentarla con determinación y firmeza. Teniendo en cuenta que la pelea es peleando.
Las "manifestaciones" y violencia que presentan al mundo las grandes cadenas de noticias internacionales, es parte del Plan mediático de conspiración y desestabilización. Hay que enfrentarla con determinación y firmeza. Teniendo en cuenta que la pelea es peleando.
Cuando el 29 de marzo del 2002, el presidente estadounidense, George W. Bush, utilizó por primera vez el término de eje del mal, para referirse a los países que se oponen a la política de agresión, saqueo y destrucción del imperialismo. Entrábamos en una nueva escalada sangrienta para perpetuar el dominio y control de los países más poderosos del sistema capitalista.
El eje del mal en su primera etapa lo constituían Iran, Irak y Corea del Norte. Con el tiempo, al listado le fueron agregando países de acuerdo con los intereses del imperialismo. El Plan fue concebido para desestabilizar, invadir y derrocar los gobiernos legalmente constituido en aquellos países que están en la mira imperial.
El esquema conspirativo a desarrollar varia de acuerdo con la realidad de cada país. La desestabilización económica, política y social es el denominador común y la campaña mediática, con sus grandes Cadenas Internacionales de Noticias, es el complemento. Arma muy efectiva en estos momentos de globalización.
Los resultados no se hicieron esperar en Asia, África, Medio Oriente. Europa y América Latina. El Imperio logró desestabilizar los países (algunos) en la mira y lograron conseguir sus objetivos. En nuestra región derrocaron gobiernos en Honduras y Paraguay. Cuba, es un hueso duro de roer y Venezuela, su mayor dolor de cabeza.
El imperialismo no pierde tiempo en aprovechar oportunidades para desestabilizar y crear caos en sus objetivos en la mira. En nuestra región, la República Bolivariana de Venezuela es su objetivo inmediato. Todos sus ataques fueron enfrentados y derrotados por el inolvidable presidente Hugo Chávez Frías. Ahora, en su ausencia, quieren pescar en un río superficial y creado por ellos.
Los resultados, después de la muerte de Chávez, no se hacen esperar: Victoria en las elecciones presidenciales que llevaron a la presidencia de la República a Nicolás Maduro Moros, y, una aplastante victoria municipal, que dejaron muy mal parado a la derecha recalcitrante venezolana.
Pero eso no basta, en la primera derrota electoral (para aquellos que hablan de dictadura) la diferencia fue por cerca de 200 mil votos, y en la segunda, las municipales, el margen se amplían en más del millón de votos.
Desde el 1998 al 2014, la Revolución Bolivariana de Venezuela ha ganado 18 de 19 elecciones electorales celebradas en Venezuela. Perdió una vez y tuvo el valor en reconocer la derrota. Lo que desmiente contundentemente eso de dictadura y gobierno autoritario.
Aunque las victorias del chavismo son evidentes, la derecha recalcitrante conserva fuerza en los partidos tradicionales que han sido desplazado del poder. Fuerza suficiente para crear un lio, y no es de ropa.
La tarea no es fácil, enfrentar al imperio más poderoso del mundo y una derecha recalcitrante representada en los partidos tradicionales, y que no han sido sepultado todavía.
Las "manifestaciones" y violencia que presentan al mundo las grandes cadenas de noticias internacionales, es parte del Plan mediático de conspiración y desestabilización. Hay que enfrentarla con determinación y firmeza. Teniendo en cuenta que la pelea es peleando.
El imperio no cesa en su objetivo inmediato: La Venezuela de Bolivar y de Chávez. Hoy dirigida por el presidente Nicolás Maduro. Al cual van dirigido todos los ataques demoledores, una forma sutil para descalificar la memoria de Hugo Chávez Frías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario