Por Ramón H. Benjamín
Las preocupaciones de nuestras instituciones son bastante selectivas. Veo por ejemplo, una convocatoria #SOSVenezuela para una vigilía en la Plaza Bolívar, San Felipe, apoyada -según el afiche- por el Instituto Nacional de Cultura (INAC) y la Oficina del Casco Antiguo (OCA).
Mi experiencia con la OCA consiste en algunos talleres para generar empresas culturales que culminaron en nada, salvo la pérdida de tiempo de los asistentes y la sospechosa aparición en el Casco Antiguo de negocios "muy" similares a las ideas compartidas en los talleres, pero no en manos de quienes expusieron las ideas...
Nuestra experiencia con nuestro querido INAC, consiste en aprender la diferencia entre el ballet clásico, como cultura, y el baile congo -por poner un ejemplo- como costumbres, folklore, manifestaciones exóticas aptas para la atracción de turistas. Ojalá fuera tan fácil encontrar el apoyo del INAC para festivales de poesía -por poner otro ejemplo- y otros tantos eventos que en este país se realizan por la terquedad de sus organizadores.
Pero hay que entenderlos, es que son tan ellos y son tan afines...
¡Enhorabuena compañer@s!
Pues considerando la preocupación que tiene el Instituto Nacional de Cultura y
la Oficina del Casco Antiguo -según el afiche- por los problemas de la
democracia en Venezuela, sin lugar a dudas contaremos con su apoyo
presupuestario, logístico y político para la próxima actividad en defensa de
una verdadera democracia en Panamá, aquella en la que se respetan todos los
derechos -por ejemplo, los derechos de
participación, derechos ambientales y culturales- de todos sus habitantes sin
discriminación, incluso los que viven y quieren seguir viviendo en el Tabasará libre.
Las preocupaciones de nuestras instituciones son bastante selectivas. Veo por ejemplo, una convocatoria #SOSVenezuela para una vigilía en la Plaza Bolívar, San Felipe, apoyada -según el afiche- por el Instituto Nacional de Cultura (INAC) y la Oficina del Casco Antiguo (OCA).
Mi experiencia con la OCA consiste en algunos talleres para generar empresas culturales que culminaron en nada, salvo la pérdida de tiempo de los asistentes y la sospechosa aparición en el Casco Antiguo de negocios "muy" similares a las ideas compartidas en los talleres, pero no en manos de quienes expusieron las ideas...
Nuestra experiencia con nuestro querido INAC, consiste en aprender la diferencia entre el ballet clásico, como cultura, y el baile congo -por poner un ejemplo- como costumbres, folklore, manifestaciones exóticas aptas para la atracción de turistas. Ojalá fuera tan fácil encontrar el apoyo del INAC para festivales de poesía -por poner otro ejemplo- y otros tantos eventos que en este país se realizan por la terquedad de sus organizadores.
Pero hay que entenderlos, es que son tan ellos y son tan afines...
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