por Nicanor León Cotayo
Peligrosamente desesperado por el gradual e inevitable declive de su poderío, el gobierno de los Estados Unidos se lanzó a la ejecución de otra torpe aventura contra Venezuela.
Llegaron al extremo de abrir las jaulas de sus más irracionales grupos ultraderechistas y de colocar la situación en Caracas y otras ciudades en manos de los bárbaros del Norte.
Como parte de ese irritado proceder, una gran parte de su prensa, radio y televisión, dentro y fuera del país, llegó a presentar el escenario venezolano casi envuelto en llamas.
Punto y aparte merece el chapucero papel subversivo desempeñado por la CNN en español, también llamada por algunos “la cleptómana” de Atlanta.
Los diarios El Nacional y El Universal, por ejemplo, han llegado a insertar fotografías sobre violentas confrontaciones en Grecia, Chile y hasta Afganistán, como si tuvieran lugar en Venezuela.
En medio de ese espectáculo la maquinaria propagandística de Washington insistió en repetir un nombre y en defender a una muy controvertida figura: Leopoldo López Mendoza.
¿Quién es el hombre de Washington en Caracas? Entre 1989 y 1993 estudió economía en una institución para hijos de gente acaudalada, el Kenyon College, que radica en el estado norteamericano de Ohio.
Luego asistió en la Universidad de Harvard al Kennedy School of Government, más tarde laboró en PDVSA y fue docente en la Universidad Católica Andrés Bello.
Inició su actividad política como estudiante de la Escuela Hun de Princeton, estado de Nueva Jersey, hasta que regresó a Venezuela.
Allí se unió al denominado Partido Primero Justicia, del que llegó a formar parte de su jefatura, pero se alejó de este a principios del 2006, hasta que una “salida forzosa” lo arrojó en 2009 al Partido Un Nuevo Tiempo.
Hasta el propio López describió esa última escaramuza como “una expulsión”, a lo que le respondieron que, en realidad, fue un abandono de su responsabilidad.
El sitio digital Wikipedia (la enciclopedia libre) recordó que, en 2002, López Mendoza organizó movilizaciones de calle y actos violentos que desembocaron en el frustrado golpe de Estado de 2002.
La Contraloría General de Venezuela reveló que cuando este laboraba en PDVSA, su madre, Antonieta Mendoza de López, entonces funcionaria de esa empresa, le facilitó una donación al ya mencionado Primero Justicia.
Tal obsequio desató “un conflicto de intereses”, porque involucrados en la decisión se beneficiaban en lo personal o favorecían a familiares cercanos.
Aquí radicó el motivo por el que Leopoldo López Mendoza fue inhabilitado para ejercer cargos públicos durante tres años, que comenzó a cumplir desde noviembre de 2008.
El cinco de diciembre de 2009, en Valencia, Carabobo, presentó el titulado Movimiento de Voluntad Popular, según declaró para la creación de redes populares “en áreas de actividad deportiva”.
A pesar de todo, López ha sido defendido por la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, colgada de la OEA, que acusó a los chavistas de transgredir los derechos de López como candidato a una alcaldía de Caracas.
Por ejemplo, el primero de septiembre de 2011 esa Comisión declaró, por unanimidad, que el Estado venezolano es “responsable por la violación del derecho de López Mendoza a ser elegido”.
El entonces canciller venezolano, Nicolás Maduro, puntualizó: La inhabilitación de Leopoldo López no es política, es administrativa, por lo tanto es elegible, “pero no podrá ejercer el cargo, porque está incapacitado para administrar recursos del Estado”.
Sin embargo, el secretario norteamericano de Estado, John Kerry, ha socorrido a su hombre en Caracas, como por ejemplo, este 16 de febrero, cuando defendió sus llamados a una violenta estampida.
Algunos se preguntaron, ¿qué sucedería en Washington si opositores al gobierno de Obama llamaran públicamente a cerrar avenidas, quemar gomas de automóviles, atacar dependencias oficiales y agredir emisoras de televisión?
Pero Kerry no fue el único, su presidente desde Mejico, donde se reunió con gobernantes aliados, volvió a inmiscuirse en los asuntos internos de Venezuela.
Condenó la “inaceptable” violencia y llamó a Caracas a liberar a los detenidos, aclaró que sustentan esa posición junto a la OEA, cuya dirección, por cierto, ha hecho gala de un cantinfleo antológico.
Resultó curioso, porque días atrás, cientos de personas fueron detenidas en los alrededores de la Casa Blanca por manifestarse pacíficamente a favor de la reforma migratoria prometida por Obama y no cumplida.
La bola de nieve que se agranda desde la arena internacional, en solidaridad con los chavistas, presagia la tendencia general que prevalecerá en medio de las espinas.
Como parte de ese irritado proceder, una gran parte de su prensa, radio y televisión, dentro y fuera del país, llegó a presentar el escenario venezolano casi envuelto en llamas.
Punto y aparte merece el chapucero papel subversivo desempeñado por la CNN en español, también llamada por algunos “la cleptómana” de Atlanta.
Los diarios El Nacional y El Universal, por ejemplo, han llegado a insertar fotografías sobre violentas confrontaciones en Grecia, Chile y hasta Afganistán, como si tuvieran lugar en Venezuela.
En medio de ese espectáculo la maquinaria propagandística de Washington insistió en repetir un nombre y en defender a una muy controvertida figura: Leopoldo López Mendoza.
¿Quién es el hombre de Washington en Caracas? Entre 1989 y 1993 estudió economía en una institución para hijos de gente acaudalada, el Kenyon College, que radica en el estado norteamericano de Ohio.
Luego asistió en la Universidad de Harvard al Kennedy School of Government, más tarde laboró en PDVSA y fue docente en la Universidad Católica Andrés Bello.
Inició su actividad política como estudiante de la Escuela Hun de Princeton, estado de Nueva Jersey, hasta que regresó a Venezuela.
Allí se unió al denominado Partido Primero Justicia, del que llegó a formar parte de su jefatura, pero se alejó de este a principios del 2006, hasta que una “salida forzosa” lo arrojó en 2009 al Partido Un Nuevo Tiempo.
Hasta el propio López describió esa última escaramuza como “una expulsión”, a lo que le respondieron que, en realidad, fue un abandono de su responsabilidad.
El sitio digital Wikipedia (la enciclopedia libre) recordó que, en 2002, López Mendoza organizó movilizaciones de calle y actos violentos que desembocaron en el frustrado golpe de Estado de 2002.
La Contraloría General de Venezuela reveló que cuando este laboraba en PDVSA, su madre, Antonieta Mendoza de López, entonces funcionaria de esa empresa, le facilitó una donación al ya mencionado Primero Justicia.
Tal obsequio desató “un conflicto de intereses”, porque involucrados en la decisión se beneficiaban en lo personal o favorecían a familiares cercanos.
Aquí radicó el motivo por el que Leopoldo López Mendoza fue inhabilitado para ejercer cargos públicos durante tres años, que comenzó a cumplir desde noviembre de 2008.
El cinco de diciembre de 2009, en Valencia, Carabobo, presentó el titulado Movimiento de Voluntad Popular, según declaró para la creación de redes populares “en áreas de actividad deportiva”.
A pesar de todo, López ha sido defendido por la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, colgada de la OEA, que acusó a los chavistas de transgredir los derechos de López como candidato a una alcaldía de Caracas.
Por ejemplo, el primero de septiembre de 2011 esa Comisión declaró, por unanimidad, que el Estado venezolano es “responsable por la violación del derecho de López Mendoza a ser elegido”.
El entonces canciller venezolano, Nicolás Maduro, puntualizó: La inhabilitación de Leopoldo López no es política, es administrativa, por lo tanto es elegible, “pero no podrá ejercer el cargo, porque está incapacitado para administrar recursos del Estado”.
Sin embargo, el secretario norteamericano de Estado, John Kerry, ha socorrido a su hombre en Caracas, como por ejemplo, este 16 de febrero, cuando defendió sus llamados a una violenta estampida.
Algunos se preguntaron, ¿qué sucedería en Washington si opositores al gobierno de Obama llamaran públicamente a cerrar avenidas, quemar gomas de automóviles, atacar dependencias oficiales y agredir emisoras de televisión?
Pero Kerry no fue el único, su presidente desde Mejico, donde se reunió con gobernantes aliados, volvió a inmiscuirse en los asuntos internos de Venezuela.
Condenó la “inaceptable” violencia y llamó a Caracas a liberar a los detenidos, aclaró que sustentan esa posición junto a la OEA, cuya dirección, por cierto, ha hecho gala de un cantinfleo antológico.
Resultó curioso, porque días atrás, cientos de personas fueron detenidas en los alrededores de la Casa Blanca por manifestarse pacíficamente a favor de la reforma migratoria prometida por Obama y no cumplida.
La bola de nieve que se agranda desde la arena internacional, en solidaridad con los chavistas, presagia la tendencia general que prevalecerá en medio de las espinas.
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