Arthur González - No
por gusto el catolicismo subsiste desde hace 2 mil 14 años, a pesar de
los múltiples errores cometidos. La santa inquisición es una muestra
palpable y la conquista de América otra. Mucha sangre inocente se
derramó en nombre de la iglesia y cientos de avances científicos
maldecidos, pero la sabiduría de los que la integran ha logrado que la
sagrada institución salga airosa de tantas tempestades.
Después del triunfo de la Revolución
cubana el 1ro de enero de 1959, la CIA presionó para que la jerarquía de
iglesia católica asumiera posiciones contra la corriente ideológica
izquierdista que se avizoraba, aspecto recogido en documento
desclasificado del Departamento de Estado de Estados Unidos, volumen VI, Cuba, 1958-1959,
páginas 458-466, donde se expone un Despacho de la embajada en Cuba al
Departamento de Estado del 14 de abril de 1959, titulado“Crecimiento del comunismo en Cuba”, suscrito además por el entonces jefe de la Estación de la CIA en La Habana.
El acápite número 8 expresa:
Actitud de la Iglesia. “La iglesia
católica ha tomado un interés activo en resistir la ampliación del
comunismo, pero excepto en lo que concierne a la JOC, Juventud Obrera
Católica, no ha estado particularmente efectiva. Esto es debido
principalmente a la dificultad de separar las actividades comunistas de
las que son genuinamente revolucionarias y la indisposición de
importantes elementos en la iglesia, para retar el programa
revolucionario. Un programa de la iglesia de instrucción religiosa en
varios campamentos del ejército fue terminado recientemente por orden de
Raúl Castro.”
El documento hace un conjunto de recomendaciones, entre ellas la de “Fortalecer a los elementos anticomunistas existentes en sus esfuerzos contra el comunismo, enuno de los cuales se señala como actor a la iglesia.
En diciembre del propio 1959, la
jerarquía de la iglesia católica cubana organizó su primer Congreso
Católico, con consignas tales como “Cuba sí comunismo no”,
clausurado con una misa gigante en la actual Plaza de la Revolución,
evento jamás organizado en la isla desde que la religión católica llegó a
la isla junto a Cristóbal Colón, en octubre de 1492.
La jerarquía de la iglesia en Cuba acaba
de tomar una tajante decisión con los editores de la revista Espacio
Laical, evidentemente para evitar fricciones políticas con el Gobierno,
en momentos en que trabajan con el Grupo de Estudios Cubanos radicado de
Miami, en un proyecto titulado “Cubaemprende”, para la preparación de jóvenes como futuros empresarios, con el sueño de que sean los que lleven al país hacia el capitalismo.
Roberto Veiga y Lenier González Mederos,
editores de la revista católica de la Arquidiócesis de La Habana,
declararon que su dimisión fue producto
“de la polémica que generó en determinados sectores de la comunidad
eclesial, el perfil socio-político de la publicación. Esta problemática
ha sido causa de tensiones que se han proyectado sobre la figura del
Cardenal-Arzobispo y sobre nuestras personas”.
Es indudable que los temas abordados se
iban del ámbito religioso y de la fe, para caer en los políticos con
cuestionamientos de las medidas que adopta el Estado para resolver los
asuntos del país, donde prevalecían las proyecciones ideológicas de los
editores, al asumir propuestas hasta del cambio de la ley fundamental de
la República.
En muchos de los artículos se podía ver
el esfuerzo por fortalecer lo que ahora los norteamericanos quieren
llamar “sociedad civil”, en aquellos países que tienen gobiernos no
aceptables para ellos, cuando en realidad se trata de los grupos de
derecha opuestos a toda medida revolucionaria o de izquierda.
Está bien definido el papel que Estados
Unidos le tiene asignado a la iglesia, de ahí que en el Acta para la
Comisión de una Cuba libre, conocido popularmente como Plan Bush de mayo
2004, se afirma:
“Las organizaciones religiosas pueden jugar un papel indispensable en la transición hacia una Cuba Libre”.
“…La importancia especial
de las instituciones religiosas en la transición es debido al hecho de
que ellas son una de las pocas organizaciones no gubernamentales
intactas en la Isla, que tienen la confianza del pueblo y los medios
para organizar una red social de comunicaciones y canales de
distribución en todos los niveles de la sociedad”.
“La política de los Estados Unidos
será apoyar la participación de todos los grupos religiosos genuinamente
no políticos, tanto en la transición como en el desarrollo de una Cuba
libre.”
“Dado que oficialmente no podrán ser
utilizados fondos del Gobierno de Estados Unidos, estas organizaciones
de base pueden ser una fuerza estabilizadora durante los momentos de la
transición y una importante fuerza a largo plazo en el desarrollo de la
sociedad civil para protegerla de un retroceso al totalitarismo”.
Esto es una prueba de los
planes que debe y está ejecutando la iglesia en Cuba, especialmente con
la juventud para lograr esa deseada transición, palabra que encierra el
eufemismo del derrocamiento del sistema socialista.
Gustavo Andujar, es el nuevo director de
Espacio Laical y en una misiva sobre el asunto se puede leer entre
líneas que cuando están en juego los intereses estratégicos de la
iglesia, nada ni nadie puede entorpecerlos.
Por eso afirmó sin corta pisas: “Siempre es duro decirlo, pero nadie es imprescindible”.
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