Tomado de La Tarde Se Mueve
Por Edmundo García
Vuelvo hoy sobre un tema que he venido
siguiendo y al que he dedicado, con este, tres artículos. Es el de los
llamados becarios de la Fundación Nacional Cubano Americana y el Miami
Dade College. Léase Jorge Mas Santos y Eduardo Padrón; con los fondos de
la USAID.
Un grupo de jóvenes cubanos que
organizaciones contrarrevolucionarias y el gobierno de Estados Unidos
han decidido formar en Miami para que representen sus intereses en Cuba
cuando se produzca el tan quimérico “cambio de régimen”; que es como
ellos llaman ahora al fallido intento de acabar con la revolución.
Con este y otros proyectos la Fundación
Nacional Cubano Americana ha sido deshonesta con la comunidad de Miami,
porque ha querido hacer creer que estos becarios se traen con fondos que
la familia Mas Santos se quita de la fortuna amasada a través de las
movidas de la empresa Mas Tec; algunas bastante dudosas como la compra y
venta de la española Telefónica SINTEL. (http://latardesemueve.com/archives/714)
Cuando en verdad lo que hacen es usar
millones de dólares que el gobierno de los Estados Unidos, mediante
USAID, les asigna para una llamada Fundación de Derechos Humanos en
Cuba, que es una dependencia de la Fundación Nacional Cubano Americana.
Esto nada tiene que ver con aquel apoyo
que en el siglo XIX los emigrados cubanos en Tampa y Cayo Hueso dieron a
Martí para preparar la guerra de liberación, que a estos mantenidos de
hoy tanto les gusta evocar. Ellos aplican a los programas del gobierno
norteamericano y con ese capital financian un intento de cambio de
gobierno en Cuba, pero sobre todo se financian a ellos mismos sus
viajes, hoteles y celebraciones, como la llamada “Noche tropical” de
cada 20 de mayo.
Dos reportajes de la periodista Lisandra
Díaz Blanco, ahora empleada de la mal llamada Radio Televisión Martí, me
dan pie para volver sobre estos becarios. Uno de esos encargos de la
agencia federal data del martes 17 de junio y se titula “Becarios
cubanos visitan Washington”, y el otro del jueves 19 se nombra “Becarios
cubanos se reúnen con congresistas cubanoamericanos”.
Esta periodista, formada en las escuelas
de Cuba y ahora deformada en la mal llamada Radio Martí a donde llega en
manos de personas tendenciosas como Wilfredo Cancio Isla, que por
alguna rara influencia pueden conseguir (y bloquear) empleos a los
jóvenes desertores, comienza un reportaje con una frase de comercial
barato: “Conocer la capital de EEUU ha sido para estos jóvenes el evento
más gratificante de estos seis meses de transformación en sus vidas”.
Es un bocadillo frívolo porque se trata de un paseo, no de una visita de
estudio o trabajo como quieren hacer ver.
Lisandra Díaz Blanco, Juan Tamayo y otros
periodistas de la prensa derechista de Miami se han pasado estos meses
comentando los inútiles encuentros de estos becarios con personajes como
Ileana Ros-Lehtinen, Marco Rubio y Bob Menéndez, en lugar de informar
la verdad al contribuyente norteamericano, que es quien paga estos
programas sin tener idea de a dónde va el dinero de sus impuestos.
El objetivo de traer estos becarios a
Miami fue político desde el primer momento. De ahí que se tratara de
mantener en secreto. Siempre con complicidad de la prensa complaciente,
que no investiga o que rehúsa publicar la información que les ponen ante
sus narices los medios alternativos.
En un artículo que publiqué el 17 de enero,
acabados de llegar estos estudiantes a Miami, cité unas palabras de
Rolando Montoya, Rector del Miami Dade College (MDC), donde aún se
atrevía a solapar lo que después ha sido una evidencia pública: el
trasfondo político del proyecto con estos becarios. Decía entonces
Montoya: “Yo no le podría decir si hay estudiantes disidentes dentro del
grupo… Yo los veo como extranjeros que tienen visa de estudiantes, que
vienen a tomar cursos de inglés y cuatro materias, y desde el punto de
vista del MDC este no es un evento político sino académico”. (http://latardesemueve.com/archives/1702)
Lo que ahora todo el mundo sabe es que la
selección de esos estudiantes ha sido denunciada por nepotismo por los
mismos opositores y grupos contrarrevolucionarios de Miami que tienen
rivalidad con la Fundación Nacional Cubano Americana. Rivalidad y
discusiones por el dinero que otorga la USAID, por el evidente bajo
nivel de los estudiantes “seleccionados” y por la sospecha (fundada) de
que esas becas pudieran servir solo como un pretexto para emigrar.
Se conoce que en círculos de opinión del
reaccionario Consejo por la Libertad de Cuba (CLC) y del pseudo
pacifista Directorio Democrático Cubano hay grandes críticas a la
Fundación Nacional Cubano Americana por sus proyectos de “becarios”.
Para justificar el nepotismo de las
“selecciones” se llegó a decir que se incluían entre los hijos de
disidentes famosos como la hija de Berta Soler y Ángel Moya porque en
Cuba no los dejaban estudiar por las “ideas” políticas de sus padres.
Argumento que ya tuve la oportunidad de desmontar en el artículo del 25 de marzo titulado “¿A qué vino realmente Berta Soler a Miami?” (http://latardesemueve.com/archives/1792),
donde expliqué que la hija de ambos, Lienys Caridad Moya Soler, tenía 7
asignaturas suspensas, lo que violaba el reglamento universitario
vigente para todos los estudiantes.
Pero les traigo nuevos acontecimientos.
Del grupo inicial de becarios ya hay dos que regresaron a Cuba
precipitadamente sin cumplir los objetivos de su presencia en Miami:
Danilo Maldonado, alias El Sexto, por consumo de sustancias ilícitas; y
una segunda persona de la que no han trascendido detalles.
Un tercero, Raudel Collazo, que se hace
llamar él mismo Escuadrón Patriota aunque sea uno solo, está en dudas si
se queda en Miami o regresa. Por lo pronto, la prensa local lo ha
mostrado intentando establecerse como artista y animador de los grupos
contrarrevolucionarios. Por cierto, ahora Raudel dice que una llamada
doctora Mercedes Sandoval le ha cambiado toda su visión de la historia
de Cuba. Una “profesora” que por su politiquería y conocimientos solo
podría dar clases sobre historia cubana en un lugar como Miami.
Otros dos becarios han provocado un
problema más delicado. San Miguel Molina y Aleidys Catá Moya, sobrina de
Angel Moya de la que ya les hablé en uno de los artículos anteriores,
han decido quedarse en Miami y aplicar para la Ley de Ajuste Cubano
desafiando el requisito obligatorio de regresar a Cuba y convertirse en
representantes de avanzada de la Fundación Nacional Cubano Americana y
el gobierno de los Estados Unidos, como era el plan inicial.
Como es lógico, para que los jóvenes
tomaran la decisión de no regresar a su país lo consultaron con alguna
persona, y la elegida como madrina y consejera fue la propia Berta
Soler. Contrariamente a lo que hubiera querido la Fundación Nacional
Cubano Americana, Berta Soler les apoyó en su decisión; quizás porque
ella piensa que quedarse en Miami es mejor que regresar a Santiago de
Cuba, de donde es San Miguel Molina; o en el caso de Aleidys Catá Moya,
sobrina de su esposo, porque así se quita un problema familiar de
encima; teniendo en cuenta la mala relación que ha trascendido que
existe entre esta y Lienys, la hija de Berta y Ángel Moya.
Esto ha generado un gran malestar en la
Fundación Nacional Cubano Americana, que ve malograrse el ya débil
argumento de que estos becarios contribuirían a un cambio de régimen en
Cuba. El descubrimiento de esta farsa tiene varias consecuencias. Por un
lado da la razón a las organizaciones contrarrevolucionarias que
critican a Jorge Mas Santos y Pepe Hernández por la inviabilidad del
proyecto “Somos un solo pueblo”; por el otro, puede llevar a las
agencias norteamericanas, que son las que mandan y las que suministran
el dinero, a eliminar o recortar el financiamiento para este tipo de
bufonadas. Agréguese a esto que varios becarios creen que el programa de
estudio es inútil y superficial.
Según las fuentes de esta información,
que por supuesto no serán reveladas pero que provienen de ese entorno,
Pepe Hernández por encargo de Jorge Mas Santos ha discutido con los
becarios para que regresen a Cuba; pero ellos dicen que Berta Soler
estuvo de acuerdo con que se quedaran.
Resulta que ahora es Berta Soler la que
está en problemas con la Fundación Nacional Cubano Americana, que a
través de su mensajera Laly San Pedro le ha dicho a Berta que si los
muchachos no regresan muchas cosas pueden ponerse en peligro. Entre
ellas el propio “financiamiento” de las llamadas Damas Blanco. Un
mensaje muy claro. Más bien una amenaza.
El papel de Berta Soler es ahora
convencer a los becarios para que no se queden en Miami. Así que hay que
ver si lo logra o no. Otros becarios también podrían estar considerando
una decisión como la de los dos citados, ya confirmada.
La prensa dominante y vendida de Miami no
tiene esta información, no la investiga o no la ha publicado. Por eso
es que los medios alternativos son necesarios para llevar la verdad a la
opinión pública.
No puedo decirles si este será el último
artículo que escriba sobre el tema de los becarios cubanos que con fines
políticos se están trayendo a los Estados Unidos. A lo mejor surgen
otros detalles interesantes y los abordamos; lo que sí no va a cambiar
es el hecho de que estos intentos, como todos los que se han realizado
para doblegar a la Revolución Cubana, acabarán en lo de siempre: en el
fracaso.
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