El virus chikungunya, que comenzó a esparcirse en diciembre
en las islas del Caribe, ha llegado también a Estados Unidos a través
del sur de Florida. El jueves, el Departamento de Salud del Estado confirmó la aparición de los dos primeros casos de contagio local del virus, que se transmite a través de la picadura de un mosquito. En lo que va de año, ya se habían reportado 81 casos de personas que contrajeron el virus en distintas islas del Caribe y viajaron luego a Florida. Ninguno de estos pacientes se encuentra en este momento hospitalizado.
“Si una persona está infectada y la pica un mosquito, ese mosquito podría luego esparcir la infección picando a otra persona”, explicaron el jueves las autoridades de salud de Florida, a través de un comunicado. Fue así como dos residentes del Estado, que no han viajado fuera del país en los últimos meses, contrajeron la enfermedad. Le ocurrió primero a una mujer de 41 años, que vive en el condado de Miami-Dade, y que el 10 de junio comenzó a experimentar los síntomas de chikungunya —fiebres altas, intensos dolores articulares y musculares— y fue atendida en una consulta médica privada tres días después. Luego le pasó a un hombre de 50 años del condado de Palm Beach, que acudió el 3 de julio al hospital, tras padecer las mismas fiebres y dolores durante dos días, y fue brevemente recluido.
“El chikungunya no es contagioso de persona a persona, por lo general no amenaza la vida y muy probablemente desaparecerá por cuenta propia”, informan las autoridades sanitarias locales. La enfermedad suele manifestarse entre tres y siete días después del contagio, con temperaturas superiores a los 38,5 grados Celsius, sudores, intenso dolor en articulaciones y músculos, un sarpullido que aparece entre dos y cinco días después de la fiebre, a veces náuseas, y rara vez, infecciones que involucran órganos vitales. Algunas personas infectadas, incluso, no presentan ningún síntoma. Hasta ahora no existe ninguna vacuna o medicina que prevenga del contagio.
El primer brote de este virus del que se tuvo noticia ocurrió en 1952, en el sur de Tanzania, y a partir de 2004 comenzó a expandirse con proporciones de epidemia en otros países de África y en Asia. En diciembre de 2013 fueron confirmados los primeros dos casos de chikungunya en América, en la isla caribeña de San Martín. Desde entonces y hasta el 11 de julio de este año, la Organización Panamericana de la Salud ha reportado más de 5 mil casos y un total de 21 muertes vinculadas con la enfermedad, en 23 países del Caribe y América Central. Este jueves, las autoridades sanitarias de Puerto Rico declararon la existencia de una epidemia.
La expansión del virus también preocupa a las autoridades europeas. Los mosquitos que pueden contagiarla, el Aedes aegypti y el Aedes albopictus, están asentados en el continente, por lo que solo hace falta que piquen a un viajero infectado para que se inicie la cadena de transmisiones.
(Con información de El País)
“Si una persona está infectada y la pica un mosquito, ese mosquito podría luego esparcir la infección picando a otra persona”, explicaron el jueves las autoridades de salud de Florida, a través de un comunicado. Fue así como dos residentes del Estado, que no han viajado fuera del país en los últimos meses, contrajeron la enfermedad. Le ocurrió primero a una mujer de 41 años, que vive en el condado de Miami-Dade, y que el 10 de junio comenzó a experimentar los síntomas de chikungunya —fiebres altas, intensos dolores articulares y musculares— y fue atendida en una consulta médica privada tres días después. Luego le pasó a un hombre de 50 años del condado de Palm Beach, que acudió el 3 de julio al hospital, tras padecer las mismas fiebres y dolores durante dos días, y fue brevemente recluido.
“El chikungunya no es contagioso de persona a persona, por lo general no amenaza la vida y muy probablemente desaparecerá por cuenta propia”, informan las autoridades sanitarias locales. La enfermedad suele manifestarse entre tres y siete días después del contagio, con temperaturas superiores a los 38,5 grados Celsius, sudores, intenso dolor en articulaciones y músculos, un sarpullido que aparece entre dos y cinco días después de la fiebre, a veces náuseas, y rara vez, infecciones que involucran órganos vitales. Algunas personas infectadas, incluso, no presentan ningún síntoma. Hasta ahora no existe ninguna vacuna o medicina que prevenga del contagio.
El primer brote de este virus del que se tuvo noticia ocurrió en 1952, en el sur de Tanzania, y a partir de 2004 comenzó a expandirse con proporciones de epidemia en otros países de África y en Asia. En diciembre de 2013 fueron confirmados los primeros dos casos de chikungunya en América, en la isla caribeña de San Martín. Desde entonces y hasta el 11 de julio de este año, la Organización Panamericana de la Salud ha reportado más de 5 mil casos y un total de 21 muertes vinculadas con la enfermedad, en 23 países del Caribe y América Central. Este jueves, las autoridades sanitarias de Puerto Rico declararon la existencia de una epidemia.
La expansión del virus también preocupa a las autoridades europeas. Los mosquitos que pueden contagiarla, el Aedes aegypti y el Aedes albopictus, están asentados en el continente, por lo que solo hace falta que piquen a un viajero infectado para que se inicie la cadena de transmisiones.
(Con información de El País)
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