Por: Arthur González
Cada hora que acorta el inicio de la celebración en la Habana de la II Cumbre de Jefes de Estados y Gobiernos latinoamericanos y caribeños, CELAC, son más concentrados los cañonazos mediáticos del gobierno norteamericano y sus asalariados para intentar deslucirla; nada novedoso en los últimos 53 años.
Cuba ha organizado con brillantez dos Cumbre de Jefes de Estados y Gobiernos del Movimiento de los Países No Alineados, NOAL, pasando por el mismo episodio de guerra propagandística, la cual se estrelló contra los importantes resultados alcanzados.
Otros eventos de relevancia mundial se llevaron a cabo en la Habana como son la Cumbre de la UNTAC, Cumbre Iberoamericana, la de los países del Caribe y muchos más, con la presencia de importantes dirigentes, figuras de alto prestigio en diferentes esferas de la economía, la política, las ciencias y la cultura, sumando las visitas de los últimos dos Papas.
En cada evento el gobierno norteamericano repitió la misma receta y sus resultados fueron nulos, gastaron cientos de miles de dólares en balde; pero no aprenden la lección.
Ahora nuevamente ejecutan las mismas acciones, poniendo al descubierto a sus más serviles asalariados, como es el caso del periodista Andrés Oppenheimer, el mismo que erró estrepitosamente en su predicción de la caída del sistema socialista cubano hace casi veinte años y aún está por verse.
Por supuesto los cañonazos y presiones son contra los mandatarios, amenazándolos abiertamente o de forma enmascarada si asisten a la Habana, para lo cual emplean un lenguaje repulsivo.
El otro objetivo que persiguen es que acepten contactar con la contrarrevolución interna, creada, entrenada y financiada por el gobierno norteamericano, la CIA y las organizaciones de corte terroristas radicadas en la Florida, o “serán cómplices de la dictadura”.
Al respecto, instruyeron a la inculta y grosera Berta Soler para que repitiera el guión que le entregaron durante la visita de su Santidad el Papa Benedicto XVI, cuando solicitó una entrevista con el Santo Padre, quedándose con las ganas de armar su show mediático, pues el Nuncio Apostólico y el Cardenal de Cuba no cayeron en la trampa; la razón: conocen muy bien a la impostora.
La histeria está dada en el conocimiento que tiene el gobierno yanqui de que ninguno de los presidentes aceptará respaldar su política anticubana de entrevistarse con alguno de sus asalariados.
A esta altura de la vida, ya todos comprendieron que son los dirigentes cubanos los que deciden en el desarrollo político, económico y social de Cuba y no los grupusculeros que carecen de seguidores en el pueblo, no tienen talento, ni carácter que impresione, y mucho menos capacidad de liderazgo para provocar los cambios que ellos sueñan.
Lo demás son estertores de los derrotados y por más que sean divulgadas sus declaraciones por aquellos periodistas pagados por la CIA, tal y como hicieron a inicios de los años 50 del siglo XX con la Operación Mockingbird [1] no podrán empañar la II Cumbre de la CELAC.
Ahora uno de los más atacados es el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno José Miguel Insulza, al quien le realizaron varias llamadas telefónicas para preguntarle si pensaba reunirse con líderes “opositores” durante su visita a la Cumbre en Cuba.
Un programa televisivo de Miami divulgará la intervención del periodista Oppenheimer, el que intentará manipular la opinión pública, mencionando la entrevista que le efectuó al asalariado de los yanquis Guillermo Fariñas, donde inventó el cuento de “haber sido amenazado por la policía política”, junto con la bloguera oficialista de Washington Yoani Sánchez.
Cada hora que acorta el inicio de la celebración en la Habana de la II Cumbre de Jefes de Estados y Gobiernos latinoamericanos y caribeños, CELAC, son más concentrados los cañonazos mediáticos del gobierno norteamericano y sus asalariados para intentar deslucirla; nada novedoso en los últimos 53 años.
Cuba ha organizado con brillantez dos Cumbre de Jefes de Estados y Gobiernos del Movimiento de los Países No Alineados, NOAL, pasando por el mismo episodio de guerra propagandística, la cual se estrelló contra los importantes resultados alcanzados.
Otros eventos de relevancia mundial se llevaron a cabo en la Habana como son la Cumbre de la UNTAC, Cumbre Iberoamericana, la de los países del Caribe y muchos más, con la presencia de importantes dirigentes, figuras de alto prestigio en diferentes esferas de la economía, la política, las ciencias y la cultura, sumando las visitas de los últimos dos Papas.
En cada evento el gobierno norteamericano repitió la misma receta y sus resultados fueron nulos, gastaron cientos de miles de dólares en balde; pero no aprenden la lección.
Ahora nuevamente ejecutan las mismas acciones, poniendo al descubierto a sus más serviles asalariados, como es el caso del periodista Andrés Oppenheimer, el mismo que erró estrepitosamente en su predicción de la caída del sistema socialista cubano hace casi veinte años y aún está por verse.
Por supuesto los cañonazos y presiones son contra los mandatarios, amenazándolos abiertamente o de forma enmascarada si asisten a la Habana, para lo cual emplean un lenguaje repulsivo.
El otro objetivo que persiguen es que acepten contactar con la contrarrevolución interna, creada, entrenada y financiada por el gobierno norteamericano, la CIA y las organizaciones de corte terroristas radicadas en la Florida, o “serán cómplices de la dictadura”.
Al respecto, instruyeron a la inculta y grosera Berta Soler para que repitiera el guión que le entregaron durante la visita de su Santidad el Papa Benedicto XVI, cuando solicitó una entrevista con el Santo Padre, quedándose con las ganas de armar su show mediático, pues el Nuncio Apostólico y el Cardenal de Cuba no cayeron en la trampa; la razón: conocen muy bien a la impostora.
La histeria está dada en el conocimiento que tiene el gobierno yanqui de que ninguno de los presidentes aceptará respaldar su política anticubana de entrevistarse con alguno de sus asalariados.
A esta altura de la vida, ya todos comprendieron que son los dirigentes cubanos los que deciden en el desarrollo político, económico y social de Cuba y no los grupusculeros que carecen de seguidores en el pueblo, no tienen talento, ni carácter que impresione, y mucho menos capacidad de liderazgo para provocar los cambios que ellos sueñan.
Lo demás son estertores de los derrotados y por más que sean divulgadas sus declaraciones por aquellos periodistas pagados por la CIA, tal y como hicieron a inicios de los años 50 del siglo XX con la Operación Mockingbird [1] no podrán empañar la II Cumbre de la CELAC.
Ahora uno de los más atacados es el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno José Miguel Insulza, al quien le realizaron varias llamadas telefónicas para preguntarle si pensaba reunirse con líderes “opositores” durante su visita a la Cumbre en Cuba.
Un programa televisivo de Miami divulgará la intervención del periodista Oppenheimer, el que intentará manipular la opinión pública, mencionando la entrevista que le efectuó al asalariado de los yanquis Guillermo Fariñas, donde inventó el cuento de “haber sido amenazado por la policía política”, junto con la bloguera oficialista de Washington Yoani Sánchez.
Desde España, el grupo contrarrevolucionario financiado desde Washington denominado “El Observatorio Cubano de Derechos Humanos de Madrid”, envió una carta al secretario general de la OEA, exigiéndole que reciba a los contrarrevolucionarios.
Pero a pesar de su rabia la Cumbre será un éxito y un paso más en la unidad latinoamericana sin la intromisión yanqui, cumpliéndose los sueños de Simón Bolívar y de José Martí.
Pero a pesar de su rabia la Cumbre será un éxito y un paso más en la unidad latinoamericana sin la intromisión yanqui, cumpliéndose los sueños de Simón Bolívar y de José Martí.
[1] Operación Mockingbird, creada por el jefe fundador de la Dirección de Planes de la CIA, Frank Wisner, en la cual se reclutaron numerosos periodistas de renombrados órganos de prensa para la difusión internacional de informaciones manipuladas. Entre esos periodistas se citan a: Henry Luce, Philip Grahan, Arthur Hays Sulzberger y otros más. Los órganos de prensa más relevantes: Washington Post, The New York Times, CBS, Time Magazine, Life Magazine, Washington Star entre otros.
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