Por: Volker Hermsdorf
La periodista argentina Stella Calloni
informaba hace unos días de que “grupos ligados a los
contrarrevolucionarios cubanos, apoyados por el llamado Programa Puente
Democrático, desarrollado por el Centro para la Apertura y el Desarrollo
de América Latina (CADAL) con sede en Argentina
, tratan de organizar
una acción paralela con el desarrollo de la II Cumbre de la CELAC. Bajo
el nombre de II Foro Democrático en Relaciones Internacionales y
Derechos Humanos, tratarían de interferir en la realización del evento y
además desacreditar a Cuba ante mandatarios de la región” (1).
Conrad Tribble, alto diplomático de EEUU
en La Habana, en un precipitado mensaje en Twitter el pasado sábado,
descubría cómo estas acciones de los llamados “disidentes” están
proyectadas, organizadas y coordinadas desde fuera de Cuba (2). El
Segundo Jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos llamaba, desde
su cuenta en la citada red social, a los periodistas llegados a La
Habana para cubrir la Cumbre de la CELAC a “buscar voces independientes
sobre la realidad en Cuba”. Insatisfecho con la hegemonía mediática con
que cuenta Estados Unidos, este curioso diplomático trata a los
profesionales de la prensa extranjera en Cuba como si fueran sus
subordinados. Les dice abiertamente lo que tienen que hacer y con quién
deben hablar… Curisosamente, lo que este señor llama “voces
independientes” son las personas que EEUU paga y controla para cumplir
sus objetivos de “cambio de régimen” en la Isla, según reflexionaba en
el blog “La pupila insomne” el escritor cubano Iroel Sánchez. (3)
La injerencia en los asuntos interiores
de Cuba y otros países por los funcionarios extranjeros, que abusan de
su estatus como diplomáticos, no es nueva. CADAL, el organizador
principal de las proyectadas acciones contrarrevolucionarias con motivo
de la Cumbre de CELAC, persigue de manera sistemática esta estrategia.
Esta organización fue fundada el 26 de febrero de 2003 como parte de la
actividad desestabilizadora de los EEUU para frenar el auge
revolucionario en la región. Como otras fundaciones y ONGs, mantiene
fuertes vínculos con la Fundación Konrad Adenauer, el Instituto Václav
Havel, People in Need, Freedom House, la USAID, la NED, el IRI, el IDI y
otras instituciones financiadas por los servicios de inteligencia
norteamericanos bajos diversas tapaderas. Oficiales de la CIA mantienen
relaciones estrechas con CADAL (4).
En común con la organización derechista
alemana Fundación Konrad Adenauer (Konrad-Adenauer-Stiftung, KAS),
asociada con el gobernando partido Unión Demócrata Cristiana (CDU), la
citada organización con sede en Argentina publicaba, en 2012, un libro
de Gabriel C. Salvia (Presidente del CADAL), con el título “Diplomacia y
Derechos Humanos en Cuba” (5), en el cual justifica abiertamente las
actividades ilegales y subversivas desarrolladas por diplomáticos
extranjeros en Cuba. En 127 páginas, el libro contiene indicaciones
concretas e instrucciones para el trabajo como agentes de dichos
diplomáticos camuflados, y cómo deben guiar y apoyar a los “opositores
independientes” en Cuba. “¿Quiénes, si no son los diplomáticos
extranjeros, pueden dar una mano a la sociedad civil cubana en su lucha
por los derechos humanos?”, se preguntan en una publicación de la
Fundación Konrad Adenauer, en una nota de presentación del libro (6).
Uno de los “disidentes” tan aplaudidos en
su día en el extranjero occidental, el director de la autodenominada
“Unión de Periodistas Libres de Cuba”, Carlos Serpa Maceira, describía
detallamente durante una entrevista, ya en 2011, la cooperación entre
diplomáticos europeos y la “oposición independiente” en Cuba. Este
exportavoz de las conocidas como Damas de Blanco –que en realidad era el
agente Emilio de la Seguridad del Estado cubana- informaba: “Aquí, en
La Habana, hay un selecto grupo de embajadas de la Unión Europea que
están apoyando abiertamente a la subversión” (7). Como prueban las
acciones del funcionario de la SINA Conrad Tribble y las iniciativas de
CADAL y KAS, nada ha cambiado en esta práctica.
* Periodista del diario “Junge Welt”, Alemania.
No hay comentarios:
Publicar un comentario