Por: Arthur González.
Esta práctica fue diseñada por la CIA desde 1960, según sus documentos desclasificados, con el propósito de destruir la imagen de la Revolución cubana. En un artículo publicado el 29.12.2013 por Diario de Cuba, España/Café Fuerte, EE.UU, anunciaron el suicidio del contrarrevolucionario cubano de 63 años, Antonio Villarreal Acosta, uno de los presos excarcelados por el Gobierno cubano en el 2010, ante la mediación de la iglesia católica y las autoridades españolas.
Villarreal, soberanamente decidió en aquel momento emigrar hacia España y de ahí a Miami, con la esperanza de que sus patrocinadores norteamericanos le dieran un tratamiento económico similar al recibido cuando estaba en la Isla, pero ese fue su gran error.
Todos conocemos la crisis económica por la que atraviesa la Unión Europea, los desalojos y suicidios ante la falta de solución a los apremiantes problemas financieros de la familia; esto motivó a Villareal a solicitar visa de refugiado en Estados Unidos, ya que su hijo Hansel Villarreal, residente en España, no podía mantenerlo.
Al llegar a Miami junto a su esposa Silvia Aguado, no logró trabajo, en parte por su edad, no hablar el idioma inglés y estar habituado por años a recibir del Gobierno norteamericano una mesada mensual solo por ser un elemento contrario a la Revolución.
Como parte del Programa de Refugiados Cubanos, amparado en la Ley Pública 87-520, Ley de Migraciones y de Asistencia a los Refugiados de junio de 1962, recibía una escasa ayuda mensual del Gobierno, que no alcanzaba para cubrir sus necesidades, sintiéndose traicionado por aquellos que durante años lo estimularon a realizar acciones conspirativas contra el Estado cubano, situación que lo sumió en la depresión.
A esto se unió la separación con su esposa, elementos que declaró su otro hijo nombrado Tony Villarreal, residente en West Palm Beach, al afirmar que su padre “se sentía solo y abandonado, con una situación económica difícil”.
Ahora Diario de Cuba, España/Café Fuerte, EE.UU. quiere responsabilizar al Gobierno revolucionario con su muerte, en vez de exigirle al Gobierno y a la CIA el abandono de sus asalariados.
Villarreal es el segundo de los contrarrevolucionarios al servicio de los yanquis, que decide quitarse la vida producto de la situación financiera en que se han visto envueltos. En las Islas Canarias sucedió un caso similar con Albert Santiago DuBouchet Hernández, en abril de 2012.
DuBouchet tampoco encontró trabajo y su esposa e hija lo dejaron solo para mudarse a Madrid en busca de alguna oportunidad de encontrar trabajo. Su cadáver quedó bajo custodia de medicina legal al no tener dinero ni para enterrarlo, y solamente encontró un descanso cristiano gracias a una colecta de algunos ciudadanos compadecidos.
Desde hace dos años los ex prisioneros llegados de Cuba permanecen en tiendas de campaña en plena plaza frente al Ministerio de Exteriores de España, exigiendo un tratamiento acorde a las acciones que desarrollaron en su patria, siguiendo indicaciones de los norteamericanos y algunos de sus más cercanos aliados.
Triste final para los que un día pensaron que sus patronos yanquis le remunerarían por las acciones contrarrevolucionarias. Esta es la verdad sin manipulaciones subversivas.
Una vez más se hace realidad el proverbio que dice: Roma paga a los traidores pero los desprecia.
[Fuente: El Heraldo Cubano]
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