Interesante artículo una amiga boliviana sobre la Globbera Yoani Sanchez
Por Ulupika irreverente
El
jueves 16 de mayo de 2013 la vi en Ginebra, Suiza, en el Graduate
Institute Student Association (GISA). En una sala medio vacía, unas 40
personas esperábamos que comience su “discurso”. Yoani estaba allí,
sentada mirando al público, escudriñando. Con su Look ethnic-trend:
túnica fina, alpargatas de marca, falda floreada al puro estilo hippy,
su sílfide figura, excelente contextura que encaja con lo “chic”
occidental, su larga cabellera cual virgen de pueblo, me impresionó, me
impresionó su mediocridad. Pero me impresionó más su capacidad de
manipulación y de servirse de cualquier argumento o pregunta para
volcarla a su favor con ejemplos risibles. Con ella, imposible
intercambiar ideas, argumentos inteligentes y sinceros, con tamaña
marrullera, ¡a jugar en su territorio!
Resumo
su pobre intervención: Se considera una ciudadana, más que bloguera,
más que filóloga. Ha hecho yoga y Tai Chi para sobrellevar la imposición
de silencio mediante la estructura política de “ese régimen”, una
estrategia de escapismo contra el temor y la parálisis, una
introspección que dijo haber necesitado hacer para contrarrestar la
imposibilidad de expresarse en Cuba. No pudiendo aguantar más, creó su
blog que exorcizó y le rebeló su condición de “heroína” de la libertad y
de la democracia, teniendo a la tecnología como arma de liberación. Sus
traductores “voluntarios” y sus muchos amigos la aman. Nos mostró, con
ilustraciones pre-escolares, como “tweetear” a ciegas mediante SMS.
Nos
dio la célebre receta del Picadillo con carne, pero sin carne, incluso
explicándonos como sacar las fibras de la cáscara de plátano macho con
un tenedor (creo que voy a incorporar esa receta a mis archivos
gastronómicos). También dijo que se tendría que alzar un monumento a la
“memoria Flash” pues gracias a ese pequeño objeto se podrá logar la
“libertad”. También nos informó sobre los interesantes artículos que
escribe en su blog, con la rúbrica de “Crónicas cotidianas” y entre los
últimos está: “la dificultad que encuentran las mujeres cubanas para
adquirir una máquina de lavar”. También habló sobre las dificultades que
debe enfrentar cada día el pueblo cubano, lo raro es que no hizo ningún
comentario sobre el bloqueo criminal como el origen de ese
sufrimiento. En fin, es muy hábil, solapada, manipuladora y muy astuta.
Durante
las dos primeras rondas de preguntas, me di cuenta que Yoani había
desarrollado una capacidad estratégica de evasión y de manipulación para
victimizarse, que cualquier cuestionamiento molesto (financiamiento de
su gira, relaciones con agentes de la CIA, embajadas conspiradoras,
premios otorgados, bloqueo, cables de Wikileaks, etc.) los volcaba a su
favor, ilustrando siempre con sus dibujitos y cifras para descerebrados,
sus gastos, su inocente labor, su compromiso con la libertad y bla,
bla, bla.
Como
había pedido la palabra, me tocó hablar y decidí jugar con sus cartas y
su baraja. Le dije que la había escuchado con mucha atención y que
había tomado nota de su “ponencia” y que había un par de cosas que me
llamaron la atención: me referí a la genialidad de haber hecho yoga y
Thai Chi, al final de cuentas el yoga es guay! (Hubo risas en el
público). También le hablé de mi necesidad de hacer un ejercicio
intelectual para comprender su crónica cotidiana sobre la dificultad de
obtener una máquina de lavar en Cuba, desde mi lectura como boliviana, y
Latinoamericana y también a partir de mi vida cómoda en Suiza, de lo
lejos que está la mayoría de las mujeres bolivianas de saber siquiera
que existe una aparato para lavar ropa y menos de tenerlo! Y que el tema
de su artículo me parecía de una extrema ridiculez dada las condiciones
en las que vive la mayoría de la población de nuestra América Latina.
Quería
seguir hablando pero el moderador, en un pulido inglés, me pidió que
fuera al grano y preguntara. No me quedo otra que acatar el clamoroso
pedido del defensor de una mujer víctima de ataques sarcásticos. Para
que no piense que me estaba burlando de ella, le dije que admiraba mucho
a las mujeres luchadoras y que como ella decía luchar por los derechos
humanos, me gustaría saber cuál era su posición y opinión sobre las
políticas de Israel contra Palestina.
Empezó
a hablar. La sentí desestabilizada, pero muy controlada, aspiraba y
expiraba profundamente, un rictus nervioso adornaba su rostro de “Mater
Dolorosa”.
Dijo
que su crónica cotidiana sobre “la dificultad de las mujeres cubanas
para obtener una máquina de lavar” se refería a romper esa idea de que
en Cuba, la mujer se ha emancipado! Qué después del trabajo debe
ocuparse de los quehaceres de la casa. Plop! Les respondimos en coro una
Señora argentina y yo: como todas las mujeres en el mundo! Aquí en
Suiza, pasa lo mismo! Se sintió frustrada por tanta intervención.
También dijo que el dolor de los otros le “dolía”, pero que primero
tenía que ocuparse de su Cuba.
Trató
de explicar su trabajo “voluntario”, su miedo a tener miedo, su lucha
cotidiana para defender al pueblo cubano del régimen que por cierto le
dio estudios, salud, cultura, deporte sin costo alguno.
Sobre
mi pregunta, me contó una caricaturesca experiencia en la Haya donde
fue invitada por Amnistía Internacional y que compartió con activistas
israelís y palestinos quienes durante una semana se dieron la mano, y
que era eso lo que ella deseaba para esas dos Naciones… Ojalá que sus
amos no se enteren de su “posición y opinión” en ese tema pues podría
eso causarle problemas.
Debo
subrayar una pregunta. Una señora de unos 60 años, muy elegante,
francófona le preguntó lo que sentía en el fondo de su corazón cuando
atacaba constantemente a ese valeroso pueblo cubano, asediado hace más
de 50 años por el criminal bloqueo . No respondió sobre lo que sentía su
corazón, no sé si por ausencia del mismo o porque ella no va a terrenos
afectivos cuando no le conviene.
Al
final de la conferencia, me acerque a Yoani y le agradecí tan
“interesante” discurso, también le pedí fuese mi portavoz pues tenía un
mensaje que quería que transmitiese al Pueblo Cubano, ella amablemente
aceptó. Le pedí que transmitiera a ese valeroso pueblo mis
agradecimientos más profundos, eternos y sinceros por el trabajo
incansable de los médicos que curaron a los más desprotegidos, de sus
maestros y formadores que lograron la alfabetización cero en mi Bolivia
querida. De repente, su rostro se descompuso y sus guardaespaldas (6
hombres) le ayudaron a salir del aula queriendo impedirnos decirle:
¡Cuba no está sola! ¡Somos millones por el mundo! Creo que se fue
molesta… no entendí porque…
Ya
en la calle, unas 15 personas le dijeron otras verdades. Yo me
considero una dama, pero no pude aguantar su descaro, falsedad y
soberbia. Le repetimos que ¡Cuba no está sola, que somos millones para
defenderla! ¡Que no la dejaremos mentir impunemente!
Unas horas más tarde Yoani tweeteaba (quizás a ciegas) el siguiente texto:
Yoani Sánchez @yoanisanchez 17 Mai : Al salir del debate hoy con estudiantes en #Ginebra una mujer me amenazaba “no vas a poderte esconder, te buscaremos por todos lados“
Yoani Sánchez @yoanisanchez 17 Mai : Al salir del debate hoy con estudiantes en #Ginebra una mujer me amenazaba “no vas a poderte esconder, te buscaremos por todos lados“
Plop!
Quisiera que Yoani se entere que yo no sería capaz de pegarle o de
agredirle, traté de explicarle por el tweet pero me bloqueó. Quisiera
sólo que sepa que no le dejaremos mentir con tranquilidad, qué somos
millones! que no permitiremos que siga con sus falacias, pero que todo
se hará siempre desde el diálogo. Qué sepa que yo también tengo miedo a
tener miedo. Y que, la cito:
Yoani Sánchez @yoanisanchez 17 Mai “Si alguien cree que amenazándome me va a callar es que no me conoce, tiendo a correr justo hacia lo que me produce más miedo”.
Yoani miente y lo sabe, nadie la amenazó. Le digo más, Yo también tiendo a correr al mismo lado!
A
diferencia de otras presentaciones que he visto de la publicitada Yoani
Sánchez, en esta ocasión contó con un fuerte dispositivo de seguridad
(guardaespaldas) y fotógrafo. En total eran 8. Al parecer, su
disertación política sobre “la máquina de lavar” y el “plátano macho en
Cuba”, requerían de una protección a nivel de Jefe de estado.
Puede
que convenza a gente mono-neuronal pero está lejos de poder explicarle
a la gente de mediana inteligencia el porqué de su alma vendida al
diablo, porque les aseguro que el aula olía a azufre!
Me despido como me llamó, discretamente, una de las estudiantes presentes: Latin Fighter o Ulupika irreverente (como soy)
Tomado del Blog GUAJIRITA SOY
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