Hoy en la mañana, Chicheme en mano me dispongo a releer con calma la grata noticia del arribo a Panamá del dúo Buena Fe y las reacciones de los instigadores al odio.
De esto último surgieron datos
curiosos, que develan “la mano que mece la cuna”.
El primer artículo sobre el
tema lo publicó el sitio Américatvé, que dice ser una “estación de televisión
independiente en español basificada
en Miami”.
Es curioso que la imagen que
emplea para dar la noticia del arribo de Buena Fe a Panamá no parece tomada de
un fotógrafo ocasional, los captados en la misma no parece que estén al tanto.
Américatvé intenta ubicar a
sus “fuente” en Cuba, pero está claro que la imagen es del aeropuerto panameño
de Tocumen, sus alfombras azules y carteles lumínicos indicando número de
puerta, no admite dudas.
¿Quién ofreció esa imagen a Américatvé para desatar la furia de los instigadores al odio? Solo Dios sabe.
Y luego, de repente, pasada
apenas algunas horas de la llegada de los músicos cubanos a tierra Istmeña,
aparece el desaparecido Alain “Paparazzi Cubano” y localiza de una vez el hotel
donde se hospedan Israel y Yoel.
En una ciudad tan llena de
hoteles, hostales y posibles lugares donde hospedarse, Paparazzi logra como por
arte de magia ubicar donde se hospedan los músicos cubanos. OJO ese dato no
sale en las glosas de los diarios ni los huéspedes lo habían comentado en sus
redes sociales.
¡Qué curioso! ¿Habrá salido la
información de la ubicación exacta del hotel de la misma fuente de donde salió
la imagen del arribo de Buena Fe a Tocumen?, lo que sí está claro es que
persigue el mismo fin perverso.
Y antes que salgan los
habilidosos o los ingenuos, no me creo el cuento que el Papagayo tiene sus “contactos”
en la exclusiva Paitilla.
Aquí hay “gato encerrado”.
Ni el chicharrón es carne, ni
el Paparazzi Cubano es un superdotado, es evidente tiene cómplices y no de poca
monta, para fomentar el odio entre cubanos, los mismos que le patrocinan su
estancia en Panamá.
Delitos del desespero
Me detuve a escuchar el audio
de Paparazzi, donde es evidente que el trabajador del hotel comete faltas
graves al dar información de un huésped, pero en sus ansías de protagonismo o
estricto cumplimiento de órdenes, Alain comete delitos punibles para todos los
que en Panamá violan el derecho ajeno.
Un amigo abogado penalista al
que le pasé el audio publicado me dijo que “tal conducta de acoso tipifica el
artículo 168 del Capítulo III: Delitos contra la Inviolabilidad del Secreto y
el Derecho a la Intimidad, del código penal panameño”, que refiere:
Quien, sin contar con la autorización correspondiente,
practique seguimiento, persecución o vigilancia contra una persona, con
fines ilícitos, será sancionado con dos a cuatro años de prisión. Igual sanción
se impondrá a quien patrocine o promueva estos hechos.
Pero, como la ley a veces es incomprensible
para los simples mortales, pregunté a mi amigo cuál sería el fin ilícito en
este caso, y respondió: “pues la comisión de delitos contra Injuria y Calumnia
que se pretende con las manifestaciones anunciadas contra los músicos”
El artículo 193 del código de
Panamá refiere: Quien ofenda la dignidad, la honra o el decoro de una persona
mediante escrito o por cualquier forma será sancionado con sesenta a ciento
veinte días-multa…Cuando alguno de los delitos anteriores se cometa a través de un medio de
comunicación social oral o escrito o utilizando un sistema informático, será
sancionado en caso de injuria con prisión de seis a doce meses o su equivalente
en días-multa, y tratándose de calumnia, con prisión de doce a dieciocho meses
o su equivalente en días-multa.
Mi amigo, que evidentemente
está ávido de trabajo, me dijo además que en los propósitos de los instigadores
al odio (la manifestación que convocan) existe riesgo de vulneración de la
“Propiedad Privada”, palabra sagrada en estos países y conducta bien castigada
por sus leyes.
Por su puesto, llegado el
momento buscaré la forma de hacer llegar esta “consulta legal” a los que
patrocinan el viaje de los excelentes músicos cubanos.
Por lo pronto, ya compré mi
invitación para disfrutar de Buena Fe en La Vitrina o dónde se presenten. Tal
vez la pandemia no lo permitirá, pero esta gente llena estadios, barrios,
universidades y parques.
El Indio
8 de febrero del 2022
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