Por Amalia
Tomado de cubaconamalia
Cuando indagamos sobre el significado de la palabra independiente encontramos:
1. adj. Que no depende de otro, autónomo: estado independiente.
2. Que mantiene sus propias opiniones sin hacer caso de los demás: siempre ha sido muy independiente a la hora de decidir sobre su vida.
3. adj. y com. Que no pertenece a ningún partido o doctrina: se presentará como independiente en las próximas elecciones.
Y a partir de esta definición, me permito
poner en duda aquello a lo que tanto bombo y platillo se le ha dado:
la noticia sobre la nueva publicación de un periódico digital
“independiente” con la autoría de Yoani Sánchez. De las tres acepciones
referidas al inicio, solo quiero hacer alusión brevemente a la dos
últimas: “Que mantiene sus propias opiniones sin hacer caso de los
demás” y ” Que no pertenece a ningún partido o doctrina” ; sobre la
primera no voy a comentar nada, en definitiva ya se sabe y lo que se
sabe…
La credibilidad de esta señora está en
entredicho desde hace mucho tiempo, pero sobre todo a partir de haber
asumido el discurso ultra reaccionario del exilio histórico de Miami.
Ella que fuera tan “apolítica”, “sin preferencia partidistas” y “lejos
de compromisos ideológicos” aceptó su abrazo y se convirtió en su niña
mimada. El pasado año, durante su gira de 80 días perdió su intento por
mantener cierta posición política centrista. Su condena inicial al
embargo de EEUU y su reclamo de que se levante unilateralmente, su
demanda acerca de la necesidad o conveniencia de que Los Cinco de Miami
fueran liberados, su posición en favor de que se permita el turismo
normal de ciudadanos norteamericanos a Cuba, su argumentación en pro de
la devolución del territorio cubano donde se localiza la Base Naval de
Guantánamo, combinado todo ello con sus críticas al Gobierno cubano, su
falta de democracia y libertad, y caracterizando los actuales cambios y
reformas en Cuba como “cosméticos,” cambió de la noche a la mañana,
durante su primera parada en Brasil, tan pronto tuvo conocimiento de
la ola de críticas, ataques e insultos de variadas fuentes en Miami y
Washington, DC.
Al día siguiente se disculpó por demandar
la libertad de Los Cinco, diciendo que esto lo había dicho en un plano
irónico, como una broma, ya que ellos eran culpables, como se les
acusaba, y comenzó a enfatizar que el embargo era la coartada de Cuba
—no una intervención en los asuntos internos de Cuba, como previamente
había planteado— para justificar sus fracasos y que debería ponérsele
fin sólo después que Cuba ceda ante determinadas pre-condiciones de
parte de EEUU, y nunca más volvió a abordar reclamos como el turismo
norteamericano y Guantánamo; al siguiente día —luego de sintonizar su
frecuencia con Miami— se concentró enteramente en estos nuevos enfoques
“rectificados” y constantemente enfatizando el discurso convencional de
“cambio de régimen.” Estas nuevas “credenciales” le abrieron el camino
para su grandiosa recepción en EE.UU. y Miami en particular.
Al hacer esto perdió su fingido centrismo
“apolítico”, “sin preferencias partidistas”, “lejos de compromisos
ideológicos” y se fusionó con el discurso convencional del exilio y
consiguientemente con las viejas generaciones de la contrarrevolución.
Ya viene siendo hora entonces de que busque otro adjetivo que se
adapte mejor a su nuevo medio. No tiene que complicarse mucho, bastaría
simplemente con el uso del antónimo, cuya definición dice:
dependiente:
- subordinado, subalterno, auxiliar, accesorio, sufragáneo, tributario, adjunto, anejo, anexo
No hay comentarios:
Publicar un comentario