Parece que Alfredo Despaigne es el único ser humano del mundo al que el Gobierno de los Estados Unidos no le permite ganarse la vida honradamente fuera de su país. |
Política
y deporte no deberían mezclarse nunca, pero desgraciadamente sucede con
mucha frecuencia que la primera mancha al segundo, envolviéndolo en su
manto de hipocresía, falsedades, manipulaciones y dobles raseros.
El
caso del pelotero cubano Alfredo Despaigne es un ejemplo más. Llevamos
años escuchando que los jugadores de esta Isla debieran tener el derecho
a medirse con los mejores del mundo, donde mejor se juega en el mundo,
que es en las Grandes Ligas estadounidenses (MLB), y algunos creyeron
que eso no sucedía por culpa de las autoridades cubanas.
Derribado
ese mito, ahora llega otro peor, y es la manifestación más burda y
absurda de la extraterritorialidad del bloqueo (nada de embargo)
económico y financiero contra la mayor de las Antillas, aplicada hasta
sus últimas consecuencias, inclusive en algo tan noble como el deporte.
El
pasado año Despaigne firmó una gran temporada con los Piratas de
Campeche, de la Liga Mexicana de Béisbol, y se aprestaba a tener otra
similar pese a recibir propuestas de clubes más importantes -con
ingresos superiores-, pero alguien se molestó.
Parece
que el cubano es el único ser humano del mundo al que el Gobierno de
los Estados Unidos no le permite ganarse la vida honradamente fuera de
su país, como hacen todos los demás habitantes de este planeta.
A
alguien le dolió que el granmense regresara a casa con unos pocos miles
de dólares, muy pocos comparados con los que muchos clubes estarían
dispuestos a pagar por sus servicios, y lo han vetado.
La Liga Mexicana,
como sus pares en todo el Caribe, tiene lazos demasiado fuertes con la
LMB, y digo lazos eufemísticamente, porque en realidad parecen cadenas.
Este año, algún sesudo dijo que para que Despaigne volviera a jugar en
México debía tener ciudadanía de otro país que no fuera Cuba, y, en su
desespero por no perder a un toletero de su valía, los Piratas le
crearon un pasaporte dominicano falso.
Pero
no es tan fácil “jugarle cabeza” a una organización que se manifiesta
como el imperio donde radica, y que además destina recursos cuantiosos
para perseguir cualquier transacción monetaria cuyo destino sea Cuba; en
pocas semanas se descubrieron las ilegalidades.
Lo
peor es que este caso es solamente el botón de muestra, es como el
conejillo de Indias utilizado por la MLB para decir ¡No más!, y esa
frase desgraciadamente no se aplicará solamente a México, por lo que
nuestros peloteros tendrán que contratarse en Europa o Asia. Una vez más
el deporte cubano es víctima del bloqueo, que cada día tiene las garras
más largas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario