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lunes, mayo 11, 2015

Cuba y sus verdades.


Cuba

Por Ricardo Estévez Morales *
Para nadie es un secreto el papel que juegan los medios de comunicación masiva en la estrategia política de los EE.UU. Disímiles han sido los ejemplos donde se ha manipulado la realidad de los hechos, a través de estos medios, con el objetivo de lograr una opinión pública favorable a sus intereses políticos. No es casual, entonces, que los grandes medios de comunicación en los EE.UU. sean propiedad de conglomerados económicos y financieros pertenecientes a los grupos de poder.
El tema Cuba no ha estado ajeno a esta situación. Desde el triunfo mismo de la Revolución, estos medios se han dado la tarea de mostrar, ante su sociedad, una Cuba paupérrima y dictatorial, con el objetivo de sustentar la política agresiva, que por más de 50 años, el gobierno yanqui ha trazado contra Cuba.

Así lo reconocían los senadores demócratas Amy Klobuchar, Marx Warner y Claire McCaskill, durante una visita que realizaron a nuestro país recientemente, a raíz de los sucesos del 17D, cuando expresaron que: “…Regresamos con mucha información recopilada para brindársela a nuestros colegas, porque hay personas en el Congreso que tienen una sola visión de Cuba y es sólo la que escuchan en el Capitolio…”
Lo cierto es que Cuba está muy lejos de ser ese país paupérrimo, dictatorial, falto de libertades donde se violan los derechos elementales de los hombres. Nuestro país a pesar de vivir por más de 50 años bajo amenazas y agresiones, lo que ha conllevado a destinar cuantiosos recursos materiales a la defensa de nuestra independencia y soberanía (pilares fundamentales de toda nación), ha tenido un gran éxito social avalado en la erradicación del analfabetismo y el desarrollo alcanzado en la educación, la salud, la cultura y el deporte.
Contrario a lo que publican los medios estadounidenses, los principales organismos Internacionales han reconocido estos logros, situando a Cuba como referencia mundial en varios aspectos.
Según la UNESCO, Cuba dispone de la tasa de analfabetismo más baja y, a su vez, la tasa de escolarización más alta de América Latina. Así mismo señala que “…la educación ha sido la prioridad en Cuba desde hace más de 40 años. Es una verdadera sociedad de educación…”. Su informe sobre la educación en 13 países de América Latina clasifica a Cuba como primera en todas las asignaturas, además la señala como la nación del mundo que destina la parte más elevada de su PIB a la educación, con cerca del 13%.
Referente a la salud, Cuba dispone una tasa de mortalidad infantil de 4,6 por cada mil nacidos vivos, o sea, la más baja del continente americano, incluso más baja que la de Canadá o el propio EE.UU. Por otra parte, dispone del mayor número de médicos per cápita del mundo, con 85.000 profesionales para 11,1 millones de habitantes.
El New England Journal of Medecine, la revista médica más prestigiosa del planeta, plantea que: “…el sistema de salud (referente al de Cuba) ha resuelto problemas que el nuestro (referente al de EE.UU.) todavía no ha logrado resolver”. La revista subraya que “Cuba dispone ahora del doble de médicos por habitante que Estados Unidos”.
Por su parte la UNICEF, pone a Cuba como un ejemplo en la protección de la infancia y un “paraíso de la infancia en América Latina”, sustentado, entre otras cosas, en que Cuba es el único país de América Latina y del Tercer Mundo que ha erradicado la desnutrición infantil.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) reconoce a Cuba como el único país de América Latina y del Tercer Mundo que se encuentra entre las diez naciones del mundo con el mejor Índice de Desarrollo Humano (este índice se basa en las variables “esperanza de vida, educación y nivel de vida”) durante la última década.
Mientras el World Wild Fund for Nature (WWF), la organización más importante de defensa de la naturaleza, muestra a Cuba como el único país del mundo que ha alcanzado un desarrollo sostenible.
Pero nuestros esfuerzos, por lograr un alto desarrollo y bienestar para la sociedad, no sólo se enmarcan a nuestras fronteras; también hemos llevado nuestra mano amiga a la mayoría de los países del Tercer Mundo, esos que nadie se acuerda y que las potencias no hacen más que expropiarle sus recursos y su fuerza laboral.
Hasta allí va Cuba, con disímiles dificultades y necesidades económicas, destinando los pocos recursos que tiene para ponerlos en función otros más necesitados sin interés alguno. Y lo hacemos por convicción, porque somos consecuentes con los principios y valores que la Revolución nos ha inculcado.
En virtud de estos principios nuestra política exterior ha estado regida por un principio esencial que es la solidaridad. Es por esto que hemos acogido a decenas de miles de estudiantes procedentes de los países pobres, a los cuales le ofrecemos formación universitaria gratuita de alto nivel.
Ejemplo de esto lo constituye la Escuela Latinoamericana de Medicina, una de las más famosas de nuestro continente y que ya ha formado a varios miles de profesionales de la salud procedentes de más de 123 países.
Desde 1963 cerca de 132.000 médicos cubanos y otro personal sanitario han trabajado voluntariamente en 102 países. Actualmente son 38.868 colaboradores médicos, entre ellos 15.407 médicos, que ofrecen sus servicios en 66 naciones del Tercer Mundo.
Un ejemplo más reciente lo constituye la presencia del contingente internacionalista de la salud “Henry Reeve” en el combate frente al ébola en Liberia, Sierra Leona y Guinea Ecuatorial, países más afectados por este virus, a donde no pudieron llegar esos galenos, que perciben altos salarios, formados por las potencias mundiales. Allí Cuba acudió con cerca de 400 trabajadores de salud con el único objetivo de salvar las vidas de esos hombres y mujeres contagiados por el virus a sabiendas del gran riesgo que estaban corriendo; una vez más Cuba alzó su mano a favor de los más necesitados cuando todos la bajaron por temor.
Gracias a la Operación Milagro lanzada en 2004, que consiste en operar gratuitamente a poblaciones pobres víctimas de enfermedades oculares, cerca de 2,5 millones de personas de 28 países recobraron la vista.
Además el programa de alfabetización “Yo, sí puedo”, lanzado en 2003, permitió que 7 millones de personas de los cinco continentes aprendieran a leer, escribir y sumar.
Quiero aclarar que no son los únicos ejemplos, que demuestran lo que hemos sido capaces de hacer en estos años de Revolución. Existen otros tantos ejemplos que quizás se conozcan menos porque como bien expliqué la prioridad de los grandes medios es mostrar una tergiversación de la realidad; no obstante pienso que los ejemplos recogidos en este artículo constituyen desde ya un reto para esos países del llamado Primer Mundo, especialmente EE.UU., los cuales no se cansan de señalar a Cuba en cuanta lista negativa exista.
Pronto se celebrará la VII Cumbre de Las Américas, en Panamá, y nuestro país estará allí, representada por todos los sectores de la sociedad, exponiendo todos estos logros y otras ideas en virtud de fortalecer la unidad y el bienestar de nuestra América. De seguro no faltarán 4 ó 5 voces compradas por EE.UU. para que mientan acerca de nuestro país, en fin para eso les pagan, pero a eso no le tememos porque los hechos pueden más que las palabras.

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