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martes, julio 16, 2019

Cuba, cuando la personalidad se hace pueblo. Por Rafael Emilio Cervantes Martínez

Tomado de: 
Comienza a hacerse cada vez más palpable la tendencia en sitios de todo tipo que las noticias, medias noticias y falsas noticias sobre Cuba toman como punto de referencia el intenso acontecer de trabajo, medidas, participación, y comunicación desde el lugar de los acontecimientos, cada vez más frondosa.
Es evidente que este escenario se la pone difícil a los que han vivido de especulaciones y calumnias sobre la Revolución  Cubana durante décadas y que quedan aplastados por un torrente de información veraz que brota de miles, cientos de miles de protagonistas que están haciendo por el futuro del país lo que hay que hacer, pensar, organizarse, construir, cultivarse, y además, comunicar, y llenar en crecimiento, los espacios abiertos al mundo con nuestros contenidos.
Por ejemplo, la llegada de la primera dotación del confortable tren Habana Santiago de Cuba, de estreno, ha tenido gran repercusión en el pueblo y los medios, porque impacta favorablemente la vida de miles y miles de cubanas y cubanos que necesitan transportarse por todo el país, los precios son módicos y el confort adecuado. En los próximos días saldrán a nuevos destinos otras dotaciones con similares características. Punto para Cuba. La zona occidental de Pinar del Rio, en la voz de una de sus diputadas, espera por igual beneficio.
Pero sin dudas el grueso de las noticias parte  del accionar del compañero Díaz Canel, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros. Personalmente ha razonado en repetidas ocasiones sobre el carácter colectivo de la dirección del país y cualquier mérito que se le ha querido resaltar lo ha redireccionado al valor de la obra de la que somos herederos, sus líderes históricos, a Fidel y a Raúl, y sobre todo, al mérito pueblo  trabajador.

No puede ser de otra forma quien viene del pueblo y se ha educado consecuentemente en los principios de la Revolución. Basta leer las valoraciones de sus compañeros desde estudiante, de sus profesores y de sus compañeros de trabajo para comprobarlo.
En cambio nuestros enemigos de clase desatan un odio visceral que aumenta en la medida que crece la admiración hacia esa labor por parte de los revolucionarios, muchos de ellos curtidos veteranos en las luchas y el trabajo. Los primeros te sirven para reafirmar cuan bien vas, todo lo bueno y necesario para la Patria Socialista les incomoda, hiperbolizan y blasfeman en tal medida que nos llevan a dudar si no han perdido el juicio. Sin embargo, no pueden dejar de hablar de lo que hace y dice Diaz Canel y los dirigentes de la Revolución, aunque solo puedan en determinados asuntos, ser aves de mal agüero.
No tienen ni idea de las complejidades del socialismo que nos proponemos construir. No se detienen a estudiarlo, piensan que es socialismo efímero, que a diferencia del arte efímero, no dejaría ni la huella de su paso por la historia. ¡Oh la Historia!, una asignatura pendiente de los halcones de la Casa Blanca, de los mercenarios de la ingloriosa brigada 2506, y de los mercenarios de las redes que no podrán nunca asaltar las instituciones de la Revolución que son patrimonio intransferible de los revolucionarios.
Fallará sin remedio aquel que intente aplicar cualquier esquema sobre el papel del dirigente revolucionario a nuestra realidad actual. Ya el compañero Díaz Canel respondió en su discurso de clausura del último período de sesiones de la Asamblea Nacional a opiniones que pretenden clasificar que  corresponde o no al trabajo de un Presidente en el supuesto infundado de la jerarquización de los asuntos en correspondencia con los niveles de responsabilidad, de acuerdo a la tradición de Fidel y Raúl le corresponde  todo, máxime si se trata de los asuntos vitales del pueblo, sentenció,  y ningún dirigente puede mirar para el lado ante  un problema en espera que otro lo acometa. Eso no significa desorganizar la dirección sino sensibilidad y ejemplo para  los cuadros a todos los niveles.
El Che no era cortador de cañas en combinadas mecanizadas, ni albañil y son antológicas sus imágenes en estas labores. Fidel casi se ahoga en las crecidas del huracán Flora, lo que habría sido una desgracia inconmensurable, pero reafirma lo que ha dicho Raúl, que siempre fue el primero desde el Moncada.
Y lo fundamental es que se trabaja para que esa tradición en la dirección revolucionaria se haga masiva, universal, en todos, ante cada responsabilidad.
Uno de los énfasis mayores que se recogen en los documentos del Partido que guían la actualización de nuestro socialismo es la participación, participación es casi la palabra de orden y eso es involucramiento cada vez mayor de los trabajadores y el pueblo en general en la batalla por llevar a vías de hecho la visión de la nación que hemos consensuado.
En nuestras condiciones de construcción de socialismo tendremos que aprender a mirar los acontecimientos desde el prisma de que la personalidad se hace pueblo y el pueblo emerge como la verdadera personalidad de la historia.

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