Nelson Mandela, la disidencia “anticastrista” y el racismo (#Sudáfrica #Cuba #Miami #EEUU #Africa)

En días pasados se celebró en todo el mundo el Día Internacional de Nelson Mandela. El 18 de julio el expresidente sudafricano cumplió 95 años de edad. Fue un día de celebración por la vida y la obra de un hombre que ha dedicado su existencia a la lucha contra la discriminación racial y por un mundo mejor.  En los más apartados rincones del planeta se le ha rendido tributo de respeto a este ser humano que ha sabido combinar todas las virtudes como abogado defensor de los derechos humanos, como preso de conciencia, como luchador por la paz y como primer presidente negro elegido democráticamente en una Sudáfrica libre. Su combate en este momento es por la vida.

¿Por qué hablo de “Madiba” Mandela  ahora, once días después de esa fecha de celebración y de jubilo para todos los que estamos comprometidos  a luchar por la creación de un mundo mejor? Sucede que me vino a la mente un acontecimiento que quiero compartir con mis amigos más jóvenes que para ese entonces no habían nacido o que eran muy niños para comprender a plenitud esas cosas.


El 28 de junio de 1990 Nelson Mandela visitó Miami como parte de un recorrido por varias ciudades de los EE.UU., denunciando la discriminación racial y el apartheid. Para esa fecha Ileana Ros-Lehtienen, electa al Congreso de los EE.UU. en 1989, asumiendo la obtusa y cavernícola actitud que ha sido  tradicional en ella, quiso vetar la visita del líder antiapartheid, alegando la amistad de Mandela con Fidel Castro y citando que miembros del  Congreso Nacional Africano (ANC por sus siglas en inglés) habían recibido entrenamiento militar en suelo cubano.  Por supuesto que no logró su objetivo. Al Convention Center de Miami Beach donde se presentó Mandela, acudieron 6 mil invitados y otros 3 mil manifestaron a su favor en áreas aledañas, mientras que un exiguo y ridículo grupúsculo de unas 30 personas manifestó en contra.

La veta de “acérrima adversaria de Castro” le salió hasta por las venas del cuello a la congresista anticubana, lo que no le permitió percatarse de que para esa fecha Mandela ya era un héroe internacional, respetado y admirado por millones de personas en todo el mundo, a pesar de que el gobierno de los EE.UU. presidido por George Bush (padre) lo mantenía en la lista de “terroristas”, por su militancia en el ANC incluida también en esa relación.

Junto a Ileana Ros se atrincheraron en aquel fatuo enfrentamiento  Xavier Suárez y Alex Penela, Alcalde y Comisionado de Miami respectivamente y detrás de ellos estuvieron todo el tiempo Jorge Mas Canosa y José “Pepe” Hernández de la Fundación Nacional Cubano Americana, y otra gavilla de conocidos “anticastristas”, que como los que están saliendo a la palestra en estos momentos han confundido siempre la velocidad con el tocino.

La amistad de Fidel Castro con Nelson Mandela y de Cuba con la República de Sudáfrica es una realidad demostrada que perdurará eternamente y se seguirá hablando de ella, cuando ya no se recuerden los nombres de los miembros de esa claque  de furibundos cavernícolas “anticastristas” de café con leche que no acaban de aceptar la gran verdad histórica que se resume en una reciente declaración de un líder político caribeño: “El imperio luchó al lado de los racistas de Sudáfrica y los revolucionarios cubanos lucharon al lado de Nelson Mandela y del ANC. Fue la Revolución cubana a través de sus internacionalistas la que propició la independencia de Namibia y  abrió la puerta de la prisión de Mandela”.

Los llamados “anticastristas” que ahora han ido a rendirle pleitesía a Ileana Ros y sus compinches, se colocan en el bando de los que han respaldado el racismo y el apartheid. Los que defendemos la Revolución cubana estamos y estaremos siempre junto a Nelson Mandela y los que siguen sus ideas contra el racismo  y por un mundo mejor.