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viernes, septiembre 20, 2013

Humor en la TV española: Carromero NO se desencadena (+ video)

José Manzaneda*

En agosto, el diario español El Mundo creaba la clásica serpiente de verano para ganar ventas: publicaba una entrevista a Ángel Carromero, político del Partido Popular que –recordemos- fue condenado en Cuba por homicidio imprudente, tras causar el accidente en el que murieron los “disidentes” cubanos Oswaldo Payá y Harold Cepero (1). En la entrevista, Carromero acusaba a “los servicios secretos cubanos” de haber asesinado a dichas personas y de haber fabricado las pruebas para culparle a él de un accidente que no existió (2).


El Mundo dedicaba el 5 de agosto dos páginas a la entrevista, más un editorial. Y los tres siguientes días un total de 6 páginas completas al asunto, con nuevas entrevistas, artículos de opinión y noticias, todas en apoyo de la tesis conspiratoria. Decenas de medios de todo el mundo hacían referencia o reproducían esos días la entrevista a Ángel Carromero (3).

Un mes más tarde, la Justicia española daba un duro golpe al político español. La Fiscalía de la Audiencia Nacional emitía un informe en el que recomendaba no conceder el indulto que Carromero había solicitado (4). Recordemos que éste cumple su sentencia de cuatro años en territorio español, en régimen de libertad condicional, tras un acuerdo entre los gobiernos de Madrid y La Habana para su repatriación.

El texto es contundente. Alega que “no encuentra razones de justicia, equidad o conveniencia” para el indulto, y argumenta: que el condenado no ha “manifestado ningún signo de arrepentimiento”; que –a la fecha del accidente en Cuba- carecía de licencia de conducir tras acumular “seis sanciones administrativas (en Madrid) por incumplimiento reiterado de las más elementales normas de circulación”; que el ordenamiento jurídico español castiga su delito cometido en Cuba con una pena “análoga”; y que –gracias al tercer grado penitenciario del que disfruta- hace vida normal en su país, desarrolla “su vida profesional sin limitación alguna” y ni siquiera pernocta en prisión.

Las principales asociaciones de víctimas de accidentes de tráfico -Stop Accidentes y la Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes-DYA- acogían con satisfacción el informe judicial (5).

Sin embargo, la cobertura informativa a este informe judicial ha sido muy inferior a la de las declaraciones de Carromero sobre un supuesto asesinato de estado. Un ejemplo lo tenemos en la cobertura televisiva, principal medio en audiencia: en agosto, Televisión Española llevaba a su informativo las acusaciones de Carromero contra el Gobierno cubano (6), pero la negativa de indulto era publicada solo en su página web (7). El mismo tratamiento lo veíamos en Antena 3, otra de las principales cadenas españolas (8) (9).

La familia del “disidente” cubano Oswaldo Payá, que respalda a Carromero, presentaba hace unas semanas, también en la Audiencia Nacional española, una querella por delitos de lesa humanidad contra dos militares cubanos, a los que acusa del supuesto asesinato de Payá (10). A los pocos días, la Fiscalía rechazaba la admisión a trámite de la querella, afirmando que queda “totalmente desdibujada la existencia de un asesinato cometido como consecuencia de (una) persecución (…) fundada en motivos políticos” (11). El tratamiento mediático ha sido similar al caso anterior: la presentación de la querella llegaba a radios, periódicos e informativos de televisión. Pero su rechazo en la Audiencia Nacional pasaba casi desapercibida. Televisión Española (12) o La Sexta (13) llevaban a sus noticieros la primera, pero no informaban posteriormente de su no admisión a trámite.

La tesis del asesinato de estado, que responde a una nueva campaña contra Cuba en la que toman parte poderosos políticos y medios de la derecha internacional, no tiene –por supuesto- ni pies ni cabeza. No aporta la menor prueba o testigo. Pero, además, contiene evidentes –y hasta risibles- contradicciones. Recordemos que Ángel Carromero sostiene, en la entrevista de El Mundo, que un auto les perseguía y golpeó su vehículo por detrás, hasta sacarlo de la carretera. Y –aunque perdió el conocimiento ¡hasta en dos ocasiones!- defiende que los dos “disidentes” no fallecieron entonces, sino que fueron asesinados posteriormente por agentes de la seguridad cubana. Repasemos algunas contradicciones del relato.

1- ¿Vehículo rojo o azul, auto o camión? Carromero había declarado el 5 de marzo, al “The Washington Post”, que el coche que les seguía era un “viejo Lada (de color) rojo” (14). Sin embargo, en la entrevista de agosto para “El Mundo” era “un vehículo azul” el que les embistió y sacó de la calzada. Este gazapo, cazado inmediatamente en las redes sociales, trataba de ser enmendado por el diario El Mundo, a través de un cuadro aclaratorio, el día 8 de agosto: en él, explicaba que, realmente, les habían seguido “varios” vehículos en el trayecto, uno de ellos rojo y otro azul, y que fue éste finalmente el que les golpeó (15).

El diario de Miami “El Nuevo Herald” trataba también de echar una mano a Carromero, que mencionaba en sus páginas no dos, sino “tres vehículos” de seguimiento en su trayecto entre La Habana y Bayamo (16). Pero las contradicciones sobre el color del auto no acaban ahí. En febrero de 2013, en rueda de prensa, la hija del fallecido Oswaldo Payá –días después de haberse entrevistado personalmente con Ángel Carromero- señalaba a un Lada rojo –no azul- como el vehículo agresor, ya que –según sus palabras- “viajaba casi en paralelo con el auto (de) (…) mi padre, y los pasajeros de este Lada (rojo) (…) (llegaron) al lugar de los hechos antes incluso (…) que (…) los testigos oficiales” (17). Para completar el despropósito, en julio del pasado año, su hermano, Oswaldo Payá hijo, declaraba a la BBC, que fue -no ya un Lada, sino- “un camión (el que) los golpeó (…) hasta sacarlos a la cuneta” (18).

2- ¿Payá ingresó vivo o muerto en el hospital? Pero esta no es la única contradicción entre las versiones de Carromero y la familia Payá. Carromero sostiene que Oswaldo Payá “salió vivo del accidente” porque “las enfermeras y un párroco (le) aseguraron que en el hospital ingresa(ron) los cuatro” ocupantes del vehículo (19). Sin embargo, Rosa María Payá había declarado, en la mencionada rueda de prensa, que su padre no recibió “ningún tipo de ayuda médica antes de morir y solo fue llevado al hospital después de muerto” (20). ¿En qué quedamos entonces, Payá ingresó vivo o muerto en el hospital?

3- ¿Muerto a golpes o por un accidente provocado? Pero hay quien, en la familia Payá, llega a contradecirse a sí mismo en la misma entrevista. El hermano de Oswaldo Payá, en El Mundo, sostiene que aquél fue asesinado a golpes -“le golpearon con algo contundente muchas veces” afirma- para, un poco más tarde, relatar que una persona les había llamado diciendo que “Payá ha(bía) muerto en un choque con un (coche) patrulla” (21). ¿En qué quedamos, fue muerto a golpes o por el choque de un vehículo policial?”

4– ¿Las matrículas azules en Cuba son solo de la policía? Por otro lado, Carromero afirma que Oswaldo Payá le dijo que el vehículo que les seguía era “de la (policía) Comunista (cubana) por el color de la placa” (22). Algo absolutamente imposible: cualquier ciudadano cubano sabe que, en la Isla, no existe un color específico de matrícula para la policía, y que las de color azul corresponden a cualquier vehículo propiedad del Estado, sea policial, escolar, de transporte obrero, e incluso un taxi estatal (23).

5- ¿Impacto por detrás sin marcas en el vehículo? Carromero dice que su coche fue impactado por detrás, algo que desmienten las fotografías del vehículo tras el accidente, donde no se aprecia rastro alguno de ese impacto (24). El expediente policial tiene, además, fotos detalladas y dictámenes de peritos que descartan toda colisión con otro vehículo. Y tres testigos presenciales -un ciclista, un conductor de tractor y un peatón- confirmaron que el auto de Carromero iba a gran velocidad, derrapó y se estrelló solo (25).

6- ¿Una persecución no despierta al acompañante? Tampoco se entiende que la tensión de una persecución por todo el país no despertara al político sueco Aron Modig, quien –según declaraciones a la prensa sueca- sigue sosteniendo que dormía plácidamente y no recuerda nada (26).

7- ¿Un auto les saca de la carretera a 50 km. por hora? También parece altamente improbable que un vehículo –que no fuera un camión o un tanque- les sacara de la carretera de un golpe trasero si –tal como Carromero sostiene- él conducía a muy baja velocidad (entre 50 y 60 Km. por hora) (27).

8- ¿Perder el conocimiento por un choque a baja velocidad? O que perdiera el conocimiento en un choque a velocidad tan reducida.

El guión de misterio escrito por Ángel Carromero, la ultraderecha de Madrid y Miami y el diario El Mundo, es un relato mal construido, repleto de gazapos y fallos de raccord (28). Pero contiene un dato informativo muy interesante, que los medios –claro está- se han encargado de no resaltar. Ángel Carromero confiesa que viajó a Cuba para entregar 8.000 euros a la “disidencia” cubana, lo que demuestra, una vez más, que la supuesta “oposición” de la Isla –que carece de implantación social significativa- es sostenida de manera artificial –además de por los fondos de Washington- por los de la extrema derecha internacional (29) (30).

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