Después de un movimiento polémico y sin precedentes, la Comisión Electoral decidió extender las elecciones presidenciales en Egipto ante la baja participación ciudadana y los egipcios están llamados de nuevo este miércoles a las urnas por tercer día consecutivo.
Convertidos en un referéndum sobre la figura del exjefe del Ejército Abdelfatah al Sisi, los comicios iban a celebrarse lunes y martes pasados, pero en esos días solo se alcanzó un 37 por ciento de participación, según la recopilación preliminar de la Comisión.
Estos escasos datos, debidos al boicot de parte de la población, como los simpatizantes de l
os Hermanos Musulmanes y algunos grupos revolucionarios, desluce la previsible victoria de Al Sisi.
Sin embargo, la ampliación del plazo de votación fue rechazada tanto por la campaña del exjefe del Ejército como por su único rival, el izquierdista Hamdin Sabahi.
La Comisión Suprema Electoral subrayó que el objetivo es “dar la oportunidad de votar a los egipcios que residen lejos de sus centros de votación y a los que no pudieron hacerlo por la ola de calor” en el país.
Estos motivos no convencieron al equipo de Sabahi, que señaló que existen “presiones fuertes y claras de diferentes partes” y que el cambio en el calendario arroja “muchos interrogantes sobre la integridad del proceso”.
La campaña de Sabahi ha decidido retirar a sus delegados de los centros de votación en la jornada de hoy, aunque el candidato sigue en un principio en el duelo electoral.
Desde los medios de comunicación estatales se está urgiendo a acudir a las urnas en masa, incluso con acusaciones de “traidores” contra los abstencionistas, aunque también en la prensa se hace referencia a que parece que las autoridades están mendigando votos.
El primer ministro, Ibrahim Mehleb, ha amenazado con que se aplicará con rigor la multa de 500 libras egipcias (unos 52 euros) estipuladas por ley a quienes boicoteen el proceso.
La Alianza para la Defensa de la Legitimidad, encabezada por los Hermanos Musulmanes, aseguró que la escasa participación representa “un castigo popular y un boicot al gobierno golpista militar y a todas sus prácticas de injusticia y corrupción”.
En la segunda vuelta de las pasadas presidenciales, celebradas en junio de 2012, participó un 51,85 por ciento de los casi 51 millones de egipcios convocados a las urnas, que dieron la victoria al ahora depuesto Mohamed Mursi.
(Con información de EFE)
Convertidos en un referéndum sobre la figura del exjefe del Ejército Abdelfatah al Sisi, los comicios iban a celebrarse lunes y martes pasados, pero en esos días solo se alcanzó un 37 por ciento de participación, según la recopilación preliminar de la Comisión.
Estos escasos datos, debidos al boicot de parte de la población, como los simpatizantes de l
os Hermanos Musulmanes y algunos grupos revolucionarios, desluce la previsible victoria de Al Sisi.
Sin embargo, la ampliación del plazo de votación fue rechazada tanto por la campaña del exjefe del Ejército como por su único rival, el izquierdista Hamdin Sabahi.
La Comisión Suprema Electoral subrayó que el objetivo es “dar la oportunidad de votar a los egipcios que residen lejos de sus centros de votación y a los que no pudieron hacerlo por la ola de calor” en el país.
Estos motivos no convencieron al equipo de Sabahi, que señaló que existen “presiones fuertes y claras de diferentes partes” y que el cambio en el calendario arroja “muchos interrogantes sobre la integridad del proceso”.
La campaña de Sabahi ha decidido retirar a sus delegados de los centros de votación en la jornada de hoy, aunque el candidato sigue en un principio en el duelo electoral.
Desde los medios de comunicación estatales se está urgiendo a acudir a las urnas en masa, incluso con acusaciones de “traidores” contra los abstencionistas, aunque también en la prensa se hace referencia a que parece que las autoridades están mendigando votos.
El primer ministro, Ibrahim Mehleb, ha amenazado con que se aplicará con rigor la multa de 500 libras egipcias (unos 52 euros) estipuladas por ley a quienes boicoteen el proceso.
La Alianza para la Defensa de la Legitimidad, encabezada por los Hermanos Musulmanes, aseguró que la escasa participación representa “un castigo popular y un boicot al gobierno golpista militar y a todas sus prácticas de injusticia y corrupción”.
En la segunda vuelta de las pasadas presidenciales, celebradas en junio de 2012, participó un 51,85 por ciento de los casi 51 millones de egipcios convocados a las urnas, que dieron la victoria al ahora depuesto Mohamed Mursi.
(Con información de EFE)
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