Rusia, Bielorrusia y Kazajistán tienen programado firmar el próximo
29 de mayo el acuerdo sobre la creación de la Unión Económica
Euroasiática. “El acuerdo entrará en vigor el 1 de enero de 2015″,
informa el servicio de prensa del Kremlin.
Según acentúa el comunicado oficial, de este modo “concluye el proceso de formación del mayor mercado común”, de 170 millones de personas, en el espacio postsoviético, que se convertirá “en un nuevo potente centro de desarrollo económico”. El acuerdo prevé el libre flujo de mercancías, servicios, capitales y fuerza laboral dentro de la unión y una política común en los sectores claves de la economía: energía, industria, agricultura y transporte.
“La Unión Euroasiática facilitará los negocios en los Estados miembros, pero tiene también una misión más global: dar un carácter pluralista a la economía mundial”, comenta el jefe del Centro Euroasiático de Comunicaciones, Alexéi Pilkó, según recoge el portal Véstnik Kavkaza. “Actualmente el sistema basado en un mundo unipolar ha dejado de existir. Lo más probable es que en un futuro próximo la economía mundial tenga entre tres y cinco centro de fuerza en vez de uno. Esto la protegerá de los desequilibrios que desembocaron en la crisis de 2008″, detalla.
Desde el punto de vista de Leonid Savin, jefe de redacción del portal Gueopolítika, Occidente hace todo lo que está a su alcance para prevenir la integración euroasiática. “Lo ven como una amenaza a la existencia de su bloque. Es su fijación. Creen que si los países situados alrededor de Rusia unen sus esfuerzos el dominio anglosajón llegará a su fin”, explicó el analista a La Voz de Rusia.
Este punto de vista tiene su lógica, enfatiza, por su parte, el politólogo Maxim Shevchenko. “Después de la Segunda Guerra Mundial Occidente estableció el dominio totalitarista del dólar. Pero hoy en día, con el crecimiento de sujetos económicos como China, la India y Brasil, su hegemonía sufre: el mundo se opone al dictado del papelito verde. La Unión Euroasiática da la posibilidad de organizar una base estratégica de activos que protegerá las divisas nacionales del dominio del capital estadounidense”, insiste el analista, según recoge el portal Véstnik Kavkaza.
Pero en opinión de Shevchenko, esta no es la única causa. “La Unión Euroasiática es una vía natural para el desarrollo de Rusia y nuestros vecinos. Actualmente nos entristece que quedara destruido el sistema de programación estratégica y económica común, cuando unos recursos enormes se coordinaron desde una sede única a base de un compromiso entre las partes. Cuando les dicen que muchas Suizas pequeñas son mejor que una unión grande es mentira”, argumenta el politólogo.
“Rusia siempre ha intentado unir en un territorio común —político, económico, cultural e histórico— las tierras y naciones de Eurasia. Históricamente, ha tenido éxito, pero la Unión Soviética se desintegró debido a varios factores. Desde entonces ha pasado ya un cuarto de siglo, pero las metas planteadas por los políticos para explicar en su momento la necesidad de salir de la Unión Soviética no se han logrado. Muchos países que obtuvieron la independencia son parientes pobres en el entorno de la Unión Europea. La experiencia ha mostrado que es menos difícil resolver los problemas que implican grandes gastos juntos que por separado”, detalla el analista político Azhdar Kúrtov, según recoge La Voz de Rusia.
Según acentúa el comunicado oficial, de este modo “concluye el proceso de formación del mayor mercado común”, de 170 millones de personas, en el espacio postsoviético, que se convertirá “en un nuevo potente centro de desarrollo económico”. El acuerdo prevé el libre flujo de mercancías, servicios, capitales y fuerza laboral dentro de la unión y una política común en los sectores claves de la economía: energía, industria, agricultura y transporte.
“La Unión Euroasiática facilitará los negocios en los Estados miembros, pero tiene también una misión más global: dar un carácter pluralista a la economía mundial”, comenta el jefe del Centro Euroasiático de Comunicaciones, Alexéi Pilkó, según recoge el portal Véstnik Kavkaza. “Actualmente el sistema basado en un mundo unipolar ha dejado de existir. Lo más probable es que en un futuro próximo la economía mundial tenga entre tres y cinco centro de fuerza en vez de uno. Esto la protegerá de los desequilibrios que desembocaron en la crisis de 2008″, detalla.
Desde el punto de vista de Leonid Savin, jefe de redacción del portal Gueopolítika, Occidente hace todo lo que está a su alcance para prevenir la integración euroasiática. “Lo ven como una amenaza a la existencia de su bloque. Es su fijación. Creen que si los países situados alrededor de Rusia unen sus esfuerzos el dominio anglosajón llegará a su fin”, explicó el analista a La Voz de Rusia.
Este punto de vista tiene su lógica, enfatiza, por su parte, el politólogo Maxim Shevchenko. “Después de la Segunda Guerra Mundial Occidente estableció el dominio totalitarista del dólar. Pero hoy en día, con el crecimiento de sujetos económicos como China, la India y Brasil, su hegemonía sufre: el mundo se opone al dictado del papelito verde. La Unión Euroasiática da la posibilidad de organizar una base estratégica de activos que protegerá las divisas nacionales del dominio del capital estadounidense”, insiste el analista, según recoge el portal Véstnik Kavkaza.
Pero en opinión de Shevchenko, esta no es la única causa. “La Unión Euroasiática es una vía natural para el desarrollo de Rusia y nuestros vecinos. Actualmente nos entristece que quedara destruido el sistema de programación estratégica y económica común, cuando unos recursos enormes se coordinaron desde una sede única a base de un compromiso entre las partes. Cuando les dicen que muchas Suizas pequeñas son mejor que una unión grande es mentira”, argumenta el politólogo.
“Rusia siempre ha intentado unir en un territorio común —político, económico, cultural e histórico— las tierras y naciones de Eurasia. Históricamente, ha tenido éxito, pero la Unión Soviética se desintegró debido a varios factores. Desde entonces ha pasado ya un cuarto de siglo, pero las metas planteadas por los políticos para explicar en su momento la necesidad de salir de la Unión Soviética no se han logrado. Muchos países que obtuvieron la independencia son parientes pobres en el entorno de la Unión Europea. La experiencia ha mostrado que es menos difícil resolver los problemas que implican grandes gastos juntos que por separado”, detalla el analista político Azhdar Kúrtov, según recoge La Voz de Rusia.
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