Néstor García Iturbe
En el día de ayer, 16 de junio, Fulton T. Armstrong publicó un artículo en el Jewish Daily Forum, el cual plantea algunos hechos con los cuales estoy de acuerdo y considero que hace un enfoque realista sobre el tema principal del mismo, referido a la situación del contratista Alan Gross.
Fulton T.
Armstrong es una persona de amplia experiencia en problemas relacionados
con la política exterior de Estados Unidos. Trabajó con Asesor
Principal del Presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado,
dentro de la Comunidad de Inteligencia de Estados Unidos fue Oficial
Nacional para América Latina, en el Centro para Estudios Latinos y
Latinoamericanos de la American University ocupa el cargo de
Investigador Titular, a lo que debe agregarse los años de trabajó en
Cuba como uno de los principales jefes de la Sección de Intereses de
Estados Unidos en la Habana.
El artículo de Armstrong se titula
¿PORQUÈ NO ESTÁ ALAN GROSS EN EL PROXIMO AVIÓN HACIA ESTADOS UNIDOS
DESPUÉS DE LO DE BOWE BERGHDAL? Realmente yo me pregunto lo mismo,
aunque en mi caso, no puedo pasar por alto la situación de los tres cubanos anti-terroristas
que se encuentran en cárceles estadounidenses. Mi pregunta, un poco más
completa que la Fulton, sería ¿NO PUEDEN REGRESAR A CUBA GERARDO, RAMON
Y ANTONIO, EN EL MISMO AVIÓN QUE LLEVARÁ A GROSS A ESTADOS UNIDOS?
Considero que en el artículo de Fulton se
explican ampliamente las actividades en que estuvo involucrado Gross,
en el mismo plantea:
“Las actividades que
Gross estaba realizando en Cuba, cuando fue arrestado a finales del 2009
fueron instigadas, aprobadas y totalmente financiadas por el gobierno
(de Estados Unidos). Esto era parte de los 45 millones anuales aprobados
por la administración Bush como parte de la estrategia para cambiar el
gobierno de Cuba. Gross simplemente estaba ejecutando la política que de
forma entusiasta había sido acogida por altos funcionarios.”
Más adelante agrega:
“Han denigrado las
leyes cubanas- si un agente del gobierno cubano fuera capturado en los
Estados Unidos organizando una red sofisticada y secreta de
comunicaciones, como lo estaba haciendo Gross, el mismo tendría que
enfrentar serias acusaciones… El gobierno cubano arrestó y condenó a
Gross por tres razones principales: Realizando su trabajo en el
“programa para promover la democracia”, violó las leyes cubanas ( y en
los informes de sus viajes dejó claro, que sabía lo que estaba haciendo
); La Habana quería refrenar actividades similares a esta y el gobierno
cubano confió en la retórica del presidente Obama relacionada con “un
nuevo comienzo” en las relaciones bilaterales y vio en esto una
oportunidad de forzar a Washington para que se involucrara en un dialogo
serio.”
Otro aspecto a tomar en consideración
para que el mismo avión pueda ser utilizado en ambas direcciones es que
Gross, de su condena, ha cumplido cuatro años y medio, tal y como
plantea Fulton, sin embargo los tres cubanos presos en Estados Unidos
han cumplido más de quince años de prisión. Aunque Fulton lo señala, en
mi análisis no voy a incluir la diferencia de estar en una cárcel
estadounidenses, de vez en cuando en celda solitaria, a “estar en una
celda en un hospital cubano, con una buena atención médica.”
Coincido con la visión de Fulton
Armstrong de que un canje de prisioneros, en este caso, sería menos
riesgoso para la Seguridad de Estados Unidos que el canje de Bergdahl por cinco Talibanes,
cuyas memorias del tratamiento recibido en la cárcel de Guantánamo no
deben ser muy agradables. Coincido también con él de que este canje de
prisioneros, de efectuarse, necesariamente no debe ir acompañado de una
declaración de Obama relacionada con el levantamiento del bloqueo o el
restablecimiento de las relaciones entre ambos países.
El que Gross pueda unirse a su familia,
al igual que Gerardo, Ramón y Antonio es un gesto humanitario y
altruista, que será reconocido, además de por sus familiares, por las
comunidades donde viven y por el pueblo de las dos naciones.
Esto está dentro de las facultades que
tiene el presidente Obama, ahora falta saber si tiene lo demás que
necesita para tomar la decisión.
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