Esta frase define a muchas de las personalidades que han tenido relaciones de amistad con Fidel Castro. En este tributo a quien está a punto de cumplir 90 agostos, se habla de algunos amigos, muchas veces criticados por sus relaciones con el líder histórico de la Revolución Cubana.
Estela Bravo, afamada documentalista hispano-americana (Fidel, la historia no contada), entrevistó a algunos en esta categoría, como el premio Nobel de literatura ya fallecido, Gabriel García Márquez; el exdiplomático norteamericano en La Habana Wayne Smith; el exfiscal de Estados Unidos Ramsey Clark; el asesor del presidente Kennedy, historiador Arthur Schlesinger Jr.; la escritora norteamericana Alice Walker, el escritor y poeta cubano Miguel Barnet, el artista Harry Belafonte, y un puñado de amigos y familiares, entre otros testimonios.
Otros ejemplos son Ignacio Ramonet, autor de Cien Horas con Fidel y su referencia al líder cubano en entrevista de Rosa Miriam Elizalde, editora del sitio Cubadebate, así como el ya desaparecido Eduardo Galeano, laureado autor y analista fallecido en 2015.
ESTELA BRAVO
Las entrevistas realizadas por la documentalista Estela Bravo para su film Fidel, la historia no contada, exhibido en 2014 en Cuba con motivo del 88 cumpleaños del líder histórico, incluyeron a García Márquez y Eduardo Galeano.
Una versión anterior, estrenada por la televisión británica en enero de 1999 con el apoyo de una empresa productora de Los Ángeles, fue modificada en 2001. En ese año, Bravo y su esposo (el argentino Ernesto Mario Bravo, guionista y también productor) decidieron hacer otra versión en 35 mm, cambiaron algunas partes y reactualizaron el documental.
Esta nueva versión fue presentada en el Festival Internacional de Cine de Toronto y obtuvo el primer premio en el Festival Urbanworld de Nueva York.
“Los medios de comunicación presentan un estereotipo de Fidel Castro que no es el que nos consta a mi esposo y a mí. Creíamos que era necesario reflejar los 40 años de la revolución y el rol que jugó Fidel”, subrayó Bravo para Página 12 de Argentina.
Preguntada si Fidel era más comprendido y menos demonizado que hace 20 años, Estela respondió: “Las demonizaciones de los medios varían de acuerdo con los tiempos y circunstancias. Sin embargo, si las votaciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas pudieran ser un termómetro, se observará el rechazo casi unánime del mundo al bloqueo de Estados Unidos y el apoyo creciente a Cuba.”
Sobre el primer discurso de Fidel en La Habana al triunfo de la Revolución y la imagen de la paloma posándose en su hombro, Estela dijo que esa imagen integra el patrimonio de los revolucionarios de la isla. Entre los católicos, la paloma significaba un mensaje de paz relacionado con la Santísima Trinidad, mientras que para los de religión afrocubana, representó un mensaje del santo Obatalá, que elegía a ese hombre.
Wayne Smith, en ese entonces diplomático norteamericano en La Habana, relató a Estela que mientras miraba la escena en la TV, escuchó un ruido en la cocina y que al dirigirse allí vio a su cocinera negra hincada de rodillas y elevando sus brazos al cielo.
Según el diario Página 12 de Argentina, Fidel, la historia no contada, es un documental imprescindible, que rescata imágenes de los archivos estatales cubanos y las confronta y complementa con material exclusivo de la propia realizadora.
Bravo destacó entre las características desconocidas hasta entonces para ella de Fidel “su capacidad de conversar sobre aspectos disímiles y a veces nimios de la vida; mantener amistad con gentes de polos ideológicos diferentes y tener la curiosidad de un niño que lo pregunta todo”.
GARCÍA MÁRQUEZ
Algo que lamenta Ramonet sobre la pérdida física de Gabriel García Márquez es que no haya escrito las memorias de sus conversaciones y experiencias con Fidel, aunque algunas se recogen en las respuestas de Gabo a las preguntas de Estela Bravo, en el documental de esta sobre el líder histórico de la Revolución Cubana.
Gabo dice sobre Fidel que “tiene un idioma para cada ocasión y un modo distinto de persuasión según los distintos interlocutores. Sabe situarse en el nivel de cada uno y dispone de una información vasta y variada que le permite moverse con facilidad en cualquier medio.”
Sobre su aspecto físico, el autor de Cien Años de Soledad negó que Fidel fuera tan alto ni corpulento, sólo que cuando entra a un lugar, “ocupa todo el espacio.”
Preguntado sobre su amistad con Fidel, el escritor dijo: (Fidel) empieza siempre con voz casi inaudible, con un rumbo incierto, pero aprovecha cualquier destello para ir ganando terreno, palmo a palmo, hasta que da una especie de zarpazo y se apodera de la audiencia.”
“Es la inspiración, el estado de gracia irresistible y deslumbrante, que sólo niegan quienes no han tenido la gloria de vivirlo”, describió Gabo, captando como nadie ese magnetismo de Fidel, quien trasmite esa energía a sus interlocutores.
Estas palabras dicen mucho de la profundidad psicológica del escritor, quien vaticinó que el líder cubano sería recordado por muchos, muchos años.
IGNACIO RAMONET
El director de Le Monde Diplomatique se refirió a su amistad con el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro.
Rosa Miriam Elizalde preguntó a Ramonet, en una entrevista publicada el 8 de octubre de 2006 en el diario cubano Juventud Rebelde, su opinión sobre el libro Cien Horas con Fidel.
El intelectual destacó que “cualquier persona que lea este libro sin una opinión decidida, a favor o en contra de la Revolución, encuentra en las respuestas de Fidel una argumentación. No se excluyen muchos aspectos de la experiencia cubana que pueden considerarse problemáticos, a los que él siempre da una respuesta, a mi juicio, honesta y documentada”.
“Acusan a Cuba de tal o cual abuso, pero en realidad el abuso yo lo he padecido, porque he sido víctima de censura, en particular en España, simplemente por hacer mi trabajo de periodista. Este es el libro de un periodista. ¿Es necesario este libro? Sí, es necesario. De Fidel Castro y de Cuba se habla mucho, todo el tiempo, pero nunca se les da la palabra”, aseveró Ramonet.
A una afirmación de Fidel de que Ramonet lo conocía más que él mismo, el periodista respondió que su entrevistado dijo eso porque “es muy generoso”.
“El es así, como se describe en el libro. No es un ser doble: no es de una manera en un momento y otras veces de otra(…) él es así, sin comportamientos ocultos, o diferentes o contrarios. Por supuesto que hay muchísima gente que lo conoce más que yo, porque lo han frecuentado durante años a lo largo de su vida”, añadió.
“A mí me gustaría que quedase de este libro, señaló el autor, la posibilidad que tiene el lector de acercarse, de manera muy íntima y muy personal, a alguien como Fidel Castro. Alguien que siendo una persona muy pública, es también muy reservado. Un hombre tímido, al que no le gusta hablar de sí.(…) Cuando se refiere a hechos aparentemente ajenos, uno siente que está hablando en definitiva de él mismo, de su visión de procesos esenciales en los que ha estado involucrado”.
De Fidel indicó Ramonet: “Es una persona que no es nada arrogante, que por momentos trata de reducir su propio papel, sin que esto lo disminuya -todo lo contrario-. Alguien que reconoce que ha tenido tal o cual duda. Honestamente, creo que la personalidad y la verdadera humanidad de Fidel Castro están en este libro”.
EDUARDO GALEANO
“Nunca he confundido a Cuba con el paraíso”, dijo Eduardo Galeano, autor de Las venas abiertas de América Latina y tantos otros ensayos imprescindibles sobre esta región, a lo que añadió: “¿Por qué voy a confundirla ahora con el infierno?”
Galeano, fallecido en abril de 2015, señaló que “yo soy uno más entre los que creemos que se puede quererla sin mentir ni callar”, en su libro “Espejos”, según la reseña publicada por el sitio web “Taringa” de Uruguay el 17 de enero de 2012.
Sobre Fidel Castro, Galeano dijo:
“…sus enemigos no dicen que no fue por posar para la Historia que puso el pecho a las balas cuando vino la invasión, que enfrentó a los huracanes de igual a igual, de huracán a huracán, que sobrevivió a 637 atentados, que su contagiosa energía fue decisiva para convertir una colonia en patria, y que no fue por hechizo de Mandinga ni por milagro de Dios que esa nueva patria pudo sobrevivir a 10 presidentes de los Estados Unidos, que tenían puesta la servilleta para almorzarla con cuchillo y tenedor”.
“Y no dicen que esta revolución, crecida en el castigo, es lo que pudo ser y no lo que quiso ser. Ni dicen en gran medida que el muro entre el deseo y la realidad fue haciéndose más alto y más ancho gracias al bloqueo imperial, que ahogó el desarrollo de una democracia a la cubana, obligó a la militarización de la sociedad y otorgó a la burocracia, que para cada solución tiene un problema, las coartadas que necesita para justificarse y perpetuarse”.
“Y no dicen que a pesar de todos los pesares, a pesar de las agresiones de afuera y de las arbitrariedades de adentro, esta isla sufrida pero porfiadamente alegre ha generado la sociedad latinoamericana menos injusta”.
“Y sus enemigos no dicen que esa hazaña fue obra del sacrificio de su pueblo, pero también fue obra de la tozuda voluntad y el anticuado sentido del honor de este caballero que siempre se batió por los perdedores, como aquel famoso colega suyo de los campos de Castilla”. Y se pregunta el intelectual uruguayo, “¿Deja de ser admirable la porfiada valentía de esta isla minúscula, condenada a la soledad, en un mundo donde el servilismo es alta virtud o prueba de talento?”.
Finalmente afirmó que Fidel Castro es un símbolo de dignidad nacional. “Para los latinoamericanos, que ya estamos cumpliendo cinco siglos de humillación, es un símbolo entrañable”, afirmó el ensayista cuyo legado es cita obligada para cualquiera que estudie o haga política en este continente.
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