Discurso del Ministro de Relaciones
Exteriores de la República de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, en el Debate
General del septuagésimo primer Período de Sesiones de la Asamblea General de
las Naciones Unidas. Nueva York, 22 de septiembre de 2016.
El Canciller cubano interviene en la
ONU. Foto: Richard Drew/ AP
Señor Presidente:
Señor Secretario General:
Le expreso nuestro reconocimiento por sus notables esfuerzos durante su
mandato.
Señores Jefes de Estado y Gobierno:
Distinguidas delegadas y delegados:
Las estadísticas no podrían ser más
elocuentes. El 80% de la población mundial posee solo el 6% de la
riqueza, mientras que el 1% más rico, disfruta de la mitad del patrimonio del
planeta.
No menos de setecientos noventa y cinco millones de personas padecen hambre
crónica y 18 mil niños mueren diariamente, a causa de la pobreza. Más de 660
millones utilizan agua no potable y 780 millones de adultos y 103 millones de
jóvenes son analfabetos.
Lo más probable es que no hayan conocido de los Objetivos de Desarrollo del
Milenio y que, de saberlo, apenas crean en los nuevos Objetivos de Desarrollo
Sostenible.
Persiste el abismo entre nuestras deliberaciones y las realidades de los
pueblos. Se confirma la falta de voluntad política de los Estados
industrializados. Se reproducen los patrones irracionales de producción y
consumo del capitalismo que conducen a la destrucción de las condiciones de
vida del planeta.
Los enormes arsenales nucleares y convencionales y el gasto militar anual
de 1,7 millones de millones de dólares, desmienten a los que afirman que no hay
recursos para eliminar la pobreza y el subdesarrollo. Pero sí se dispone de
muchos argumentos para demostrar la urgencia de construir otra arquitectura
financiera internacional.
Dentro de los países desarrollados, se extinguen las “sociedades de
bienestar”, entran en crisis los sistemas políticos, crecen los bolsones de
pobreza, se aplican brutales programas de ajuste neoliberal contra los
trabajadores, los jóvenes y los emigrantes y se desarrollan peligrosamente
oscuras fuerzas neofascistas.
La filosofía del despojo sustenta las intervenciones militares y las
guerras no convencionales contra Estados soberanos por parte de países de la
OTAN, para cambiar gobiernos y apoderarse de recursos naturales. Resultan
cotidianas la imposición de medidas coercitivas unilaterales y el uso de
herramientas financieras, judiciales, culturales y mediáticas para
desestabilizar gobiernos; la militarización y uso agresivo del ciberespacio y
la violación de los derechos humanos de cientos de millones de personas.
Las oleadas de refugiados hacia Europa, provocadas por el subdesarrollo y
las intervenciones de la OTAN, muestran la crueldad, la naturaleza opresiva, la
ineficacia y la insostenibilidad del orden internacional vigente, sin que se
aprecie una respuesta asentada en los derechos humanos y la dignidad de las
personas, ni dirigida a resolver las causas profundas de los problemas.
El año 2015 fue también el peor en cuanto al cambio climático, con el
incremento de la temperatura global, del deshielo polar, del nivel de los
océanos y el crecimiento de los volúmenes de emisión de gases de efecto
invernadero.
En esta coyuntura, reiteramos nuestra solidaridad con los pequeños países
insulares en desarrollo, especialmente en el Caribe, que son los más afectados
por el cambio climático, para quienes reclamamos un trato justo, especial y
diferenciado.
Si bien se espera que los países industrializados avancen en el
cumplimiento de las obligaciones que asumieron con el ambiguo Acuerdo de París,
solo datos tangibles en materia de financiamiento y transferencia de
tecnologías a los países en desarrollo podrán fundamentar esperanzas de
supervivencia de la especie humana.
El capitalismo, sin embargo, nunca será
histórica ni ambientalmente sostenible.
Señor Presidente:
La paz y el desarrollo son la razón de ser de la Organización de las
Naciones Unidas. Para la especie humana, es imperiosa e impostergable la
necesidad de crear una cultura de paz y justicia como sustento de un nuevo
orden internacional.
Sería suicida el intento de prolongar la
existencia de un mundo unipolar mediante la guerra, la dominación o la
hegemonía.
Para la convivencia pacífica entre los
Estados, es imprescindible el respeto a la Carta de las Naciones Unidas y al
Derecho Internacional.
La ONU ha de ser defendida del unilateralismo y, al mismo tiempo, tendrá
que ser profundamente reformada para democratizarla y acercarla a los
problemas, necesidades y aspiraciones de los pueblos a fin de hacerla capaz de
enrumbar al sistema internacional hacia la paz, el desarrollo sostenible y el
respeto de todos los derechos humanos para todos.
La reforma del Consejo de Seguridad, tanto en su composición como en sus
métodos de trabajo, es tarea que no puede continuar postergándose.
El fortalecimiento de la Asamblea General y el rescate de las funciones que
le ha usurpado el Consejo de Seguridad, deben guiar la búsqueda de una
organización más democrática y eficiente.
Es perentoria la búsqueda de una solución justa y duradera al conflicto del
Medio Oriente que se sustenta, inexorablemente, en el ejercicio del derecho
inalienable del pueblo palestino a construir su propio Estado dentro de las
fronteras anteriores a 1967 y con su capital en Jerusalén Oriental.
La cuestión del Sahara Occidental requiere un esfuerzo de conformidad con
las resoluciones de Naciones Unidas, de modo que se garantice la
autodeterminación del pueblo saharaui y el respeto de su legítimo derecho a
vivir en paz en su territorio.
Subrayamos, una vez más, nuestra
confianza en que el pueblo de la República Árabe Siria será capaz de resolver
por sí mismo sus diferencias, cuando cese la intervención externa dirigidas al
cambio de régimen.
Los intentos de extender la OTAN hacia
las fronteras de Rusia y el despliegue de sus sistemas antimisiles, constituyen
un incentivo a la carrera armamentista y amenazan la paz y la seguridad
internacionales. Igualmente, manifestamos nuestra oposición a las sanciones injustas y
unilaterales contra el pueblo ruso que también perjudican a Europa.
Cuba, que ha sido víctima del terrorismo de Estado, reitera su firme
condena al terrorismo en todas sus formas y manifestaciones.
Señor Presidente:
La “Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz”, firmada en La
Habana por los Jefes de Estado y de Gobierno de nuestra región en enero del
2014, en ocasión de la II Cumbre de la Comunidad de Estados de América Latina y
el Caribe (CELAC), establece principios y reglas de convivencia, cooperación y
respeto entre los Estados, indispensables para la realización del derecho a la
paz, aplicables a los vínculos dentro de Nuestra América y a las relaciones de
esta con el hemisferio y el mundo.
Saludamos el histórico “Acuerdo entre el
Gobierno de Colombia y las FARC-EP para la Terminación del Conflicto y la
Construcción de Una Paz Estable y Duradera”, alcanzado en La Habana el pasado
24 de agosto. Contribuiremos en todo lo posible, siempre a solicitud de las
partes en su implementación.
Continuaremos respaldando al gobierno y
pueblo venezolanos, a la unión cívico-militar y al presidente constitucional
Nicolás Maduro Moros, en la defensa de su soberanía y autodeterminación, frente a la injerencia
imperialista y oligárquica que trata de destruir la Revolución Bolivariana y
Chavista para apropiarse de las riquezas petroleras y revertir las enormes
conquistas sociales alcanzadas.
Expresamos nuestro enérgico
rechazo al golpe de estado parlamentario-judicial perpetrado en Brasil contra
la Presidenta Dilma Roussef y nuestra solidaridad con ella, el pueblo
brasileño, con el Partido de los Trabajadores y el ex Presidente Luiz Inacio
Lula Da Silva.
Reiteramos nuestra convicción de que el pueblo de Puerto Rico merece ser
libre e independiente, luego de más de una centuria sometido a la dominación
colonial.
No renunciamos ni renunciaremos a uno solo de nuestros principios
revolucionarios y antimperialistas, a la defensa de la independencia, la
justicia social y los derechos de los pueblos, ni a nuestros compromisos de
cooperación con los más necesitados.
Los colaboradores cubanos que laboran en
todos los continentes continuarán dando su aporte, incluidos los 46 mil que en
61 países luchan por la vida y la salud de los seres humanos.
Constituye un obstáculo vergonzoso el
“Programa de Parole para Profesionales Médicos Cubanos” que aplican los Estados
Unidos de América, con el objetivo político de obstaculizar la cooperación
médica cubana y privar a los países receptores y a Cuba de valiosos recursos
humanos altamente calificados.
Señor Presidente:
Poco más de un año ha transcurrido desde el restablecimiento de las
relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos y la reapertura de las
Embajadas.
Se han registrado algunos avances en nuestros vínculos bilaterales,
principalmente en los asuntos diplomáticos, el diálogo y la cooperación en
temas de interés común, como lo reflejan las visitas de alto nivel, incluida la
visita del presidente Barack Omaba, y la docena de acuerdos firmados sobre
cuestiones que pueden reportar beneficios a ambos países y a todo el
hemisferio.
Sin embargo, la realidad es que el
bloqueo permanece en vigor, sigue causando graves daños y privaciones al pueblo
cubano y continúa obstaculizando el funcionamiento de la economía y sus
relaciones con otros países.
Las medidas ejecutivas adoptadas por el
Gobierno de los Estados Unidos, aunque positivas, resultan insuficientes.
Son numerosos los ejemplos recientes de perjuicios causados por el bloqueo
en el orden económico, comercial y financiero a Cuba y a terceros. Mientras
ello ocurra, presentaremos ante esta Asamblea el proyecto de resolución
titulado “Necesidad de Poner Fin al Bloqueo Económico, Comercial y Financiero
Impuesto por los Estados Unidos de América Contra Cuba”.
Reiteramos la disposición del Gobierno
cubano a continuar desarrollando un diálogo respetuoso con el Gobierno de los
Estados Unidos, sabiendo que resta un largo camino por recorrer para avanzar
hacia la normalización, lo que significa construir un modelo de
relaciones bilaterales totalmente nuevo en nuestra historia común que nunca
podrá ser olvidada.
Para que esto pueda ser algún día
posible, será imprescindible que antes se levante el bloqueo. También deberá
ser devuelto el territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval de los Estados
Unidos en Guantánamo, en contra de la voluntad de Cuba.
Señor Presidente:
El pueblo cubano, aún en medio de las condiciones adversas que imponen el
escenario internacional actual y la persistencia del bloqueo económico
comercial y financiero por parte de los Estados Unidos, continúa enfrascado en
la actualización del modelo económico y social que ha decidido de manera
totalmente soberana, con el fin de construir una nación independiente,
soberana, socialista, próspera y sostenible.
Muchas gracias.
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