Tomado del Heraldo Cubano.
Raalizado por: Arthur González
La historia no se puede borrar ni cambiar, aunque si olvidar, especialmente cuando se fabrican campañas mediáticas para lograrlo.
Eso es precisamente lo que hizo Estados Unidos con Fidel Castro, al que no le perdonan que haya salido victorioso de la guerra contra el dictador Fulgencio Batista y su desafió de construir una nueva Cuba, a pesar de los planes de Acción Encubierta de la CIA, incluidos los que diseñaron para asesinarlo.
Entre los logros más importantes alcanzados por Fidel Castro, está la educación del pueblo cubano, obra en la que puso todo su esfuerzo para sacarlo del analfabetismo y la incultura que dejaron los capitalistas cuando huyeron hacia Miami.
El 14 de septiembre de 1959, a solo 8 meses del triunfo de la Revolución, Fidel convertía el más grande campamento militar de Cuba en un centro escolar, ubicado en La Habana y denominado Columbia, donde el tirano tenía su residencia.
Bautizada como Ciudad Libertad, hoy cuenta con 18 centros docentes donde estudian 14 mil niños y adolescentes, entre ellos tres escuelas especiales: una para ciegos y débiles visuales, una para niños autistas y otra para niños con retardo en su desarrollo psíquico.
El otrora Cuartel Moncada, en Santiago de Cuba, fue también transformado en escuela y el mismo destino tuvieron los 69 cuarteles del ejército batistiano a lo largo de la Isla, algo que jamás hicieron los que tenían al país sumido en la ignorancia y ahora desean que Cuba transite nuevamente hacia esa época.
Algo que preocupó al gobierno de Estados Unidos y dio inicio a sus acciones de guerra psicológica contra Cuba bajo las campañas del comunismo, fue la decisión del Ministerio de Educación revolucionario de crear a partir del 29 de julio de 1959, tres mil aulas en las zonas rurales. Semanas después se informaba la aprobación de un presupuesto mayor para la educación, permitiendo abrir en el mes de diciembre 10 mil nuevas aulas en los campos cubanos.
Los desmemoriados deben conocer que el 23 de noviembre de 1959, el propio Comandante Che Guevara, inició el trabajo voluntario en la construcción de los sería meses después la Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos, en el Caney de las Mercedes en Santiago de Cuba, donde le fueron otorgadas becas a un niño de cada familia campesina residentes en las montañas de la Sierra Maestra.
Fue la Revolución quien dio la mayor esperanza de una persona, que es saber leer, escribir y ampliar sus conocimientos de forma totalmente gratuita. Para materializarlo, el 6 de junio de 1961 se dictó la Ley de Nacionalización de la Enseñanza, como un derecho de todos los ciudadanos sin distinción de sexo, raza, creencias, ni condición económica.
Hoy los cubanos que emigran o salen al exterior a trabajar, muestran elevados conocimientos gracias a la Revolución y no al sistema que dejaron en 1958 los que tanto odio demuestran contra Fidel Castro.
El primer programa revolucionario fue la educación, incluida la campaña de alfabetización causante de la antipatía del gobierno de Estados Unidos, quien financió bandas contrarrevolucionarias en las zonas montañosas de Cuba, las que asesinaron al maestro voluntario Conrado Benítez de solo 18 años y al alfabetizador adolecente Manuel Ascunce de 16 años de edad.
A la educación le siguió el programa de la Salud Pública y en el mismo año 1959 Fidel inició el programa de los contingentes de médicos rurales, para ofrecer por primera vez en toda la historia de Cuba, atención preventiva y curativa a la olvidada población campesina, la que solo tuvo en 58 años un mal trecho hospital de 10 camas sin médicos.
El primer paso dado por los médicos revolucionarios fue la desparasitación de los niños y la vacunación popular de forma gratuita.
Los olvidadizos deben saber que la mortalidad infantil que dejó el capitalismo en Cuba en 1958, era de 60 niños por cada mil nacidos vivos, y todas mujeres pobres parían a sus hijos en las casas al no poder pagar los servicios médicos.
A solo 10 años del triunfo revolucionario, se habían construido 47 hospitales rurales y 56 dispensarios médicos, cifra incrementada con el transcurso de los años.
Ante esas medias que favorecían al pueblo trabajador, la embajada yanqui en La Habana envió un memorando al Departamento de Estado, con el título: “Crecimiento del comunismo en Cuba” y entre los autores estaban Daniel M. Braddock, ministro consejero en la embajada y James A. Noel, jefe de la Estación de la CIA que allí funcionaba.
Dicho documento está publicado en el volumen VI, Cuba, 1958-1959, del Foreign Relations of United States, páginas 458-466.
Entre las aberraciones que plantea se lee lo relacionado al fortalecimiento de la cultura nacional, expresando textualmente:
“Los programas culturales en la fortaleza de la Cabaña han incluido alfabetización y una inyección de marxismo, igual que lecturas de poesías por Nicolás Guillén, relevante poeta comunista cubano. Ante las tropas, Guillén lee sus poemas sobre Little Rock, que se refiere a la discriminación racial en Estados Unidos”.
Para combatir esas influencias que ellos calificaban de comunistas por beneficiar a las clases desposeídas, propusieron las medidas siguientes:
- Tratar, a través de la OEA, de diplomáticos latinoamericanos locales y con una publicidad discreta, lograr que el gobierno cubano confirme su adherencia a las resoluciones de Bogotá, Washington y Caracas sobre el comunismo.
- Ampliar grandemente el programa de becas a dirigentes para poderle brindar a algunos de los nuevos líderes, un cuadro más preciso de Estados Unidos que el proyectado por los comunistas.
- Ayudar a los anticomunistas a obtener visas de EE.UU.
- Colocar literatura y libros editados por el Servicio de Información de Estados Unidos sobre el tema del comunismo, en las manos de los funcionarios claves de los ministerios, quienes de otra forma pudieran estar preocupados sólo superficialmente con la amenaza comunista.
- Traer a Cuba especialistas anticomunistas para estudiar la analogía de las acciones del gobierno cubano con la línea comunista y darles información a los grupos anticomunistas.
Los yanquis nunca pudieron aceptar que los cubanos fueran independientes culturalmente y de ahí su diseño de cruzadas mediáticas para demonizar a la Revoluciona y a su líder Fidel Castro, algo que no consiguieron porque el pueblo a partir de 1959 fue verdaderamente soberano e independiente, pues como aseguró José Martí:
“La educación es el único medio de salvarse de la esclavitud”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario