Por Osvaldo Rodríguez Martínez
Panamá, 25 nov (PL) Los héroes no tienen edad, tienen historia, hacen la historia: son la historia.
Panamá, 25 nov (PL) Los héroes no tienen edad, tienen historia, hacen la historia: son la historia.
Así definieron dos pequeñas niñas el Fidel que miran desde el recuerdo, mientras disfrutan su infancia feliz, la cual sus padres mucho agradecen al hombre que hace un año marchó a la eternidad.
Ellas hablaron en una tertulia solemne, pero no luctuosa, porque los cubanos de la misión estatal en Panamá se reunieron en la casa de todos, la Embajada, para evocar al Fidel Castro vivo del que 'anhelamos sus hazañas', al decir del poeta, y en un breve recorrido lo esbozaron en múltiples facetas.
Freddy, el maestro, rememoró la Alfabetización como el aldabonazo que inició, en la Cuba de la segunda mitad del siglo pasado, el combate contra la ignorancia como base para una educación que es ejemplo de las utopías posibles, la cual tuvo (y tiene) a la cabeza el hombre del eterno uniforme verde olivo.
El núcleo de educadores presentes fue en sí, el reflejo de cómo la pequeña isla desbordó sus fronteras con cartillas y manuales, para compartir con otros pueblos métodos de enseñanza como el Yo sí puedo, el cual permitió alfabetizar a 10 millones de iletrados, incluso en lenguas originarias; fue Fidel el inspirador.
Hablar de Cuba en cualquier latitud, significa el reconocimiento inmediato de la calidad de su salud pública, otra de las sólidas bases de un proceso social que tiene la prevención como presupuesto principal, y que actualmente se lleva a múltiples naciones a través de médicos y profesores.
Hubo la obligada referencia a esa obra, tal vez una de las que más tiempo le dedicó en lo estratégico, y se recordó su concepto de que los galenos nunca sobrarían, lo que asociaba a que Cuba viviría de su inteligencia: proféticas palabras demostradas en el desempeño de la nación.
El deporte como derecho popular y el ascenso del país a una potencia internacional, a contrapelo de su población y desarrollo económico, tiene la huella fidelista de punta a cabo, porque además de aficionado a varias disciplinas, fue atleta en sus años estudiantiles, lo cual le permitió conocer el fenómeno desde las raíces.
También se habló de sus estrechas relaciones con la prensa cubana, de cómo él mismo hizo periodismo antes del triunfo revolucionario y su visión de crear Radio Rebelde en lo intrincado de la Sierra Maestra, como único vocero de la guerrilla.
El recorrido de los tertuliantes los llevó a rememorar sus incursiones en buscar mecanismos de integración económica que permitieran hacer más eficiente a la sociedad, según el economista Luis Alberto, quien ejemplificó con aportes del líder al desarrollo del turismo, servicios médicos y la batalla contra la deuda externa.
'País subdesarrollado que hace política exterior de gran potencia', así definió Gabriel García Márquez a la diplomacia de la isla con Fidel a la cabeza, mientras el embajador de Cuba en Panamá, Antonio Pardo, sintetizó los principios de esa labor en: independencia, soberanía y solidaridad, definidos por quien para los cubanos es El Comandante.
El principal líder sindical antillano, Ulises Guilarte, quien a la sazón se encuentra en tierras istmeñas, llevó a los presentes a retrotraerse al 25 de noviembre de 2016, cuando la noticia de su muerte paralizó a todos, y compartió intimidades de los funerales, de los cuales fue orador.
La visión de Fidel de los obreros como base de creación de riquezas materiales, junto a los campesinos, y su estrecha relación con los líderes sindicales, según el secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, hizo que esos sectores estuvieran en cada importante batalla económica.
Cabalgando con Fidel, la canción homenaje convertida en himno popular, cerró la tertulia de un grupo de 'los agradecidos', como reza parte del estribillo, quienes desde tierras lejanas desafiaron tiempo y espacio para trasladarse imaginariamente a un pasado reciente de la isla que los vio nacer.
tgj/orm
Ellas hablaron en una tertulia solemne, pero no luctuosa, porque los cubanos de la misión estatal en Panamá se reunieron en la casa de todos, la Embajada, para evocar al Fidel Castro vivo del que 'anhelamos sus hazañas', al decir del poeta, y en un breve recorrido lo esbozaron en múltiples facetas.
Freddy, el maestro, rememoró la Alfabetización como el aldabonazo que inició, en la Cuba de la segunda mitad del siglo pasado, el combate contra la ignorancia como base para una educación que es ejemplo de las utopías posibles, la cual tuvo (y tiene) a la cabeza el hombre del eterno uniforme verde olivo.
El núcleo de educadores presentes fue en sí, el reflejo de cómo la pequeña isla desbordó sus fronteras con cartillas y manuales, para compartir con otros pueblos métodos de enseñanza como el Yo sí puedo, el cual permitió alfabetizar a 10 millones de iletrados, incluso en lenguas originarias; fue Fidel el inspirador.
Hablar de Cuba en cualquier latitud, significa el reconocimiento inmediato de la calidad de su salud pública, otra de las sólidas bases de un proceso social que tiene la prevención como presupuesto principal, y que actualmente se lleva a múltiples naciones a través de médicos y profesores.
Hubo la obligada referencia a esa obra, tal vez una de las que más tiempo le dedicó en lo estratégico, y se recordó su concepto de que los galenos nunca sobrarían, lo que asociaba a que Cuba viviría de su inteligencia: proféticas palabras demostradas en el desempeño de la nación.
El deporte como derecho popular y el ascenso del país a una potencia internacional, a contrapelo de su población y desarrollo económico, tiene la huella fidelista de punta a cabo, porque además de aficionado a varias disciplinas, fue atleta en sus años estudiantiles, lo cual le permitió conocer el fenómeno desde las raíces.
También se habló de sus estrechas relaciones con la prensa cubana, de cómo él mismo hizo periodismo antes del triunfo revolucionario y su visión de crear Radio Rebelde en lo intrincado de la Sierra Maestra, como único vocero de la guerrilla.
El recorrido de los tertuliantes los llevó a rememorar sus incursiones en buscar mecanismos de integración económica que permitieran hacer más eficiente a la sociedad, según el economista Luis Alberto, quien ejemplificó con aportes del líder al desarrollo del turismo, servicios médicos y la batalla contra la deuda externa.
'País subdesarrollado que hace política exterior de gran potencia', así definió Gabriel García Márquez a la diplomacia de la isla con Fidel a la cabeza, mientras el embajador de Cuba en Panamá, Antonio Pardo, sintetizó los principios de esa labor en: independencia, soberanía y solidaridad, definidos por quien para los cubanos es El Comandante.
El principal líder sindical antillano, Ulises Guilarte, quien a la sazón se encuentra en tierras istmeñas, llevó a los presentes a retrotraerse al 25 de noviembre de 2016, cuando la noticia de su muerte paralizó a todos, y compartió intimidades de los funerales, de los cuales fue orador.
La visión de Fidel de los obreros como base de creación de riquezas materiales, junto a los campesinos, y su estrecha relación con los líderes sindicales, según el secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, hizo que esos sectores estuvieran en cada importante batalla económica.
Cabalgando con Fidel, la canción homenaje convertida en himno popular, cerró la tertulia de un grupo de 'los agradecidos', como reza parte del estribillo, quienes desde tierras lejanas desafiaron tiempo y espacio para trasladarse imaginariamente a un pasado reciente de la isla que los vio nacer.
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