Tomado de Resumen Latinoamericano
El Gobierno Nacional rechazó de manera contundente a las declaraciones del Alto Comisionado de Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos (DDHH), Zeid Ra’ad Al Hussein, quien de forma “infundada, injerencista e irresponsable” atacó contra la democracia y la vigencia de los DDHH en Venezuela.
A través de un comunicado publicado por el Ministro de Exteriores, Jorge Arreaza, “el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela rechaza categóricamente que el Alto Comisionado pretenda juzgar los procesos electorales que se desarrollan en el país, sin disponer de mandato ni competencia alguna para ello, en perjuicio de las grandes mayorías e incluso los sectores de la oposición política que están decididos a dirimir sus diferencias mediante el ejercicio democrático y legítimo del derecho al voto”.
“Una vez más, el Alto Comisionado vulnera flagrantemente las normas y principios que deben regir su actuación, procediendo a fijar posición sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela de una manera selectiva”, se lee en la misiva, la cual destaca que no es casualidad que Al Hussein haya tomado esta posición tomando en cuenta su reunión con “representantes de los sectores más extremos y antidemocráticos de la oposición venezolana”.
Por último se destaca la constante convicción del Gobierno de la Patria de Bolívar en respetar y hacer respetar los DDHH tal como lo estipula la Constitución de Venezuela y los tratados internacionales válidamente suscritos y ratificados por la República.
A continuación comunicado íntegro:
La República Bolivariana de Venezuela repudia las infundadas e irresponsables afirmaciones realizadas por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, en relación con la democracia y la vigencia de los derechos humanos en el país.
Una vez más, el Alto Comisionado vulnera flagrantemente las normas y principios que deben regir su actuación, procediendo a fijar posición sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela de una manera selectiva, subjetiva y altamente politizada y parcializada.
Desde el comienzo de su mandato, el señor Al Hussein ha hipotecado la majestad del cargo que representa para colocarlo al servicio de la estrategia de agresión permanente que se desarrolla contra la República Bolivariana de Venezuela. No es casualidad que cada declaración del Alto Comisionado esté precedida por un encuentro con representantes de los sectores más extremos y antidemocráticos de la oposición venezolana.
En esta ocasión, en su desesperada obsesión contra Venezuela, el Alto Comisionado formula juicios de valor que resultan claramente desmentidos por los informes y opiniones del Experto Independiente del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Alfred de Zayas, quien visitó recientemente el país y recabó libremente en el terreno amplia información sobre la real situación de la democracia y los derechos humanos en Venezuela, desmontando la tesis de la supuesta crisis humanitaria.
El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela rechaza categóricamente que el Alto Comisionado pretenda juzgar los procesos electorales que se desarrollan en el país, sin disponer de mandato ni competencia alguna para ello, en perjuicio de las grandes mayorías e incluso los sectores de la oposición política que están decididos a dirimir sus diferencias mediante el ejercicio democrático y legítimo del derecho al voto.
La complicidad del Alto Comisionado con la acometida multiforme que está en marcha contra Venezuela resulta grosera. Por ello, guarda silencio cómplice frente al negativo impacto generado en el disfrute de los derechos económicos, sociales y culturales por las medidas coercitivas unilaterales impuestas por el gobierno de los Estados Unidos de América y sus serviles aliados en la región y en el mundo. Con esta actitud, se colca al margen de los postulados emanados de la Declaración y Programa de Acción de Viena, así como de la resolución que dio origen al Consejo de Derechos Humanos, haciendo un uso político del tema de los derechos humanos para imponer una visión anacrónica y unívoca del mundo.
La República Bolivariana de Venezuela reitera su compromiso ineludible con los derechos humanos en los términos establecidos en la Constitución venezolana y los tratados internacionales válidamente suscritos y ratificados por la República, así como su compromiso de seguir cooperando con el Consejo de Derechos Humanos y demás órganos del sistema de Naciones Unidas.
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