
El papa Francisco estuvo en Cuba. Después va a los Estados Unidos. Llega a los dos países acogido por el mérito de haber promovido la aproximación entre ellos, después de 50 años de hostilidades. El Congreso estadounidense podría ofrecerle una mejor recepción al pontífice suspendiendo el criminal bloqueo impuesto a la isla socialista por la Casa Blanca y devolviendo a los cubanos la base naval de Guantánamo.
Cuba es hoy una nación de poco más de 11 millones de habitantes dotados de una fuerte religiosidad sincrética, mezcla de un cristianismo de origen español con tradiciones religiosas oriundas de África, como la santería, traídas por los esclavos que llegaron destinados a trabajar en los ingenios de azúcar.