Por: Arthur González
Como verdaderos dinosaurios de la edad de piedra se comportan los integrantes de la mafia anticubana de Miami, los que mediante operaciones diseñadas por la CIA, alcanzaron posiciones en el Congreso norteamericano, con el propósito de conformar un sólido lobby que se opusiera a cualquier modificación sobre la política norteamericana hacia la vecina isla de Cuba. Así ha sucedido desde 1981.
Ese grupo de representantes y senadores de origen cubano, se ha opuesto a cualquier medida que favorezca un entendimiento entre ambos países, incluso aquellos que benefician más a Estados Unidos como es la firma de un acuerdo para combatir el tráfico de drogas, el establecimiento del correo postal directo y otros más.
Sus integrantes Ileana Ros-Lehtinen, Mario Díaz-Balart, Albio Sires, Robert Menéndez y el más reciente Marco Rubio, no representan el actual sentir de la comunidad cubana y mucho menos de los norteamericanos, pero han logrado vetar cualquier medida en ese sentido, mediante el chantaje y la entrega de dinero en apoyo de campañas electorales.
Entre las acciones que van contra toda lógica está la oposición y crítica feroz a cualquier viaje a la Isla que realicen los norteamericanos y más aun si estos ocupan un puesto importante en el Gobierno o son figuras del arte y el deporte.
Recientemente el sitio contrarrevolucionario financiado desde Estados Unidos, “Diario de Cuba”, España, publicó la noticia referente a la actitud asumida por los mafiosos anticubanos, contra la ex estrella de la NBA Dennis Rodman, el rapero Jay-Z y su esposa, la cantante Beyonce, por considerar que “se han prestado a la propaganda de dictaduras brutales con sus viajes a Corea del Norte y Cuba”.
Es el mismo lenguaje que emplean para todo, olvidándose que la verdadera dictadura brutal y sanguinaria era la de Fulgencio Batista, donde participaron sus padres como cómplices de sus crímenes.
El grupo mafioso amenaza y coacciona a los que viajan y constatan la realidad cubana, muy diferente a la que ellos intentar difundir en Norteamérica.
Por supuesto los que regresan cuentan la verdad y desmienten las arcaicas y descabelladas falacias con las que han embaucado durante medio siglo a millones de norteamericanos.
La verdad se abre paso y la propia política de People to People que diseñaron para lograr trasladar los valores de la sociedad norteamericana en Cuba, se vuelve contra ellos, armando con elementos indiscutibles a los que regresan, al permitirles demostrar a familiares, amigos y compañeros de estudio o trabajo, de cuan manipulados han sido en relación a la supuesta represión y falta de libertades, pues estas no aparecieron por ninguno de los lugares que visitaron.
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