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martes, marzo 18, 2014

La Florida: Tragedia infantil

Por  Nicanor León Cotayo
El más triste dilema que se vive ahora en la Florida está relacionado con la sostenida muerte de niños de padres drogadictos.
A dos periodistas de El Nuevo Herald, Carol Marbin Miller y Audra Burch, correspondió la misión de revelar los nombres de algunos de ellos.
Entre las víctimas más jóvenes de  los estupefacientes ilegales están Evan Longanecker, de 7 semanas,  murió asfixiado cuando tomaba leche del pecho de su madre drogadicta y esta perdió el conocimiento.También, Elia Moon Martin, de 7 meses, cuya mamá guardaba marihuana en la bolsa de pañales de la bebé, y Logan Suber, de 2 meses, que murió en un establo rodeado por las drogas y los medios utilizados por la madre para consumirlas.
Una investigación del mencionado Herald dada a conocer este lunes en Miami, sobre los 477 casos de infantes muertos, con familiares bajo pesquisa, reveló que:
Cuando los padres negaron tener un problema de drogas –a pesar de todas las pruebas en su contra-, los investigadores del Departamento de Niños y Familias  aceptaron esa respuesta.
Al solicitarles hacerse un examen para corroborar sus palabras, no lo admitieron, y tampoco fueron obligados a hacerlo.
Cada año mueren más niños en la Florida como consecuencia del abuso de drogas y enfermedad mental de sus padres que por accidentes de tránsito, tiroteos o cualquier otra causa.
La jueza del circuito de Miami-Dade, Jeri B. Cohen, a cargo de un plan dirigido a familiares  consumidores incapacitados para el cuidado de sus pequeños.
Según ella, los programas del Estado para combatir la drogadicción “tienen grandes fallas y son extremadamente peligrosos”.
Esto es así debido a que el propósito, en sentido general, tiene un carácter voluntario, y los progenitores pudieran negarse  a admitir que sufren un problema y rechazar las pruebas y el tratamiento.
La ya referida investigación en cuanto a los niños fallecidos con familiares bajo chequeo determinó que en 323 de los 477 casos, uno o ambos padres tenían historial de abuso de alcohol o drogas.
Setenta y uno de los primeros murieron ahogados, 60 asfixiados, y 76 a consecuencia de lesiones, en su mayor parte debidas a golpes o palizas.
Veinte, según la trágica estadística, murieron estrangulados, y 12 a consecuencia de disparos.
Según los periodistas Marbin y Burch, mientras subía el número de muertes infantiles relacionadas con las drogas, el presupuesto de la Florida redujo  “el plan de gastos para programas de ayuda a familias destruidas por el abuso de sustancias”.
Los gastos por ese concepto entre 2005-06 llegaron a 222,7 millones, pero en el presente año fiscal, que termina el venidero 30 de septiembre, solo alcanzarán   209 millones.
Este lunes a esa tendencia se unió el gobernador de la Florida, Rick Scott, al retirarle 9 millones de dólares a programas destinados  a fortalecer el bienestar infantil.
Los demócratas del Estado llegan a estimar que eso último endurece su campaña sobre el tema y hasta que podría contribuir a su victoria en las próximas elecciones para Gobernador.
Uno de sus líderes en esa región, Perry Thurston, entregó el jueves una carta a Rick Scott  donde lo fustiga por solicitar  disminuciones cuando no han evitado las muertes de numerosos infantes.
Fue en tal escenario que varios medios locales recordaron el balance de las encuestas con opiniones adversas al actual Gobernador.
¿Cuál es la lección de esos pequeños muertos en la Florida? Que en realidad no los ultimaron sus padres drogadictos, sino el sistema, donde hasta los más jóvenes mueren jóvenes.

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