Nora Gámez Torres
ngameztorres@elnuevoherald.com
En el segundo aniversario de la muerte del líder opositor cubano
Oswaldo Payá, su hija Rosa María Payá anunció que el Movimiento
Cristiano de Liberación (MCL) está preparando una campaña para pedir un
plebiscito en Cuba.
Rosa María explicó a que, tomando como punto de partida el Proyecto Varela, la idea es “incluir una sola pregunta: ¿quiere participar en elecciones libres y plurales?”
El Proyecto Varela impulsado por Oswaldo Payá—ganador del Premio Sajarov a la libertad de conciencia, el más prestigioso que concede la Unión Europea—fue desestimado por la Asamblea Nacional cubana en el 2002, cuando se presentó avalado por más de 10,000 firmas. La iniciativa abogaba por una nueva ley electoral y convertiría en leyes el derecho a la libre expresión, a la libertad de prensa y a la libertad de asociación, entre otras medidas.
En declaraciones a el Nuevo Herald, Rosa María insistió en que el Proyecto Varela sigue vigente, “no es necesario entregar más firmas. Ya se han entregado más del doble aunque la Asamblea Nacional no ha respondido a la demanda. Pero el Proyecto Varela es un proyecto ciudadano. Nuestra intención con esta campaña es la movilización ciudadana para exigir derechos. No puede haber transición en Cuba si no hay primero un reconocimiento de los derechos civiles, de la libertad de expresión, de asociación, para hacer los cambios que queremos”, subrayó.
La activista también informó que su familia estaba preparando un nuevo recurso legal ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos para intentar obtener una investigación independiente sobre la controversial muerte del opositor.
Según la versión oficial del gobierno cubano, Payá y el activista Harold Cepero fallecieron en un accidente automovilístico, cuando Angel Carromero, el conductor del automóvil, perdió el control del vehículo cerca de la ciudad de Bayamo, provincia de Granma, y chocó contra un árbol.
Carromero, miembro del sector juvenil del Partido Popular de España, fue enjuiciado en Cuba y condenado por homicidio imprudente a cuatro años de cárcel, aunque ahora cumple su condena en España bajo libertad condicional. Jens Aron Modig, presidente de la Liga Juvenil del Partido Demócrata Cristiano Sueco, quien también viajaba en el auto, fue repatriado a Suecia.
Repetidamente la familia de Payá ha cuestionado la versión oficial y ha señalado que el disidente había recibido amenazas de muerte. Carlos Payá, hermano del líder opositor y actual portavoz del MCL en España, recordó al periódico español ABC que Oswaldo había denunciado en el 2008 un atentado contra su camioneta, a la cual le habrían “aflojado las tuercas”, dijo.
La familia también ha mencionado un mensaje de texto enviado por Modig en el que habría escrito que un carro los había chocado. Pero Modig declaró el año pasado a Radio Nacional de Suecia que no tenía “memoria del choque” y aunque confirmó haber enviado el mensaje, este refería la versión que le había trasmitido Carromero sobre “que habíamos sido empujados fuera de la carretera”, sostuvo Modig.
Por su parte, al llegar a España, Carromero cambió su versión y dijo que había declarado en el juicio bajo presión de las autoridades cubanas y bajo los efectos de medicamentos no identificados.´
También en España la familia de Payá, quien era ciudadano español, presentó una querella ante la Audiencia Nacional contra dos altos mandos militares cubanos por la muerte del disidente, que fue desestimada, lo que fue calificado de “escandaloso” por la viuda del opositor, Ofelia Acevedo, y de “vergonzoso” en un editorial del Washington Post publicado el lunes. El tribunal consideró que no tenía elementos para cuestionar la sentencia contra Carromero, que fue avalada expresamente por el gobierno español para lograr su repatriación.
Sin embargo, en 2013, la Eurocámara pidió a la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, que promoviera en el marco de las Naciones Unidas la creación de un comité de investigación internacional e independiente para indagar sobre las muertes de Payá y Cepero.
Rosa María aclaró que en Naciones Unidas ya existe un proceso abierto dentro de la Relatoría de Crímenes Extrajudiciales, pero el gobierno cubano ha respondido al relator “con la misma versión falsa y ha dicho que la familia no ha hecho ningún reclamo legal en Cuba, lo cual es no es cierto”, enfatizó Rosa María, quien refirió que su familia ha intentado sin éxito obtener de las autoridades cubanas las copias de las autopsias realizadas a los opositores fallecidos.
Rosa María explicó a que, tomando como punto de partida el Proyecto Varela, la idea es “incluir una sola pregunta: ¿quiere participar en elecciones libres y plurales?”
El Proyecto Varela impulsado por Oswaldo Payá—ganador del Premio Sajarov a la libertad de conciencia, el más prestigioso que concede la Unión Europea—fue desestimado por la Asamblea Nacional cubana en el 2002, cuando se presentó avalado por más de 10,000 firmas. La iniciativa abogaba por una nueva ley electoral y convertiría en leyes el derecho a la libre expresión, a la libertad de prensa y a la libertad de asociación, entre otras medidas.
En declaraciones a el Nuevo Herald, Rosa María insistió en que el Proyecto Varela sigue vigente, “no es necesario entregar más firmas. Ya se han entregado más del doble aunque la Asamblea Nacional no ha respondido a la demanda. Pero el Proyecto Varela es un proyecto ciudadano. Nuestra intención con esta campaña es la movilización ciudadana para exigir derechos. No puede haber transición en Cuba si no hay primero un reconocimiento de los derechos civiles, de la libertad de expresión, de asociación, para hacer los cambios que queremos”, subrayó.
La activista también informó que su familia estaba preparando un nuevo recurso legal ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos para intentar obtener una investigación independiente sobre la controversial muerte del opositor.
Según la versión oficial del gobierno cubano, Payá y el activista Harold Cepero fallecieron en un accidente automovilístico, cuando Angel Carromero, el conductor del automóvil, perdió el control del vehículo cerca de la ciudad de Bayamo, provincia de Granma, y chocó contra un árbol.
Carromero, miembro del sector juvenil del Partido Popular de España, fue enjuiciado en Cuba y condenado por homicidio imprudente a cuatro años de cárcel, aunque ahora cumple su condena en España bajo libertad condicional. Jens Aron Modig, presidente de la Liga Juvenil del Partido Demócrata Cristiano Sueco, quien también viajaba en el auto, fue repatriado a Suecia.
Repetidamente la familia de Payá ha cuestionado la versión oficial y ha señalado que el disidente había recibido amenazas de muerte. Carlos Payá, hermano del líder opositor y actual portavoz del MCL en España, recordó al periódico español ABC que Oswaldo había denunciado en el 2008 un atentado contra su camioneta, a la cual le habrían “aflojado las tuercas”, dijo.
La familia también ha mencionado un mensaje de texto enviado por Modig en el que habría escrito que un carro los había chocado. Pero Modig declaró el año pasado a Radio Nacional de Suecia que no tenía “memoria del choque” y aunque confirmó haber enviado el mensaje, este refería la versión que le había trasmitido Carromero sobre “que habíamos sido empujados fuera de la carretera”, sostuvo Modig.
Por su parte, al llegar a España, Carromero cambió su versión y dijo que había declarado en el juicio bajo presión de las autoridades cubanas y bajo los efectos de medicamentos no identificados.´
También en España la familia de Payá, quien era ciudadano español, presentó una querella ante la Audiencia Nacional contra dos altos mandos militares cubanos por la muerte del disidente, que fue desestimada, lo que fue calificado de “escandaloso” por la viuda del opositor, Ofelia Acevedo, y de “vergonzoso” en un editorial del Washington Post publicado el lunes. El tribunal consideró que no tenía elementos para cuestionar la sentencia contra Carromero, que fue avalada expresamente por el gobierno español para lograr su repatriación.
Sin embargo, en 2013, la Eurocámara pidió a la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, que promoviera en el marco de las Naciones Unidas la creación de un comité de investigación internacional e independiente para indagar sobre las muertes de Payá y Cepero.
Rosa María aclaró que en Naciones Unidas ya existe un proceso abierto dentro de la Relatoría de Crímenes Extrajudiciales, pero el gobierno cubano ha respondido al relator “con la misma versión falsa y ha dicho que la familia no ha hecho ningún reclamo legal en Cuba, lo cual es no es cierto”, enfatizó Rosa María, quien refirió que su familia ha intentado sin éxito obtener de las autoridades cubanas las copias de las autopsias realizadas a los opositores fallecidos.
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