Por: Luis Miguel Rosales | Miradas Encontradas
El pasado día 3 de agosto despertábamos con la noticia, nada nueva, de que el gobierno de EE.UU. había utilizado a jóvenes latinoamericanos para promover acciones desestabilizadoras al interior de Cuba. Expreso que nada nueva porque ya con anterioridad el gobierno cubano había denunciado esta situación.En
este artículo no me referiré a lo denunciado por la AP, sino haré
alusión al envío a nuestro país de emisarios para promover las acciones
de la contrarrevolución interna, lo cual ha sido un elemento importante
dentro de la política subversiva que desarrolla la Administración de
Obama contra Cuba. Estos emisarios se utilizan para abastecer
tecnologicamente a la contrarrevolución, entrenarla para crear supuestos
líderes comunitarios y entregarles dinero y otros recursos materiales.
Ha sido también una prioridad del gobierno norteamericano promover al
interior de Cuba la utilización de las redes sociales, como Facebook y
Twitter, así como la promoción de blogueros contrarrevolucionarios.
Si antes del 2013 a Cuba llegaban
emisarios de terceros países para entrenar y abastecer a esta
contrarrevolución interna, luego de la apertura migratoria cubana muchos
de estos mercenarios han viajado en reiteradas ocasiones al exterior,
donde han recibido entrenamiento, así como equipamiento tecnológico y
dinero, mucho dinero. No obstante, el envío de emisarios procedentes de
diversos países latinoamericanos o europeos no ha cesado. no podemos
olvidar que hay varios millones de dólares esperando por ser gastados y
el envío de emisarios a Cuba es un negocio redondo para muchas
instituciones que colaboran en esta política subversiva anticubana. Por
ejemplo, se puede decir que entregaron 5 mil dólares a un emisario
cuando realmente le entregan 2 mil. ¿Dónde se queda la diferencia?
Además de señalar que en ocasiones algunos “emisarios” vienen a Cuba a
hacer turismo a costa del presupuesto de la USAID, después dicen “no
realizamos el contacto por detectar a la Seguridad cubana”, pero
disfrutaron el resto de su estancia en la Isla.
La USAID después de la detención y
encarcelamiento en Cuba del ciudadano norteamericano Alan Gross ha
incrementado los controles y el monitoreo hacia los programas que
conllevan el envío a la Isla de emisarios, para evitar que se utilicen a
norteamericanos. Con ello se evitan las presiones congresionales y la
repetición de sucesos como el de Gross. Por tal razón es que han
apostado por el uso de europeos, especialmente checos y polacos enviados
por la ONG subversiva checa People in Need con financiemiento de la
National Endowment for Democracy (NED), y a latinoamericanos, como mexicanos,
costarricenses, argentinos, peruanos, venezolanos y de otros países,
contratados por instituciones contratistas y subcontratistas de la USAID
como la Creative Associates International, las argentinas Fundación
Libertad, Fundación Pensar y Centro para la Apertura Democrática de
América Latina (CADAL), la ONG española Solidaridad Española con Cuba
(SEC) y la peruana Instituto Político Libertad (IPL).
Estos emisarios arriban a Cuba, con visas
de turistas, desarrollando un trabajo que puede incluso llevarlos a
prisión por estar violando las leyes cubanas. En sus viajes a la Isla
abastecen a los miembros de la contrarrevolución con recursos
tecnológicos diversos y muy costosos, como smart phones y otros equipos
celulares de última generación desbloqueados, laptops, notebooks y
computadoras de escritorio con sus accesorios, cámaras fotográficas y de
vídeo, equipos de banda ancha global (BGAN), tarjetas SIM, memorias
USB, routers inalámbricos y discos duros internos y externos. Llama la
atención que “disidentes” como Yoani Sánchez no cesan de pedir el envío a
Cuba de estos equipos cada vez que salen al exterior. Estos equipos han
sido utilizados en varias oportunidades por los propios “disidentes”
como una fuente de lucro personal.
Pero estos emisarios no solamente
distribuyen equipos tecnológicos y dinero, sino también literatura
especializada en acciones desestabilizadoras. Por ejemplo, el mencionado
IPL peruano ha gastado varios miles de dólares procedentes del
norteamericano Instituto Nacional Demócrata (NDI, en inglés) para enviar
a Cuba decenas de ejemplares del manual “De la dictadura a la
democracia”, elaborado por el académico Gene Sharp, presidente de la
Albert Einstein Institution. Ese panfleto fue ampliamente utilizado para
desarrollar las actividades opositoras contra los gobiernos
progresistas de Venezuela, Ecuador y Bolivia, sin olvidar su uso para
preparar las “famosas” Revoluciones de Color y las Primaveras Árabes.
Es interesante ver también que la USAID ha ido utilizando como emisarios a cubanos emigrados en diversos países, incluyendo EE.UU.,
pero que no tengan vínculos con organizaciones tradicionales de la
contrarrevolución cubana, muy desgastadas y carentes de credibilidad.
Los programas de envío de emisarios a
Cuba al parecer no cesarán, lo cual puede conllevar a posibles
conflictos bilaterales con esos Estados cuyos ciudadanos son utilizados
abiertamente para abastecer a la contrarrevolución interna, violando las
leyes de nuestro país. Las autoridades cubanas ya han expulsado de la
Isla a emisarios peruanos, argentinos, mexicanos y de otras
nacionalidades, quienes han sido detenidos en francas actividades
conspirativas con “figuras” de la contrarrevolución anticubana. Pero,
¿será esto infinito?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario