Omar Pérez Salomón
Este 31 de marzo se efectuó en Washington la primera ronda de conversaciones sobre derechos humanos entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos.
Lo primero que llama la atención es que
el gobierno que más viola los derechos humanos de sus ciudadanos y de
otros países del mundo, y que más ha atacado y acusado a la mayor isla
del Carbe de violar los mismos se ha visto obligado a sentarse en la
misma mesa, de igual a igual, para discutir en un ambiente de respeto
sobre estos temas.
Lo otro significativo es que más tarde o
más temprano la prensa capitalista al servicio del imperialismo
estadounidense, la misma que ha atacado a la Revolución cubana por más
de 50 años, como fruto de estas
conversaciones, tendrá que divulgar que mientras EE.UU asesina con
drones a ciudadanos de otros países, Cuba envía cientos de médicos al
África para combatir el ébola
y salvar muchas vidas humanas; que en las escuelas cubanas no ocurren
asesinatos de niños como en las de Estados Unidos; que en Cuba no se
tortura ni existe limitaciones al ejercicio de los derechos laborales
como en el vecino del norte.
Como el diálogo recién comienza y en
varias temáticas existen profundas diferencias entre ambas partes, vale
la pena recordar por su vigencia, las respuestas del líder de la
Revolución Cubana, Fidel Castro sobre los derechos humanos en Cuba, publicadas en el libro Un grano de maíz, del Comandante nicaragüense Tomás Borge en 1992:
“Si tú analizas la
influencia que tiene en el ser humano y en la felicidad del ser humano
la igualdad: igualdad de oportunidades, igualdad de tratamiento; si tú
tienes en cuenta que en nuestro país han desaparecido esas irritantes
diferencias entre el millonario y el pordiosero, que eso no existe aquí,
y que el hombre necesita algo más que pan: necesita honra, necesita
dignidad, necesita respeto, necesita que se le trate verdaderamente como
a un ser humano, ¿habrá algún país que haya hecho más por los derechos
humanos que lo que ha hecho Cuba?
“Si tú llegas a un
país como este y te encuentras una situación totalmente diferente, de
una identificación total, de una participación plena de los ciudadanos
en todas las actividades, en las actividades políticas, en las
actividades de defensa del país, en las actividades culturales, en las
actividades de desarrollo del país, ¿habrá hecho algún país más por los
derechos humanos que lo que ha hecho Cuba?
“Si tú tomas en
cuenta que a lo largo de más de 30 años jamás en nuestro país se han
utilizado medidas de fuerza contra el pueblo, si en más de 30 años no se
ha reprimido jamás una manifestación de obreros, de campesinos, de
estudiantes, de ciudadanos; si en más de 30 años no se ha lanzado jamás a
un policía, a un soldado, contra el pueblo a golpearlo, a reprimirlo,
ni se ha usado un carro de bomberos, ni gases lacrimógenos, ni
perdigones, que constituyen el pan nuestro de cada día en países
capitalistas desarrollados y en países del Tercer Mundo, yo me
pregunto:¿habrá habido algún país con más respeto a los derechos
ciudadanos, con más respeto a los derechos humanos que el que ha habido
en nuestro país?
“Cuando realmente
tú has creado una conciencia solidaria, una conciencia de fraternidad,
de hermandad entre los hombres como se ha creado en nuestro país con la
Revolución y el socialismo, ¿habrá algún país que haya hecho más por los
derechos humanos que lo que hemos hecho nosotros?
“Cuando lo que
existe se reparte entre todos, cuando no hay esa grosera desigualdad en
que unos tienen en exceso, unos se mueren de infarto y de colesterol, y
otros se mueren de hambre, cuando todo lo que se tiene se comparte,
cuando el país es de todos, cuando la patria es de todos, cuando las
riquezas son de todos, como ocurre en Cuba, ¿habrá otro país que haya
hecho más por el hombre, por el ser humano, que lo que hemos hecho
nosotros?
“Cuando el
ciudadano tiene la sensación de ser algo, de ser parte de la sociedad;
cuando el ciudadano tiene la sensación de poseer una dignidad nacional,
una patria, cosa tan rara, tan escasa y tan inaccesible en el mundo de
hoy para la inmensa mayoría de los pueblos, ¿habrá algún país que haya
hecho más por los derechos humanos que lo que se ha hecho en Cuba? Estoy
hablando del conjunto de cosas que, a mi juicio, consisten en la
verdadera política humanitaria, la verdadera política de dignificación,
de elevación y de bienestar del hombre. Lo que sufre el hombre con la
desigualdad es una cosa terrible; ese sufrimiento no lo conoce nuestro
pueblo.
“Creo que nuestra
Revolución tiene una característica – y lo digo sin querer ofender a
nadie, sin lastimar a nadie – que habrán tenido muy pocas revoluciones
en la historia: nuestro pueblo se educó en el odio al crimen, en el odio
a la tortura, en el odio a la violencia física contra las personas, en
el odio a los abusos de poder. Si precisamente lo que nos inspira en
nuestra lucha, lo que nos mueve, nos moviliza y nos une es el combate
frontal contra todas esas formas de injusticia, que nosotros tuvimos el
privilegio de aplicar de una manera consecuente a lo largo de toda
nuestra guerra de liberación y de nuestra historia revolucionaria.
“¿Por qué ganamos
nosotros la guerra? Porque seguíamos una política humanitaria. La gente
fue conquistada por esa política. Pudiera parecer, incluso, idealista,
porque siempre hay una justificación en la guerra y en los momentos de
peligro para hacer cosas que son crueles. La gente fue formada en esa
conciencia; pero lo más interesante es que cuando la Revolución triunfa,
a lo largo de 33 años, esas normas establecidas en nuestro Ejército
Rebelde se ha mantenido, y nosotros podemos asegurar así, de manera
categórica – y lo sabe todo el pueblo – que en este país jamás se ha
torturado a un prisionero, que en este país jamás se ha utilizado la
violencia física contra prisioneros. ¿Cuántos países en el mundo podrían
hablar en esos términos, cuántas revoluciones, cuántos Estados que
hayan participado en guerra civiles o en guerras extranjeras pueden
hablar en esos términos? Sin embargo, nosotros podemos hablar.
“Estos son los
hechos reales, estos son los hechos objetivos. ¿O es que el pueblo
ignora las cosas que ocurren aquí? ¿El pueblo puede ignorar que haya
habido un desaparecido o un torturado en este país? Considero que esa es
una ofensa a nuestro pueblo, que fue educado en los principios de
respeto al hombre y de respeto al ser humano, y en la lucha por el ser
humano; creo que es una ofensa a nuestro pueblo suponer que va a apoyar
una revolución que no tuviera esa intachable conducta o que fuera
incapaz de condenar cualquier violación de ese tipo que se hubiera
cometido en nuestro país, porque nuestro pueblo no la aceptaría, no la
toleraría.”
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