En el caso de las mujeres camagüeyanas éstas representan, por ejemplo, más de la mitad de los dirigentes sindicales de la provincia a todos los niveles, incluso entre los cuadros profesionales, donde superan el 60 por ciento del total.
Mucho le deben las mujeres agramontinas a su organización, la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), con excelentes resultados y próxima a celebrar su aniversario 53.
La FMC ha avanzado en la incorporación de la fuerza de trabajo femenina, sobre todo la altamente calificada, en todas las ramas de la economía y la sociedad de la Isla; la participación de las mujeres en la administración política y administrativa del país también ha ido en ascenso.
Son muchos los logros de las mujeres en el mayor archipiélago de Las Antillas, y en gran medida se lo deben a la organización que las agrupa y defiende.
Sin embargo, todavía le falta mucho por hacer a la FMC, sobre todo, para desterrar de una vez y para siempre ideales machistas que aún sobreviven en gran parte de la población masculina de la Isla, creencias y prejuicios arrastrados de una cultura anterior a enero de 1959, y que legitimó todas las desigualdades sociales por la clase, la raza y el sexo.
Es ese el principal reto de la FMC en la Cuba de hoy: enfrentar ideales obsoletos, y lograr que la mujer escale posiciones aún más elevadas en la sociedad de la Isla.
Para ello cuentan con el apoyo incondicional, desde el mismísimo triunfo de la Revolución Cubana, de las autoridades del gobierno y el Partido en la Isla, quienes ni por asomo han puesto nunca en duda la capacidad de la mujer.
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