Adalys Pilar Mireles
Con más de 60 exposiciones en galerías cubanas y foráneas el proyecto Con amor y esperanza cumple 12 años como peculiar propuesta creativa para niños y jóvenes con síndrome de down.
Surgida en esta occidental provincia, la iniciativa abarca ahora la enseñanza de técnicas de grabado, pintura, teatro y danza a los aprendices, laureados en salones de México y otras naciones, declaró Jesús Carrete, coordinador del programa.
De las cartulinas y matrices entintadas -afirmó- pasamos a los lienzos y los murales de gran formato, poco después incursionamos en el baile y la actuación para aprovechar todas las posibilidades de los pequeños.
Buscar opciones de empleo y experiencias satisfactorias para los artífices constituye la razón de ser de Con amor y esperanza, que durante más de una década ha regalado alegría tanto a los alumnos con síndrome de down como a sus familiares.
Además de las exposiciones en el habanero Museo de Bellas Artes y otros sitios de Cuba, el grupo pinareño mantiene colaboración con un colegio de California, Estados Unidos, donde organizaron el pasado año una muestra de lienzos.
Actualmente -dijo- preparamos otra exhibición en ese estado pero en una sala dedicada a personas con discapacidades, es una idea hermosa que pensamos lograr en el transcurso de 2014, adelantó el grabador.
Como parte de su proyección internacional, la agrupación estrecha vínculos con proyectos similares de Costa Rica y Venezuela.
Resultó difícil desde el comienzo, pero los avances de los niños justifican el esfuerzo de artistas de la plástica, educadores y padres, todos conmovidos por la revelación del talento oculto, expresó Carrete.
Entre los galardones más relevantes conferidos a Con amor y esperanza, destaca el primer premio del Concurso de Arte Sensible -para creadores con discapacidades intelectuales-, celebrado en México en 2008.
Con más de 60 exposiciones en galerías cubanas y foráneas el proyecto Con amor y esperanza cumple 12 años como peculiar propuesta creativa para niños y jóvenes con síndrome de down.
Surgida en esta occidental provincia, la iniciativa abarca ahora la enseñanza de técnicas de grabado, pintura, teatro y danza a los aprendices, laureados en salones de México y otras naciones, declaró Jesús Carrete, coordinador del programa.
De las cartulinas y matrices entintadas -afirmó- pasamos a los lienzos y los murales de gran formato, poco después incursionamos en el baile y la actuación para aprovechar todas las posibilidades de los pequeños.
Buscar opciones de empleo y experiencias satisfactorias para los artífices constituye la razón de ser de Con amor y esperanza, que durante más de una década ha regalado alegría tanto a los alumnos con síndrome de down como a sus familiares.
Además de las exposiciones en el habanero Museo de Bellas Artes y otros sitios de Cuba, el grupo pinareño mantiene colaboración con un colegio de California, Estados Unidos, donde organizaron el pasado año una muestra de lienzos.
Actualmente -dijo- preparamos otra exhibición en ese estado pero en una sala dedicada a personas con discapacidades, es una idea hermosa que pensamos lograr en el transcurso de 2014, adelantó el grabador.
Como parte de su proyección internacional, la agrupación estrecha vínculos con proyectos similares de Costa Rica y Venezuela.
Resultó difícil desde el comienzo, pero los avances de los niños justifican el esfuerzo de artistas de la plástica, educadores y padres, todos conmovidos por la revelación del talento oculto, expresó Carrete.
Entre los galardones más relevantes conferidos a Con amor y esperanza, destaca el primer premio del Concurso de Arte Sensible -para creadores con discapacidades intelectuales-, celebrado en México en 2008.
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