Medidas de Trump contra Cuba: críticas en el Congreso
Las recientes restricciones impuestas por la administración de Donald Trump para limitar los viajes de los norteamericanos a Cuba son rechazadas en uno de los principales escenariosde EE.UU.: el Congreso federal.
Cuando a principios de este mes el ejecutivo del mandatario republicano dio a conocer que aplicaría nuevas medidas para hacer aún más difícil las visitas al país vecino, diversas voces del Capitolio se pronunciaron en contra de ese paso.
Los estadounidenses, quienes tienen prohibido visitar la isla caribeña como turistas, solo pueden dirigirse a ese territorio bajo alguna de las 12 categorías autorizadas por el Gobierno, lo cual es considerado como una violación de su derecho a la libertad de viajar.
Unido a eso, desde el pasado 5 de junio el ejecutivo de Trump suspendió los viajes educativos grupales pueblo a pueblo, los más empleados por los ciudadanos de este país para trasladarse a la vecina nación; y además puso fin a los cruceros hacia la isla, la vía de arribar a Cuba de más rápida expansión usada por los norteamericanos.
En un discurso pronunciado en el pleno del Senado, el demócrata Patrick Leahy condenó fuertemente ese mismo día las nuevas restricciones de viajes, a las que calificó de tontas y vergonzosas. ‘¿Qué tipo de Gobierno le dice a sus ciudadanos a dónde pueden viajar o dónde pueden gastar su dinero?’, cuestionó.

Según el senador por Vermont, con este paso la administración Trump retoma la política fallida de la Guerra Fría que restringe el derecho de los estadounidenses a visitar Cuba, a pesar de que una abrumadora mayoría de norteamericanos, tanto republicanos como demócratas, se oponen a esas prohibiciones.
El legislador recordó que como argumento para aplicar estas limitaciones, el ejecutivo de Trump señala el apoyo brindado por Cuba a Venezuela y al Gobierno de Nicolás Maduro.
Leahy subrayó que esa es una posición hipócrita, pues hay otros países con cuyas políticas Washington tiene marcadas diferencias, incluido en lo relacionado con la nación sudamericana, como son los casos de Rusia, Irán o China, y sin embargo los estadounidenses no tienen restricciones para dirigirse a esos lugares.
Como parte de esa intervención en la Cámara Alta, adelantó que presentará el proyecto denominado Ley de Libertad para Viajar a Cuba ante el nuevo Congreso, tras introducir una propuesta similar en mayo de 2017, durante el legislativo previo.
En aquella ocasión la propuesta tuvo el apoyo de 55 de los 100 miembros de la Cámara Alta, como muestra del respaldo que hay en la sociedad norteamericana y en el propio Capitolio a levantar las restricciones que impiden ir a Cuba con fines turísticos.
Por su parte, el Grupo de Trabajo sobre Cuba en el Congreso estadounidense emitió este mes un comunicado en el que defendió la importancia de mejorar las relaciones entre los dos países, y criticó las nuevas medidas contra los viajes a la isla.
Las representantes demócratas Kathy Castor y Barbara Lee, y los republicanos Tom Emmer y Rick Crawford, copresidentes de la agrupación bipartidista, expresaron que un mejor vínculo bilateral ‘ofrece oportunidades infinitas para ambas naciones y el hemisferio circundante’.
Esos legisladores calificaron de fallido el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington contra el territorio vecino hace casi 60 años y llamaron a sus colegas en el Congreso a preguntarse si desean continuar por el mismo camino con respecto a Cuba o trazar un nuevo rumbo a través del compromiso.
Castor había expresado anteriormente que la política de Trump perjudica al pueblo de la mayor de las Antillas, al imponer un alto precio a las familias, y a los propietarios de pequeñas empresas y emprendedores.
Las reacciones no se limitaron al momento en que salieron a la luz las medidas, y el 14 de junio un grupo de 12 senadores, entre ellos tres aspirantes a la Casa Blanca por el Partido Demócrata, enviaron una carta a los secretarios del Tesoro, Steven Mnuchin, y de Comercio, Wilbur Ross, para rechazarlas.
A juicio de los miembros de la Cámara Alta, la expansión del compromiso con Cuba allanará el camino para nuevas oportunidades económicas en beneficio de las dos naciones.
Las acciones para restringir aún más los viajes al país caribeño representan un paso significativo hacia atrás en la relación bilateral, anotaron, entre otros, Amy Klobuchar, Elizabeth Warren y Bernie Sanders, quienes buscan representar a la fuerza azul en las elecciones presidenciales de 2020.
Reiteraron que aislar a Cuba solo tiene desventajas para los negocios, agricultores y ciudadanos de ambos territorios.
Asimismo, sostuvieron que restringir los viajes de embarcaciones de pasajeros y de recreo, y los aviones privados y corporativos, debilita las relaciones comerciales bilaterales, socava la capacidad de los norteamericanos para viajar, y lastima al pueblo del Estado caribeño. Estas posturas son diametralmente opuestas a las de un pequeño grupo de legisladores que celebraron las restricciones adicionales y están a favor de cualquier medida que signifique mayor conflicto y alejamiento entre los dos países, como los senadores por Florida, los republicanos Marco Rubio y Rick Scott.
Más allá del Congreso, al menos otros dos aspirantes demócratas a la Casa Blanca han criticado la postura de Trump hacia Cuba: el excongresista Beto O’Rourke; y el alcalde de South Bend, Indiana, Pete Buttigieg.
Durante un evento de campaña en New Hampshire en mayo pasado, O’Rourke condenó la decisión de Trump de dar marcha atrás al acercamiento iniciado entre las dos naciones, y se mostró a favor del fin del bloqueo a la isla y de normalizar las relaciones bilaterales.
Por su parte, Buttigieg declaró en abril a un periodista de la televisora NBC News que se había logrado gran progreso en los nexos con Cuba y se mostró en contra de revivir políticas que no funcionaron en el pasado.
Desde Cuba.cu