En fecha reciente, vemos cómo llegan a suelo istmeño
figuras de la oposición cubana. Ahora esos viajeros creen que son
consultores, entrevistados y conferencistas que representan a la
sociedad civil de Cuba. Esa es una de las mentiras más grandes que
quieren protagonizar esos viajeros, mercenarios y plumíferos. La
sociedad civil de la isla la conforman organizaciones y entidades
autóctonas, sin dinero ni la injerencia de potencias extranjeras, ni de
otros grupos.
Entre los visitantes está Guillermo
Fariñas, quien presume en las redes sociales de su amistad con el
conocido terrorista Luis Posada Carriles, “el Bin Laden de América”,
como se conoce a Posada por sus innumerables actos de terrorismo, entre
ellos el crimen de Barbados.
Recordemos que Posada,
junto a otros siniestros socios suyos, esperaba volar el Paraninfo
Universitario en Panamá, para asesinar al líder de la revolución cubana
Fidel Castro y aniquilar también a las personas inocentes que asistían a
ese acto. Por suerte, no pudo materializar el atentado.
Tales mercenarios responden a la ultraderecha más reaccionaria, que
prepara y acomoda a sus peones, perritos falderos, para que hagan un
show mediático en la venidera Cumbre de las Américas en Panamá. Aquí
buscan pedestales influyentes para corresponder a sus jefes
imperialistas y a sus patrocinadores, y a las fundaciones anticubanas
que financian hoy día los viajes del “opositor” cubano por el mundo y de
otros. Ellos, Fariñas y su combo, no son reconocidos por nuestro pueblo
como lo representativo de la sociedad civil. A otro con ese cuento,
desde luego, tratan de confundir y desestabilizar con mentiras paganas y
violando las leyes.
