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martes, marzo 18, 2014

Obama y la influencia benefactora del papa Francisco

Por: Landys Aguilar.
La noticia del encuentro entre el Presidente Barack Obama y el papa Francisco recorre el mundo con la velocidad a la que nos tienen acostumbrados las potencialidades y prestaciones informáticas del siglo XXI. Según el artículo consultado, la visita del Presidente Obama al Vaticano, tendrá lugar el 27 de marzo, día de San Ruperto Misionero, como se recoge en el santoral católico.
Ya los analistas y especialistas vaticanos inician su respetable trabajo e incluso elaboran vaticinios sobre  los resultados de la visita y hasta el posible contenido de las agendas que ambas personalidades llevaran al encuentro. No es ese el propósito de estas líneas.
Al conocer de la noticia, nos vino en mente un escenario solo vinculado al contenido de la información por la cual conocimos del encuentro. El mismo tendrá lugar a un año y diecinueve días de que el papa Francisco ocupara su cargo como Obispo de Roma y sucesor de San Pedro.
Citando textualmente parte del articulo mencionado, “el presidente Barack Obama espera discutir con el papa Francisco su compromiso común de lucha contra la pobreza y la creciente desigualdad” según comunicado del Secretario de Prensa de la Casa Blanca, Jay Carney. De esta forma conocimos un tema que de seguro estará incluido en la agenda de intercambio. No es necesario suponerlo.
Lógicamente que este propósito es loable y cuenta con nuestro total respaldo, máxime después de que el papa Francisco tratara con profundidad tan importantes y actuales temas (pobreza y desigualdad) en su exhortación apostólica “Evangelii Gadium”  donde fustiga y crítica al capitalismo neoliberal que genera pobreza, excluye al hombre y genera desigualdad.
Reconocemos que nos llamó la atención que el presidente Obama se proponga tratar los mismos temas que al ser analizados por el Papa, fundamentó que lo calificaran de marxista, calificativo que no descartamos tambien sea utilizado por los ultra conservadores con el Presidente Obama, en especial los componentes del Tea Party.
Tambien nos impactó que Obama espere “discutir” con el Papa “su compromiso común de lucha contra la pobreza y la desigualdad”. Realmente, consideramos que el termino  “discutir” no encaja en el caso del Papa quien en su tiempo de pontificado ha efectuado más acciones concretas contra la pobreza, la guerra y la desigualdad que las ejecutadas por el “Premio Nóbel por la Paz” que ocupa la Casa Blanca durante sus dos períodos de mandato presidencial.
Para Obama, cuya administración ha generado y es responsable de complejos escenarios bélicos que tuvo su máxima expresión en la crisis e intento de invasión a Siria en el año pasado; administración que ha elevado el nivel  de pobreza y desigualdad hasta índices no conocidos por el ciudadano norteamericano, el propósito no debe ser “discutir” sino recibir una “clase magistral” del Papa de cómo actuar para erradicar tanta pobreza y desigualdad generada por el país que preside.
El compromiso de este empeño no es común. Solo el papa Francisco (incluso con la elección de este nombre) ha demostrado compromiso, entrega y acciones concretas a favor de los pobres. Eso fue lo que los electores y ciudadanos esperaban del primer presidente negro de los Estados Unidos. La esperanza quedó defraudada.
Sin embargo, el primer papa latinoamericano colocó el tema de la lucha contra la pobreza y la desigualdad como parte del credo de su misión y de la institución que encabeza. Los amantes de la paz, la hermandad, la solidaridad y el progreso reconocen su empeño, incluso dentro de los legisladores republicanos y demócratas norteamericanos, el ejemplo del Papa  les sirve de “fuerza moral” y estimulo como compromiso para su misión política. Sobre esto, nada se menciona respecto a que su Presidente les sirva de ejemplo.
Los resultados de la gestión del papa Francisco en contra de la pobreza, la desigualdad y la paz, son suficientes para candidarlo a “Nóbel por la Paz”, como permitieron que la revista Times lo eligiera el personaje del año 2013. La diferencia con Obama salta a la vista. La balanza del encuentro favorece a Francisco.
De esta forma, en marzo del 2014, la humanidad seguirá el encuentro del papa Francisco con el presidente  Obama, atenta a sus resultados, a las fotos y noticias, sin olvidar por ello que “de buenas intenciones esta empedrado el camino del infierno” y que “solo por sus obras los conocerás” como recoge el Evangelio.
La humanidad no requiere de nuevos compromisos que pasan a letra muerta con extrema facilidad. La humanidad espera y exige acciones concretas y urgentes para hacer desaparecer la pobreza y la desigualdad.
Quizás el ejemplo del papa Francisco en su compromiso con y por los pobres y desposeídos, sirva de influencia benefactora al Presidente Obama por aquello que “es mejor tarde que nunca”. Seguiremos con atención el encuentro, recordando que los aires de elecciones se levantan y avecinan en el escenario norteamericano. Confiamos en el papa Francisco y oramos para que por parte de Obama y su gobierno no sea más de lo mismo.
Recomiendo:

El papa francisco y la astronomia politica del Tea Party.

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