Todos los días son de esperanza para aquellas mujeres que padecen cáncer de mama, sobre todo en momentos en que la ciencia médica ha avanzado tanto y la experiencia demuestra que la mayoría de las enfermas sobreviven gracias a la detección precoz.
Si bien más de la mitad de los cánceres de mama son detectados por la propia mujer tras realizarse una autoexploración, según la Sociedad Española de Oncología Médica, estudios recientes también demuestran la importancia de reducir la edad para efectuar mamografías como política preventiva.
Una investigación llevada a cabo en hospitales de Boston, en Estados Unidos, reveló que la mayoría de los fallecimientos por esa dolencia se producen en muchachas a las que no se les practicó una mamografía para detectar en una fase prematura el tumor, indico Telesur en su edición digital.
Los expertos coincidieron en que el cáncer de mama es más agresivo en las mujeres jóvenes, de ahí que sugirieron que se debería practicar este examen antes de los 50 años de edad.
A fin de demostrar el valor de la mamografía, el equipo de Blake Cady, de la escuela de Medicina de Harvard en Boston, siguió todos los cánceres de mama invasivos prescritos en los hospitales de Boston entre 1990 y 1999.
El estudio incluyó datos demográficos, práctica de la mamografía, informes quirúrgicos y fechas de muerte.
En total se corroboraron 609 muertes por cáncer de seno hasta 2007, pero los expertos advirtieron que a solo 29 % de las víctimas se les había diagnosticado la enfermedad mediante la mamografía.
Al mismo tiempo, se comprobó que apenas 13 % tenía 70 años de edad o más al morir, mientras 50 % no había cumplido los 50 años. Entre las mujeres con cáncer de mama, aquellas que murieron por el padecimiento tenían una media de edad de 49 años cuando se le diagnosticó.
Una de las primeras causas de muerte en el sexo femenino
Cifras actualizadas reflejan un incremento del número de mujeres que padecen esa enfermedad que, según especialistas, encabeza en algunos países la lista de las causantes del mayor número de fallecimientos entre la población femenina.
En las naciones de bajos y medianos recursos ocurre cerca del 45 % de más de un millón de casos nuevos diagnosticados por año, y más del 55 % de muertes por ese motivo.
Estos números, no obstante, pueden ser superiores, pues es justamente en esos países donde las mujeres tienen menos oportunidades de acceder a servicios de salud y, por tanto, no aparecen en las estadísticas oficiales, en tanto el presupuesto reservado por los gobiernos a este sector es con frecuencia insuficiente.
A ello se añade la ausencia de campañas de prevención y el desconocimiento por la población femenina de la importancia del auto examen mamario, que ayuda a diagnosticar el padecimiento en una fase inicial e incluso a prevenirlo.
“Alas por la vida” en Cuba
El proyecto Alas por la Vida surgió en Cuba a propuesta de un grupo de especialistas del hospital capitalino Manuel Fajardo, con la finalidad de disminuir el estrés, elevar la autoestima y mejorar la calidad de vida de la mujer operada de cáncer de mama. Sus resultados han estimulado la creación de otros equipos en diferentes provincias.
Son diversas las interrogantes que surgen acerca de este importante tema de salud que involucra a la mujer y a su familia.
De ahí la conveniencia de conocer que el cáncer de mama no es contagioso y su cura no se ha logrado todavía en la totalidad de los casos, aunque existen pruebas científicas que demuestran que diagnosticado en etapas tempranas puede controlarse en un porcentaje elevado de las pacientes.
A continuación presentamos algunas preguntas y respuestas de especialistas sobre el tema, dadas a conocer por el Proyecto Alas por la Vida
1.- ¿Qué es el cáncer de mama?
Este se produce cuando las células mamarias se alteran y comienzan a crecer desordenada y descontroladamente.
Es el tipo de cáncer más frecuente de la mujer en la mayoría de los países del mundo y en el nuestro en particular. De ser diagnosticado y tratado tempranamente puede ser controlado en un elevado porcentaje.
2.- ¿Tiene cura?
La cura definitiva no se ha logrado todavía en la totalidad de los casos. Existen evidencias científicas en la actualidad de que si es diagnosticado en etapas tempranas de la enfermedad, puede controlarse en más del 96% de las pacientes.
Para su tratamiento, cada vez aparecen armas terapéuticas más eficaces en los campos de la radioterapia, quimioterapia, hormonoterapia, anticuerpos monoclonales (las llamadas vacunas), etcétera.
Pero continúa siendo fundamental el diagnóstico temprano a través del autoexamen de mama, el examen clínico y la mamografía. Para el logro de este objetivo, el papel protagónico lo tiene la propia mujer.
3.- ¿Cuáles son los llamados factores de riesgo que favorecen su aparición?
El primero es ser mujer, ya que la proporción en relación con el hombre es de 100 a 1. Luego, la edad, pues 35 y 40 años comienza a elevarse peligrosamente la incidencia y, como grupo de máximo riesgo, está el comprendido entre 50 y 64 años.
También la historia familiar de cáncer del seno, si la primera menstruación fue antes de los 12 años y si la menopausia la tuvo después de los 55. Otros son el no lactar, un primer parto después de los 30 años, un elevado consumo de carne roja, alcohol, grasa y tabaco; el sedentarismo; una historia de enfermedades benignas del seno, la terapia hormonal sustitutiva (estrógeno) después de la menopausia 5 a 10 años o más; y antecedentes de radiaciones en la región torácica.
Pero, en general, debe tenerse en cuenta que muchas mujeres pueden desarrollar la enfermedad sin antecedentes predisponentes importantes, por lo que todas deben cuidarse y realizar los chequeos periódicos indicados por el especialista, eliminando los factores antes señalados que estén a su alcance.
4.- ¿Cuáles son sus signos de alerta?
La mujer debe solicitar evaluación médica inmediata ante cualquiera de estas situaciones:
a) Áreas de cambios fibroquísticos (displasia mamaria) de largo tiempo de evolución, que han dejado de doler y no se modifican con el ciclo menstrual, sobre todo en mujeres mayores de 35 años.
b) “Linfangitis” del seno o “mastitis” sin fiebre ni dolor, que no mejoran a pesar de la aplicación de diferentes esquemas de antibióticos.
c) Lesiones nodulares que crecen lenta, silenciosa y progresivamente.
d) Emisión espontánea de sangre por el pezón.
e) Lesiones “eczematosas” de piel localizadas en el complejo areola-pezón, resistentes a diversos tratamientos indicados por el especialista de dermatología.
f) Retracción unilateral y progresiva del pezón.
g) Inflamación de la mama que recuerda la “piel de naranja”.
h) Inflamación (edema) del brazo.
i) Aparición de bultos en la axila.
5.- ¿El estrés produce cáncer de mama?
No hay evidencias directas de que así sea. Pero existen diversos estudios que ponen de manifiesto que el estrés mantenido, los estados emocionales depresivos en general, el insomnio, miedo, la ira, ansiedad, angustia y otros, actúan negativamente sobre el sistema retículo-endotelial (las llamadas “defensas”) y dan lugar en ocasiones a la aparición de diversas enfermedades, por lo que es aconsejable buscar alternativas para superarlo, sobre todo cuando es mantenido.
6.- Si recibo un golpe en el seno, ¿pudiera en el futuro desarrollar un cáncer de mama?
No existen estudios publicados que establezcan una relación trauma/cáncer de mama, aunque existen pacientes que refieren haber desarrollado el tumor después de un golpe. Puede haber existido el tumor previamente, y con el golpe lo detectó. Esta duda es factible; no obstante, ante cualquier agresión que sufra el seno, la mujer debe acudir al especialista para un buen examen y orientaciones médicas oportunas.
7.- Me encontré un nódulo en un seno. ¿Puede ser un cáncer?
La palabra nódulo no es sinónimo de cáncer, cualquier alteración que permita reconocer una superficie redonda, movible o no, sin importar su consistencia u otras características, en términos médicos corresponde a un nódulo y puede ser cualquier lesión, benigna o no. Los nódulos de mama, propiamente dichos, son benignos en más del 80 %.
Estos pueden ser únicos o múltiples; unilaterales o bilaterales; blandos, elásticos, fibrosos con variaciones del volumen, la consistencia y el grado de dolor, lo que está en relación con la progresión del ciclo menstrual; pueden aumentar y luego disminuir hasta desaparecer después de la menstruación y reaparecer nuevamente.
Esta es la forma habitual de presentación de la condición fibroquística más conocida como displasia mamaria.
El cáncer del seno usualmente suele crecer en silencio, lenta y solapadamente en la mayoría de los casos (90 a 95%), por ello es fundamental la práctica del autoexamen de mamas todos los meses, el examen clínico por su médico una vez al año y la realización de la mamografía cuando sea indicada por el especialista.
Principales características de un tumor maligno
• Lesión nodular que molesta poco y casi nunca duele.
• Consistencia firme, dura, a veces pétrea.
• Superficie irregular.
• Poco movible.
• Prácticamente no sufre cambios en relación con el ciclo menstrual.
8.- ¿Existen medidas preventivas que se puedan adoptar para reducir su riesgo?
Se conocen numerosos estudios sugerentes de que la dieta baja en grasa -sobre todo de origen animal- el consumo de frutas, viandas y vegetales, así como la práctica regular de ejercicios físicos pueden desempeñar un importante papel.
Estudios recientes reportan disminución del riesgo hasta el 60% con la práctica de ejercicios físicos cuatro horas a la semana. Se han reportado relaciones entre el consumo de alcohol/tabaco y el incremento del riesgo de cáncer de mama, pero todavía son temas controvertidos.
Se acepta que la lactancia materna pudiera proteger a la mujer joven disminuyendo la posibilidad de contraer la enfermedad.
Si bien más de la mitad de los cánceres de mama son detectados por la propia mujer tras realizarse una autoexploración, según la Sociedad Española de Oncología Médica, estudios recientes también demuestran la importancia de reducir la edad para efectuar mamografías como política preventiva.
Una investigación llevada a cabo en hospitales de Boston, en Estados Unidos, reveló que la mayoría de los fallecimientos por esa dolencia se producen en muchachas a las que no se les practicó una mamografía para detectar en una fase prematura el tumor, indico Telesur en su edición digital.
Los expertos coincidieron en que el cáncer de mama es más agresivo en las mujeres jóvenes, de ahí que sugirieron que se debería practicar este examen antes de los 50 años de edad.
A fin de demostrar el valor de la mamografía, el equipo de Blake Cady, de la escuela de Medicina de Harvard en Boston, siguió todos los cánceres de mama invasivos prescritos en los hospitales de Boston entre 1990 y 1999.
El estudio incluyó datos demográficos, práctica de la mamografía, informes quirúrgicos y fechas de muerte.
En total se corroboraron 609 muertes por cáncer de seno hasta 2007, pero los expertos advirtieron que a solo 29 % de las víctimas se les había diagnosticado la enfermedad mediante la mamografía.
Al mismo tiempo, se comprobó que apenas 13 % tenía 70 años de edad o más al morir, mientras 50 % no había cumplido los 50 años. Entre las mujeres con cáncer de mama, aquellas que murieron por el padecimiento tenían una media de edad de 49 años cuando se le diagnosticó.
Una de las primeras causas de muerte en el sexo femenino
Cifras actualizadas reflejan un incremento del número de mujeres que padecen esa enfermedad que, según especialistas, encabeza en algunos países la lista de las causantes del mayor número de fallecimientos entre la población femenina.
En las naciones de bajos y medianos recursos ocurre cerca del 45 % de más de un millón de casos nuevos diagnosticados por año, y más del 55 % de muertes por ese motivo.
Estos números, no obstante, pueden ser superiores, pues es justamente en esos países donde las mujeres tienen menos oportunidades de acceder a servicios de salud y, por tanto, no aparecen en las estadísticas oficiales, en tanto el presupuesto reservado por los gobiernos a este sector es con frecuencia insuficiente.
A ello se añade la ausencia de campañas de prevención y el desconocimiento por la población femenina de la importancia del auto examen mamario, que ayuda a diagnosticar el padecimiento en una fase inicial e incluso a prevenirlo.
“Alas por la vida” en Cuba
El proyecto Alas por la Vida surgió en Cuba a propuesta de un grupo de especialistas del hospital capitalino Manuel Fajardo, con la finalidad de disminuir el estrés, elevar la autoestima y mejorar la calidad de vida de la mujer operada de cáncer de mama. Sus resultados han estimulado la creación de otros equipos en diferentes provincias.
Son diversas las interrogantes que surgen acerca de este importante tema de salud que involucra a la mujer y a su familia.
De ahí la conveniencia de conocer que el cáncer de mama no es contagioso y su cura no se ha logrado todavía en la totalidad de los casos, aunque existen pruebas científicas que demuestran que diagnosticado en etapas tempranas puede controlarse en un porcentaje elevado de las pacientes.
A continuación presentamos algunas preguntas y respuestas de especialistas sobre el tema, dadas a conocer por el Proyecto Alas por la Vida
1.- ¿Qué es el cáncer de mama?
Este se produce cuando las células mamarias se alteran y comienzan a crecer desordenada y descontroladamente.
Es el tipo de cáncer más frecuente de la mujer en la mayoría de los países del mundo y en el nuestro en particular. De ser diagnosticado y tratado tempranamente puede ser controlado en un elevado porcentaje.
2.- ¿Tiene cura?
La cura definitiva no se ha logrado todavía en la totalidad de los casos. Existen evidencias científicas en la actualidad de que si es diagnosticado en etapas tempranas de la enfermedad, puede controlarse en más del 96% de las pacientes.
Para su tratamiento, cada vez aparecen armas terapéuticas más eficaces en los campos de la radioterapia, quimioterapia, hormonoterapia, anticuerpos monoclonales (las llamadas vacunas), etcétera.
Pero continúa siendo fundamental el diagnóstico temprano a través del autoexamen de mama, el examen clínico y la mamografía. Para el logro de este objetivo, el papel protagónico lo tiene la propia mujer.
3.- ¿Cuáles son los llamados factores de riesgo que favorecen su aparición?
El primero es ser mujer, ya que la proporción en relación con el hombre es de 100 a 1. Luego, la edad, pues 35 y 40 años comienza a elevarse peligrosamente la incidencia y, como grupo de máximo riesgo, está el comprendido entre 50 y 64 años.
También la historia familiar de cáncer del seno, si la primera menstruación fue antes de los 12 años y si la menopausia la tuvo después de los 55. Otros son el no lactar, un primer parto después de los 30 años, un elevado consumo de carne roja, alcohol, grasa y tabaco; el sedentarismo; una historia de enfermedades benignas del seno, la terapia hormonal sustitutiva (estrógeno) después de la menopausia 5 a 10 años o más; y antecedentes de radiaciones en la región torácica.
Pero, en general, debe tenerse en cuenta que muchas mujeres pueden desarrollar la enfermedad sin antecedentes predisponentes importantes, por lo que todas deben cuidarse y realizar los chequeos periódicos indicados por el especialista, eliminando los factores antes señalados que estén a su alcance.
4.- ¿Cuáles son sus signos de alerta?
La mujer debe solicitar evaluación médica inmediata ante cualquiera de estas situaciones:
a) Áreas de cambios fibroquísticos (displasia mamaria) de largo tiempo de evolución, que han dejado de doler y no se modifican con el ciclo menstrual, sobre todo en mujeres mayores de 35 años.
b) “Linfangitis” del seno o “mastitis” sin fiebre ni dolor, que no mejoran a pesar de la aplicación de diferentes esquemas de antibióticos.
c) Lesiones nodulares que crecen lenta, silenciosa y progresivamente.
d) Emisión espontánea de sangre por el pezón.
e) Lesiones “eczematosas” de piel localizadas en el complejo areola-pezón, resistentes a diversos tratamientos indicados por el especialista de dermatología.
f) Retracción unilateral y progresiva del pezón.
g) Inflamación de la mama que recuerda la “piel de naranja”.
h) Inflamación (edema) del brazo.
i) Aparición de bultos en la axila.
5.- ¿El estrés produce cáncer de mama?
No hay evidencias directas de que así sea. Pero existen diversos estudios que ponen de manifiesto que el estrés mantenido, los estados emocionales depresivos en general, el insomnio, miedo, la ira, ansiedad, angustia y otros, actúan negativamente sobre el sistema retículo-endotelial (las llamadas “defensas”) y dan lugar en ocasiones a la aparición de diversas enfermedades, por lo que es aconsejable buscar alternativas para superarlo, sobre todo cuando es mantenido.
6.- Si recibo un golpe en el seno, ¿pudiera en el futuro desarrollar un cáncer de mama?
No existen estudios publicados que establezcan una relación trauma/cáncer de mama, aunque existen pacientes que refieren haber desarrollado el tumor después de un golpe. Puede haber existido el tumor previamente, y con el golpe lo detectó. Esta duda es factible; no obstante, ante cualquier agresión que sufra el seno, la mujer debe acudir al especialista para un buen examen y orientaciones médicas oportunas.
7.- Me encontré un nódulo en un seno. ¿Puede ser un cáncer?
La palabra nódulo no es sinónimo de cáncer, cualquier alteración que permita reconocer una superficie redonda, movible o no, sin importar su consistencia u otras características, en términos médicos corresponde a un nódulo y puede ser cualquier lesión, benigna o no. Los nódulos de mama, propiamente dichos, son benignos en más del 80 %.
Estos pueden ser únicos o múltiples; unilaterales o bilaterales; blandos, elásticos, fibrosos con variaciones del volumen, la consistencia y el grado de dolor, lo que está en relación con la progresión del ciclo menstrual; pueden aumentar y luego disminuir hasta desaparecer después de la menstruación y reaparecer nuevamente.
Esta es la forma habitual de presentación de la condición fibroquística más conocida como displasia mamaria.
El cáncer del seno usualmente suele crecer en silencio, lenta y solapadamente en la mayoría de los casos (90 a 95%), por ello es fundamental la práctica del autoexamen de mamas todos los meses, el examen clínico por su médico una vez al año y la realización de la mamografía cuando sea indicada por el especialista.
Principales características de un tumor maligno
• Lesión nodular que molesta poco y casi nunca duele.
• Consistencia firme, dura, a veces pétrea.
• Superficie irregular.
• Poco movible.
• Prácticamente no sufre cambios en relación con el ciclo menstrual.
8.- ¿Existen medidas preventivas que se puedan adoptar para reducir su riesgo?
Se conocen numerosos estudios sugerentes de que la dieta baja en grasa -sobre todo de origen animal- el consumo de frutas, viandas y vegetales, así como la práctica regular de ejercicios físicos pueden desempeñar un importante papel.
Estudios recientes reportan disminución del riesgo hasta el 60% con la práctica de ejercicios físicos cuatro horas a la semana. Se han reportado relaciones entre el consumo de alcohol/tabaco y el incremento del riesgo de cáncer de mama, pero todavía son temas controvertidos.
Se acepta que la lactancia materna pudiera proteger a la mujer joven disminuyendo la posibilidad de contraer la enfermedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario