El pasado 26 de diciembre el periodista cubano radicado en Miami, Edmundo García, accedió a concederle una entrevista a la televisora en español CNN, aún cuando, en un texto anterior de su autoría, habia vacilado si se sentaría o no en el banquillo de los manipulados.
“Estoy pensado realmente si asistir o no. Tengo que sopesar muy bien si es mejor poner el estandarte en el territorio de los enemigos, o dejarlos que se consuman en su monólogo de falsedades”, escribió García en su artículo “CNN en Español se arrodilla ante la extrema derecha de Miami”.
La vacilación del polémico periodista que defiende a la Revolución cubana en Florida no era infundada. Durante la entrevista que le realizara CNN para el programa Conclusiones, la televisora hizo gala una vez más de su espíritu desinformador, especialmente al manipular las palabras del presidente uruguayo José Mujica, a quien, al mismo tiempo que lo mostraban en pantalla declarando su fe de medio siglo en el socialismo, el conductor intentaba presentarlo como alguien en desacuerdo con la Revolución cubana.
Tan descarada burla a su teleaudiencia solo sirvió para reafirmar que la cadena, que hoy parece servir fielmente a los intereses de la mafia anticubana de Miami, cuenta únicamente con los mismos argumentos de sus patrocinadores: el engaño y la mentira.
“Estoy pensado realmente si asistir o no. Tengo que sopesar muy bien si es mejor poner el estandarte en el territorio de los enemigos, o dejarlos que se consuman en su monólogo de falsedades”, escribió García en su artículo “CNN en Español se arrodilla ante la extrema derecha de Miami”.
La vacilación del polémico periodista que defiende a la Revolución cubana en Florida no era infundada. Durante la entrevista que le realizara CNN para el programa Conclusiones, la televisora hizo gala una vez más de su espíritu desinformador, especialmente al manipular las palabras del presidente uruguayo José Mujica, a quien, al mismo tiempo que lo mostraban en pantalla declarando su fe de medio siglo en el socialismo, el conductor intentaba presentarlo como alguien en desacuerdo con la Revolución cubana.
Tan descarada burla a su teleaudiencia solo sirvió para reafirmar que la cadena, que hoy parece servir fielmente a los intereses de la mafia anticubana de Miami, cuenta únicamente con los mismos argumentos de sus patrocinadores: el engaño y la mentira.
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