Por: Dilbert Reyes y Eduardo Palomares
En la Plaza de la Revolución de esta ciudad y bajo el balcón del antiguo Ayuntamiento, donde Fidel se dirigió al pueblo bayamés el 2 de enero de 1959, fue recibido con júbilo el grupo de combatientes, estudiantes y obreros destacados que reeditaron el final del primer tramo recorrido por la Caravana de la Libertad, hace 55 años.
Presidida por el Comandante de la Revolución Guillermo García Frías, la ce-remonia evocó los hechos de aquella jornada en que, con la presencia de Fidel, la guarnición militar local fue rendida y la ciudad finalmente liberada, siendo la última plaza cubana en lograrlo.
“La Caravana de la Libertad fue la continuidad inmediata del proceso revolucionario que acababa de triunfar. Volver a recordar estos momentos, junto a algunos de los compañeros de entonces, siempre es una gran satisfacción”, expresó el Héroe de la República de Cuba.
En respaldo a las palabras de la oradora Yanetsy Rodríguez, quien en nombre de los jóvenes aseguró no permitir jamás una vuelta al pasado ominoso; García Frías recalcó la alta responsabilidad de las nuevas generaciones en el sostén y perpetuidad de la Revolución, y manifestó la confianza que tiene en ellas la dirección histórica del país.
La despedida en Santiago de Cuba
Los jóvenes que reeditan la Caravana de la Libertad, que con el Comandante en Jefe Fidel Castro al frente desbordara hace 55 años de júbilo victorioso al país, iniciaron en el otrora cuartel Moncada, en Santiago de Cuba, la simbólica marcha que como entonces culminará con la entrada a La Habana, el próximo 8 de enero.
Uniformados del verde olivo llevado gloriosamente por el Ejército Rebelde, y portando las banderas cubana, del 26 de Julio, y de sus respectivas organizaciones juveniles y estudiantiles, los 155 caravanistas patentizaron en las palabras de la estudiante Diana Alfonso Reyes, su compromiso con la Revolución, Fidel y Raúl.
Visiblemente emocionado Efraín Fernández, combatiente de la Columna no.17 y participante en la histórica Caravana, expresó la alta significación que representó para todos sus compañeros esa misión, y aseguró a los jóvenes que con el cumplimiento cabal de sus tareas también pueden ser protagonistas de grandes victorias.
Según explicó el máximo dirigente juvenil en el territorio, Jorge Suárez, durante más de mil kilómetros la población cubana y en especial sus jóvenes, podrán transmitirle el homenaje a los héroes y mártires de la Patria, y a todo el glorioso Ejército Rebelde.
Los seleccionados fueron despedidos por el primer secretario del Partido en la provincia, Lázaro Expósito Canto, el presidente del Poder Popular a esta instancia Reinaldo García, y por el Héroe de la República de Cuba y legendario combatiente rebelde “Quita fusil”, general de brigada (r) Rafael Moracén Limonta.
Previo a la partida, rindieron homenaje a José Martí y al Mayor General Antonio Maceo, al colocar sendas ofrendas florales en nombre del pueblo de Cuba, en el Mausoleo del Héroe Nacional, en el cementerio Santa Ifigenia, y ante la llama eterna que en la plaza que lleva su nombre recuerda la memoria del Titán de Bronce.
En la Plaza de la Revolución de esta ciudad y bajo el balcón del antiguo Ayuntamiento, donde Fidel se dirigió al pueblo bayamés el 2 de enero de 1959, fue recibido con júbilo el grupo de combatientes, estudiantes y obreros destacados que reeditaron el final del primer tramo recorrido por la Caravana de la Libertad, hace 55 años.
Presidida por el Comandante de la Revolución Guillermo García Frías, la ce-remonia evocó los hechos de aquella jornada en que, con la presencia de Fidel, la guarnición militar local fue rendida y la ciudad finalmente liberada, siendo la última plaza cubana en lograrlo.
“La Caravana de la Libertad fue la continuidad inmediata del proceso revolucionario que acababa de triunfar. Volver a recordar estos momentos, junto a algunos de los compañeros de entonces, siempre es una gran satisfacción”, expresó el Héroe de la República de Cuba.
En respaldo a las palabras de la oradora Yanetsy Rodríguez, quien en nombre de los jóvenes aseguró no permitir jamás una vuelta al pasado ominoso; García Frías recalcó la alta responsabilidad de las nuevas generaciones en el sostén y perpetuidad de la Revolución, y manifestó la confianza que tiene en ellas la dirección histórica del país.
La despedida en Santiago de Cuba
Los jóvenes que reeditan la Caravana de la Libertad, que con el Comandante en Jefe Fidel Castro al frente desbordara hace 55 años de júbilo victorioso al país, iniciaron en el otrora cuartel Moncada, en Santiago de Cuba, la simbólica marcha que como entonces culminará con la entrada a La Habana, el próximo 8 de enero.
Uniformados del verde olivo llevado gloriosamente por el Ejército Rebelde, y portando las banderas cubana, del 26 de Julio, y de sus respectivas organizaciones juveniles y estudiantiles, los 155 caravanistas patentizaron en las palabras de la estudiante Diana Alfonso Reyes, su compromiso con la Revolución, Fidel y Raúl.
Visiblemente emocionado Efraín Fernández, combatiente de la Columna no.17 y participante en la histórica Caravana, expresó la alta significación que representó para todos sus compañeros esa misión, y aseguró a los jóvenes que con el cumplimiento cabal de sus tareas también pueden ser protagonistas de grandes victorias.
Según explicó el máximo dirigente juvenil en el territorio, Jorge Suárez, durante más de mil kilómetros la población cubana y en especial sus jóvenes, podrán transmitirle el homenaje a los héroes y mártires de la Patria, y a todo el glorioso Ejército Rebelde.
Los seleccionados fueron despedidos por el primer secretario del Partido en la provincia, Lázaro Expósito Canto, el presidente del Poder Popular a esta instancia Reinaldo García, y por el Héroe de la República de Cuba y legendario combatiente rebelde “Quita fusil”, general de brigada (r) Rafael Moracén Limonta.
Previo a la partida, rindieron homenaje a José Martí y al Mayor General Antonio Maceo, al colocar sendas ofrendas florales en nombre del pueblo de Cuba, en el Mausoleo del Héroe Nacional, en el cementerio Santa Ifigenia, y ante la llama eterna que en la plaza que lleva su nombre recuerda la memoria del Titán de Bronce.
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