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viernes, marzo 21, 2014

Washington aislado sobre la cuestión venezolana

                                                                                         Salim Lamrani (Opera Mundi)
Estados Unidos se encuentra aislado en el continente americano sobre la cuestión venezolana debido al apoyo que brinda al sector golpista de la oposición, cuyas violencias causaron la muerte de cerca de 30 personas.
Desde el inicio del mes de febrero de 2014, los sectores de la extrema derecha multiplican los actos criminales en Venezuela con el objetivo de romper el orden constitucional y derrocar al presidente democráticamente electo Nicolás Maduro. Las violencias causaron la muerte de al menos 28 personas, entre ellas varios miembros de las fuerzas del orden. Tres líderes de la oposición elaboraron el plan de acción en enero de 2014: Leopoldo López, presidente del partido de extrema derecha Voluntad Popular; María Corina Machado, diputada de la Asamblea Nacional y Antonio Ledezma, alcalde de Caracas. Los tres llamaron públicamente a un golpe de fuerza contra el Gobierno legítimo de la República Bolivariana de Venezuela.[1]
Estados Unidos se ha opuesto desde el inicio a Hugo Chávez y a la Revolución Bolivariana a pesar de su carácter democrático y pacífico. Desde 1999, Washington brinda apoyo político, diplomático, financiero y mediático a la oposición venezolana. En 2002, George W. Bush había orquestado un golpe de Estado contra el Presidente Chávez con la complicidad de la oligarquía venezolana, de una parte del ejército y de los medios informativos privados del país. Hoy, la administración Obama apoya abiertamente los intentos de desestabilización de la democracia venezolana respaldando las actividades de la extrema derecha.
El Departamento de Estado defendió las manifestaciones violentas en nombre de “la libertad de expresión”. Exigió a las autoridades venezolanas que liberaran a los responsables de esos actos, “injustamente detenidos”, a pesar de que varios fueron arrestados con armas en las manos. John Kerry, secretario de Estado, incluso amenazó a Venezuela con sanciones.[2]
No obstante, Washington se encuentra aislado en el continente americano. La inmensa mayoría de los países de la región condenaron las violencias que orquestó la oposición y brindaron su apoyo al Gobierno legítimo de Nicolás Maduro. El 7 de marzo de 2014, la Organización de Estados Americanos (OEA), tradicionalmente conservadora y alineada con Washington, que agrupa todas las naciones del continente menos Cuba, infligió una derrota a la administración Obama. Una resolución, que adoptaron todos los países con la excepción de Estados Unidos, Canadá y Panamá, expresó la “solidaridad” y el “apoyo [de la OEA] a las instituciones democráticas, al diálogo y a la paz en la República Bolivariana de Venezuela”. En una alusión a la posición de Washington, la OEA llamó al “respeto al principio de no intervención en los asuntos internos de los Estados” y expresó su “su compromiso con la defensa de la institucionalidad democrática y del Estado de Derecho”. También condenó la actitud de la oposición expresando su “su más enérgico rechazo a toda forma de violencia e intolerancia”. Finalmente la Organización declaró su “pleno respaldo y aliento a las iniciativas y los esfuerzos del Gobierno democráticamente electo de Venezuela y de todos los sectores políticos, económicos y sociales para que continúen avanzando en el proceso de diálogo nacional”.[3]
Por su parte, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que agrupa los 12 países de la región, condenó “los recientes actos de violencia”. “Cualquier demanda debe ser canalizada de forma pacífica, por la vía democrática, y respetando el Estado de Derecho y sus instituciones”, enfatizó. También expresó su “solidaridad” con “el pueblo y el Gobierno democráticamente electo de esa nación” y decidió “respaldar los esfuerzos del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela para propiciar un diálogo” con todos los sectores de la sociedad. En una clara alusión a Estados Unidos, la UNASUR expresó su “preocupación ante cualquier amenaza a la independencia y soberanía de la República Bolivariana de Venezuela”.[4]
Michelle Bachelet, Presidenta de Chile, quien acogió en Santiago la reunión de la UNASUR, brindó su apoyo total a Nicolás Maduro y condenó los intentos de la oposición de romper el orden constitucional. “No aceptaremos jamás que nadie, ni persona ni país, incite a través de mecanismos violentos, a derrocar a un Presidente legítimamente electo” afirmó, en una nueva alusión a Estados Unidos. Según ella, los conflictos deben resolverse mediante “una vía de diálogo y de paz”, rechazando así las manifestaciones violentas de la oposición.[5]
Cristina Fernández, la Presidenta de Argentina, también expresó su rechazo a los intentos golpistas y ofreció su apoyo a “la democracia venezolana”, recordando que el actual poder sacaba su legitimidad de los 18 procesos electorales sobre 19 que ganó durante los últimos 15 años. Llamó a la oposición a no abandonar la vía democrática enfatizando la posibilidad de organizar un referéndum revocatorio en 2016, de medio-mandato, que permitiría convocar elecciones presidenciales anticipadas en caso de triunfo. “Venezuela es el único país del mundo que tiene revocatorio, o por lo menos de la región, donde al presidente le ponen el derecho de revocatorio”, subrayó. Del mismo modo, no dejó de denunciar los intentos de desestabilización que orquesta Estados Unidos y advirtió contra las “intervenciones foráneas y extranjeras, por lo que sería lamentable permitir que vientos ajenos derrumben a un país hermano como Venezuela”.[6]Cristina Fernández también denunció el “intento de golpe suave que se quiere dar contra la República Bolivariana de Venezuela”.[7]
Como durante la presidencia de Hugo Chávez entre 1999 y 2013, Estados Unidos no ha renunciado a acabar con la Revolución Bolivariana democrática, pacífica y social. Se opone al Presidente Maduro y apoya a la oposición golpista. Por su parte, los medios informativos occidentales, principales apoyos de este intento de desestabilización, han tomado partido a favor de los partidos de la ruptura del orden constitucional y contra la democracia venezolana.
*Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de La Reunión y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Cuba. Les médias face au défi de l’impartialité, Paris, Editions Estrella, 2013, con un prólogo de Eduardo Galeano. http://www.amazon.fr/Cuba-m%C3%A9dias-face-d%C3%A9fi-limpartialit%C3%A9/dp/2953128433/ref=sr_1_1?s=books&ie=UTF8&qid=1376731937&sr=1-1
Contacto: lamranisalim@yahoo.fr
Página Facebook: https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel
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[1]Salim Lamrani, « 25 verdades sobre las manifestaciones en Venezuela », Opera Mundi, 23 de febrero de 2014.

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