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sábado, abril 12, 2014

Cuba, una razón para vivir.

Por: Adys Cupull y Froilán González.
Irene Rosa Perpiñal,  maestra, poetisa,  una de las argentinas solidarias en defensa  de los Cinco Héroes Cubanos, eleva su voz contra toda injusticia, defensora del territorio ocupado por el Reino Unido: Las Malvinas. Irene siente en su mejilla el golpe dado en cualquier otra mejilla de hombre, máxima de José Martí que también lo hizo suyo el Comandante Ernesto Guevara de la Serna. Ella fundó junto a su esposo Eladio González, el primer Museo Suramericano dedicado al Che, es directora del movimiento y Escuela de Solidaridad Chao Bloqueo, en la que ofrece enseñanza primaria a los niños de los alrededores de su vivienda, uno de los hechos que constituyen la razón de su felicidad, da a los pequeños la ternura y el calor de hogar que no tienen.
Hemos leído que en la calle Rojas 129, entre Yerbal y la vía del tren, en Buenos Aires, hay un local de compraventa de objetos usados. Irene es la dueña, los niños sin amparo llegan buscándola. Cuentan que siempre hay algo para ellos, desde un vaso de leche, hasta el consejo amoroso de madre, abuela, de maestra que les convoca a incorporarse a la escuela y abandonar la calle que  conduce por los caminos de la adicción al pegamento epoxi, o la violencia. Irene, vino a Cuba y  descubrió el mundo de paz que no había soñado.
Se ilumina su rostro, cuando habla de los más de cien jóvenes argentinos  que han recuperado su identidad y de la labor de las Abuelas de la Plaza de Mayo, del intensivo rescate que comenzó el presidente Néstor Kirchner y la recuperación de los espacios que funcionaron como centros clandestinos durante la dictadura militar, rescate que continúa la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Ha sido una batalla humana, de derechos, de un pueblo digno del Comandante Guevara y de José de San Martín. El genocidio cometido en los años setenta conmoverá por siempre a las nuevas generaciones de Nuestra América, y a los hombres y mujeres  progresistas del mundo.
En esta entrevista que terminamos a  distancia, Irene explica una fecha histórica que la acerca a destacadas personalidades y hechos de la Historia de América: El 26 de Julio. Un día que cambió los destinos de Cuba, y que coincide con su nacimiento.
Cuando se despedía junto a Eladio, su compañero en la vida y en el trabajo, nos entregó el sello que llevaba prendido en su blusa, con los rostros de Gerardo, Ramón, Antonio, René y Fernando, los cinco cubanos que fueron condenados injustamente en Estados Unidos hace 17 años. Tres de ellos aún en prisión.
Ella es una de las mujeres argentinas que firmó y ratifica la petición enviada al presidente de Estados Unidos,  Barak Obama, para que decida la libertad a los tres  cubanos Luchadores Antiterroristas que aún permanecen encarcelados injustamente.
¿Por qué Eva Duarte de Perón en tu vida?
Cuando yo estaba festejando mis 8 añitos, con los niños y los familiares, el mundo se detuvo para los argentinos, era el 26 de julio de 1952,   los mayores escuchaban por la radio, consternados unos, alegrísimos otros,  porque “a las 20,25 Eva Duarte de Perón entró en la inmortalidad.” Por aquellos días los niños teníamos en los colegios el libro de lectura obligatorio La razón de mi vida, escrito por Evita, Y los jóvenes además conocían de una mujer que siendo la esposa del presidente Juan Domingo Perón, ayudaba a los humildes, combatiendo a la peor oligarquía de ese momento, que la detestaba.
Por mi parte, criada en el seno de una familia inmigrante judía, que sintió la persecución por ese mismo gobierno, veía que en las paredes se escribía: “haga patria, mate un judío”.
Por aquellos años, la más rancia élite hitleriana entraba en la Argentina, cuando terminó la II Guerra Mundial, afincándose en los mejores lugares de nuestro país, trayendo seguramente oro y dinero que hicieron trabajar y desarrollar en estas tierras con total impunidad y que seguramente los descendientes de aquellos fueron sin duda parte de lo más recalcitrante de nuestra historia reciente, setentista, cuando las dictaduras militares se cobraron miles y miles de jóvenes, muchachas incluso, idealistas que en las formas más sanguinarias fueron asesinados o torturados, violados, desaparecidos. Evita, vivió para amar a Perón, ciegamente, pensando en los pobres.
La Revolución cubana es una lección de justicia que transformó un pueblo,  y  repercutió en hombres y mujeres de América. ¿Cómo llegó a ti?  
El 26 de julio de 1953, cuando cumplía los 9 años, algo grande estaba ocurriendo en el mundo, pero esta vez, lejos de Argentina, En aquella época, no podía percibir el hecho, vivíamos algo apartados de los acontecimientos políticos.
Algunos años después, ya en la edad adulta, Toto y yo fuimos a conocer la isla, como turistas. Estábamos totalmente vírgenes en lo político, pero con muchísima energía acumulada, la historia de Cuba la fuimos asumiendo por nuestra propia cuenta.
Observamos que el cubano, es sensible y abierto de alma  que percibía las injusticias de la vida, encontramos al Che en todas partes, volvimos una y otro vez a Cuba, cada vez más convencidos del valor de ese pueblo que resistía como nadie lo hizo los ataques del mayor de los monstruos del Norte, el gobierno neoliberal y fascista de Estados Unidos. Cuba enfrentaba su ataque sistemático, que hasta el día de hoy persiste. La guerra era de un perfil totalmente sádico, de ver morir de a poco a todo un pueblo, privándolo de las pequeñas cosas, ello nos llevo a organizarnos dentro de lo posible desde Argentina, para llevar alguna ayuda de toda índole, moral, material, social, comercial, todo lleno de infinito amor.
Cuando visitamos Santiago de Cuba recordamos a los  jóvenes  cubanos que  sellaron para siempre con su propia sangre un pacto de Libertad o Muerte, la Granjita Siboney, la Ciudad Escolar 26 de Julio, lugares históricos donde supimos la verdad  sobre los esbirros mal nacidos que luego de martirizar y matar a los combatientes, se ensañaron con la población. Nos impactaron los relatos sobre Fidel, el juicio, la autodefensa que lo convirtió de acusado en acusador, que conocemos como “La Historia me absolverá”, donde encontramos a José Martí.
Así nacía la Revolución  cubana, esa experimentada joven de 50 años  que  hoy sigue erguida, invencible. Toto y yo hemos recorrido la isla, desde Pinar del Río hasta Baracoa. La Revolución está presente en cada niño cuidado, en cada joven preparado, en los millones de enfermos salvados de la muerte, en Cuba y en otros pueblos del mundo. Crece en mí, que me formé de mujer de bien y para el bien,  nunca había soñado con ese mundo de paz que encontré en Cuba. Para ella va mi amor que es el de miles de argentinos que fueron amparados bajo su largo brazo de amiga fiel.

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