Ya se van ejecutando los planes injerencistas y mediáticos en las elecciones presidenciales en Ecuador, que como bien se lee en este artículo, detrás de todo este entramado, están las garras del imperio del norte, la cual está al asecho como el águila imperial que le caracteriza. Por eso, el pueblo de las clases humildes y trabajadoras de Ecuador ha de estar alerta y salir a botar por el gobernante que les represente y defienda sus intereses, no por aquellos que representar a las clase oligárquicas, haciéndoles promesas al pueblo que nunca cumplirán porque están siendo utilizados como títeres de las grandes transnacionales, que cuyo fin es saquear las riquezas del país y dejar en la miseria a un pueblo que ha luchado mucho para alcanzar todo los que hoy tiene. Ya es hora que los pueblos de Latino América se despierte y no vuelvan a caer en el abismo de engaño.
Lídice Valenzuela/Cubahora
El presidente ecuatoriano Rafael Correa denunció el plan contrarrevolucionario lanzado desde Miami, Estados Unidos, para desprestigiar al vicepresidente Jorge Glas Espinel, cuando apenas faltan unos días para las elecciones presidenciales en las que se presenta como candidato al mismo cargo en la chapa con el aspirante a la Primera Magistratura, Lenin Moreno.
Correa, visiblemente molesto, habló este viernes a la población sobre la campaña montada contra el candidato Glas Espinel y el Movimiento Alianza País, en momentos en que las encuestas dan como ganador al binomio oficialista en los comicios del próximo día 19.
Se trata, tal como expresó el mandatario, de una campaña mediática, mediante un video acusador, orquestada en Estados Unidos para evitar el triunfo de la dupla izquierdista. La falsedad de las incriminaciones visibiliza nuevos movimientos contra Alianza País en momentos en que el imperialismo ejerce su poderío para tratar de derrocar a los gobiernos progresistas de América Latina, como el ecuatoriano, —y este no es el primer intento— y reimplantar el neoliberalismo en la región.
Mecanismos como el uso de las redes sociales utilizadas contra dirigentes progresistas en Brasil, Argentina, Paraguay y Honduras, entre otros países con anteriores regímenes de corte popular, carecen de bases jurídicas. De ahí que demuestren otra de las tácticas conservadoras en momentos de gran tensión política a nivel mundial por la llegada a la presidencia estadounidense del magnate Donald Trump y sus extremas medidas contra Latinoamérica.
Ni el Ministerio Publico u otro organismo de justicia ha mencionado el nombre del vicepresidente en el caso de corrupción en la estatal Petroecuador, por lo que se trata de una evidente manipulación de las redes sociales que carecen de control y crean matrices de opinión en los públicos, algo poco favorable casi al término de la campaña electoral.
Para analistas, la acusación contra Glas Espinel forma parte de la guerra sucia de la derecha que intenta frenar el paso victorioso —según las encuestas— de Moreno, previsto como sucesor de Correa.
Para montar la farsa, la derecha utilizó al exministro de hidrocarburos Carlos Pareja Yanuzzely, conocido como Capaya, prófugo de la justicia de su país, acusado de corrupción al recibir coimas de contratistas que trabajaron en la rehabilitación de la refinería de Esmeraldas.
Este individuo, según pruebas presentadas por el dignatario, se reunió en Miami el pasado 11 de enero con otros dos prófugos ecuatorianos por peculado bancario, al cual solicitó apoyo financiero para aplastar la Revolución Ciudadana.
En el video que circula desde las primeras horas de este viernes en las redes sociales, aparece el extitular de Hidrocarburos sometido a un polígrafo —actuación que analistas catalogan de ridícula y mentirosa— para tratar de demostrar que dice la verdad en sus denuncias contra Glas Espinel, vicepresidente del actual gobierno desde el 2013.
Llama la atención en este espectáculo mediático que el polígrafo sea Joe Harper, quien solía aparecer en el espectáculo de televisión Don Francisco emitido en Miami hasta el 2016.
Según Pareja, a quien Correa cataloga de “jefe de la mafia que actuó en el sistema de corrupción de Petroecuador”, él no hacia nada sin la autorización del vicepresidente Glas Espinel, quien no aparece entre los 80 acusados en el caso, ya que no está en evidencia, ni ha sido denunciado en las investigaciones.
Capaya, apuntó Correa, aparece ahora como el acusador que teme por su vida, una actitud que le permitiría solicitar asilo político en Estados Unidos, pues las nuevas políticas antiinmigrantes de Trump pudieran impedir su permanencia en ese país al ser considerado un ladrón.
Se trata, añadió el mandatario que delegó su eventual candidatura en Moreno, su vicepresidente en el período 2007-2013 “de la desvergüenza de un delincuente prófugo, ahora también empleado de los Isaías”.
Hasta la divulgación de este video, la posición del exministro fue la de solicitar clemencia a Correa, según demuestran intercambios de mensajes con el dignatario.
“Te pido clemencia para mí y mi familia. Te pido que le digas a Alexis (Mera) que no descargue su ira contra mí. Créeme que lo que me está pasando es demasiado para un ser un humano, si no me suicido es por temor a Dios”, se lee en un carta de Pareja Yannuzzelli al primer mandatario con fecha 16 de octubre de 2016.
En momento alguno, el prófugo mencionó al vicepresidente como parte de la banda corrupta, ni tampoco que estuviera implicado en las decisiones adoptadas que permitieron la fuga de dinero de las obras de la refinería.
Hace unos días, los candidatos de derecha también intentaron crear un malestar político en la campaña cuando Moreno no acudió a un supuesto debate electoral organizado por la Cámara de Comercio de Guayaquil —ciudad bastión de la oposición— en enero pasado por considerar que los temas propuestos por el gremio no se correspondían con los intereses del electorado.
Entre los otros siete candidatos a la Primera Magistratura sigue a Moreno en la preferencia popular el banquero Guillermo Lasso, de la agrupación CREO, quien como hizo Mauricio Macri en Argentina, promete “cambios” en el país, a pesar de los grandes éxitos de Alianza País y de Correa en la conducción de Ecuador en los últimos 10 años.
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