La condecoración le fue impuesta por la miembro del Buró Político de Cuba Mercedes López Acea, vicepresidenta del Consejo de Estado. El independentista puertorriqueño homenajeó con flores a Martí
La Orden de la Solidaridad le fue impuesta por la miembro del Buró Político y vicepresidenta del Consejo de Estado, Mercedes López Acea.
Por: Marina Menéndez Quintero
Conmovido, el luchador independentista puertorriqueño Oscar López Rivera recibió este martes la Orden de la Solidaridad que confiere el Consejo de Estado, y que él agradeció a Fidel, a Raúl, al Gobierno y al pueblo cubanos; a los Héroes de la República Fernando González y Gerardo Hernández, y a todos los que sufrieron prisión en Estados Unidos, en el preámbulo de palabras que dedicó a ese sentimiento y práctica internacionalistas, presentes en nuestra Isla desde los tiempos de José Martí y los albores de la lucha revolucionaria.
Precisamente, el Memorial dedicado al Apóstol en la Plaza de la Revolución de la capital fue el escenario del solemne acto durante el cual la miembro del Buró Político del Partido y vicepresidenta del Consejo de Estado, Mercedes López Acea, impuso en su pecho la medalla: un sincero reconocimiento a su valor y resistencia, como dijera Fernando González Llort, presidente del Icap, y que López Rivera entendiera, precisamente, como otro acto solidario de esta Isla hacia su persona.
El eterno Comandante Fidel Castro estaría hoy feliz entre nosotros compartiendo este honor, aseveró Fernando, quien evocó la historia de luchas del puertorriqueño desde sus tiempos de activista social en Chicago y luego de la toma de conciencia que significó su paso por la guerra de Vietnam.
Destacó el titular del Icap el deseo y la decisión merecida, con el otorgamiento de la Orden a López Rivera, de reconocer su «entereza, el valor y la solidaridad implícita en la resistencia» demostrada por el patriota durante los años que permaneció en prisión: más de 35, y 12 de ellos en cárceles de máxima seguridad y régimen de castigo.
Así lo evocó igualmente el Decreto que le confirió la Orden y que firma el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, Raúl Castro Ruz, donde también se recoge el amplio apoya nacional e internacional que tuvo la lucha por su excarcelación, y que incluyó a las Naciones Unidas.
La solidaridad es algo que se experimenta más que nunca cuando más se la necesita, reflexionaría, por su parte el patriota boricua. «Cuando estuve encarcelado fue cuando más me ayudó la solidaridad».
Luego destacó la capacidad del pueblo cubano de ser solidario: una solidaridad compasiva y de amor que nació con la lucha revolucionaria.
López Rivera, quien se identificó como «un boricua agradecido», recordó después al revolucionario sudafricano Nelson Mandela cuando confesó que el pueblo cubano fue su mejor amigo, y manifestó su reconocimiento al desarrollo del recurso humano potenciado por la Revolución Cubana.
También recordó que vivimos en un mundo de gobiernos que provocan guerras, y la práctica de sucesivas administraciones de Estados Unidos de fomentar el odio y el miedo.
Evocó la historia de dominación de los ejecutivos de la nación del Norte y la manera en que aquella se apoderó de Puerto Rico: no como alegan, para traernos libertad y la democracia, dijo. «Lo que nos han traído desde 1898 ha sido sufrimiento, persecución, destrucción…»
Todavía el odio y el miedo siguen siendo sus armas más fuertes, señaló para manifestar después su expectativa de que podamos trascenderlos.
Yo creo que un mundo mejor y más justo se logre, expresó, así como su confianza de que podamos vivir con amor, y el deseo de que el ejemplo de Cuba continúe.
Trascender el odio y el miedo es más significativo cuando escogemos luchar por independencia, por soberanía, por ser pueblos dignos, por ser seres humanos que no toleramos las injusticias y por ser fieles a todo lo que representa lo mejor de la humanidad, aseveró.
Siempre pa’lante: resistencia y lucha, proclamó.
Acudieron también a la ceremonia el miembro del Comité Central y jefe de su Departamento de Relaciones Internacionales, José Ramón Balaguer; Armando Hart, director de la Oficina del Programa Martiano; Edwin González, jefe de la Misión de Puerto Rico en Cuba, representantes de organizaciones de masa de Cuba y de pueblos hermanos, así como un nutrido grupo de compatriotas de López Rivera.
Poco antes, había tenido lugar su reconocimiento a Martí, lo que hizo mediante la colocación ante su estatua de una ofrenda floral. Le acompañaron en tan solemne momento González Llort, y representantes del pueblo puertorriqueño, del cubano, y de otros países hermanos.
Su compañero y amigo Fernando González Llort, Héroe de la República de Cuba y presidente del Icap, le acompañó durante la colocación de la ofrenda floral a Martí en la Plaza de la Revolución de La Habana, junto a hermanos boricuas y de organizaciones de masas y políticas de nuestro país.
El homenaje al Apóstol de la independencia de Cuba, también firme defensor de la de Puerto Rico.
Oscar López y Fernando González: compañeros de prisión en Estados Unidos durante cuatro años; hoy, libres y juntos en Cuba.
La importancia de la solidaridad centró las palabas del patriota boricua.
El saludo de Edwin González, jefe de la Misión de Puerto Rico en Cuba.
Balaguer lo saluda.
La felicitación de Fernando.
Breve intercambio con otro que sufrió injusta prisión en Estados Unidos: Gerardo González.
Fotos: Marina Menéndez Quintero
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