Por Redacción de Razones de Cuba
El pasado 16 de diciembre, Kimberley Motley[1], abogada estadounidense fue detenida por autoridades cubanas. La causa fue violar las leyes del país cuando participaba premeditadamente en una provocación organizada desde Estados Unidos contra la Isla, señala Arthur González en un artículo publicado en Rebelión.
Motley, arribó a la Habana con visado de turismo con el fin de participar en el Festival de Jazz de La Habana, lo que había anunciado con un post de Facebook. Realizó su viaje respaldado por una licencia cultural, pues los ciudadanos estadounidenses están impedidos de hacer turismo en Cuba, hecho que significa la violación de sus derechos civiles, aspecto que la abogada no cuestiona, ni ejecuta acciones legales en defensa de sus conciudadanos.
En el trabajo se informa que el plan de provocación se diseñó para aprovechar la celebración de dos importantes eventos internacionales en La Habana, el 38 Festival Latinoamericano de Cine y el Festival de Jazz, los cuales atraen a numerosos periodistas y personalidades de la cultura.
“Sin saber historia de Cuba, de la creación de la contrarrevolución por la CIA desde 1960 según documentos desclasificados, y su sostenimiento financiero con no menos de 20 millones de dólares anuales aprobados por Barack Obama, la abogada llegó a La Habana mandada a participar en un show mediático frente al Tribunal Provincial, en compañía de elementos sufragados por el Gobierno norteamericano carentes de prestigio social y con pésimos antecedentes delictivos comunes”, refleja González.
“La prueba de que fue un plan provocativo organizado desde Miami, fueron las declaraciones inmediatas de Rosa María Paya Sardiñas, apadrinada por el senador Marco Rubio y de la representante Ileana Ros-Lehtinen, integrantes de la mafia terrorista anticubana, de que Kimberley Motley, “también tenía intenciones de asumir la defensa de Eduardo Cardet”, coordinador nacional del Movimiento Cristiano de Liberación (MCL), detenido días antes por agredir a agentes del orden en plena vía pública”, agrega el artículo.
Otro elemento probatorio de la acción subversiva fue la rápida publicación de la noticia en la prensa de Estados Unidos, respaldada por Thor Halvorssen, director ejecutivo de Human Rights Foundation, quien escribió en Twitter: Mostley es una abogada aclamada internacionalmente y fue arrestada en Cuba cuando se disponía a ofrecer una conferencia de prensa sobre el artista encarcelado El Sexto.
Danilo Maldonado, apodado El Sexto, fue fabricado desde Miami como artista, y su trabajo es realizar acciones provocativas callejeras, divulgadas con inmediatez por las redes sociales, para crear la imagen de que en Cuba existe un movimiento popular contrario al sistema, algo diseñado en 1962 por la CIA contra la Revolución, plasmado así en sus programas desclasificados refleja el escrito.
“Ella sabía que su actuación violaba las leyes cubanas porque su visado de entrada no le permite participar en ese tipo de actos, unido a la alteración del orden público”.
La abogada Mostley fue trasladada a la unidad de la policía y liberada en pocos minutos, desde donde informó a los organizadores de la acción: “me están tratando bien”.
El propio Thor Halvorssen aseguró: “cuando la contactamos para que cumpliera el encargo le explicamos que la podían detener, que en Cuba era normal que la encarcelaran con un cargo y mantenerla un largo rato y después soltarla, lo cual aceptó consciente del riesgo”.
Mosley, posteriormente, regresó a Estados Unidos sin dificultades.
Plantea el artículo que “lo significativo de la aceptación de ese encargo es que siempre fue advertida de que en Cuba la policía no golpea, ni utiliza gases lacrimógenos y su vida no corría peligro alguno, algo muy distinto a lo que sucede en su país donde por ser de raza negra y violadora de las leyes, seguramente la pasaría bien mal de prestarse a ese juego, aunque posteriormente recibiera como pago una buena suma de dinero”.
Apunta González que “esta nueva provocación, donde inusualmente participó una ciudadana estadounidense, presume la intención de darle argumentos al nuevo Presidente y exigirle romper relaciones diplomáticas con Cuba, algo bien deseado por la mafia anticubana; pero los cubanos tienen suficiente experiencia e inteligencia para no tomar medidas apasionadas”.
“Veremos que cuentas le exigirá la OFAC a Kimberley Motley, por haber mentido en la solicitud de licencia cultural para viajar a Cuba”.
[1] Graduada de Derecho en 2003, ingresó en 2008 a un programa del Departamento de Estado para acciones en Afganistán, no para condenar los bombardeos y crímenes yanquis contra civiles indefensos, sino para “defender” a las mujeres de ese país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario