La crisis política que se ha originado en las recientes elecciones es el resultado de la inestabilidad social reinante en Honduras, desde el golpe de Estado al presidente José Manuel Zelaya en junio de 2009, que desembocó en el resquebrajamiento general de la institucionalidad del país.
Honduras tiene una posición geográfica en Mesoamérica que le da una condición estratégica, por lo que los mandones Washington han decidido convertirlo en uno de los fundamentales enclaves económicos, políticos y militares en la región.
Para Estados Unidos el gobierno hondureño no puede pasar a manos de fuerzas progresistas, menos revolucionarias, que desarrollen un proyecto social independiente, por el contrario han optado por gestionar un Estado fallido sin autonomía, en absoluta precariedad institucional y dócil a sus designios.
Con esa lógica el Departamento de Estado a través de la embajada de EE UU en Tegucigalpa, se confabula con los sectores de la oligarquía hondureña más retrógrados, para perpetuar gobiernos subordinados a los intereses y los planes hegemónicos de la Casa Blanca.
Con una injerencia preeminente de la CIA y otros servicios secretos, el Comando Sur, la USAID y corporaciones transnacionales, se ha auspiciado la sedición, el establecimiento de bases militares, la militarización general del país y se vulneran sistemáticamente los derechos humanos; esparciendo el terror a lo largo y ancho de la geografía hondureña.
Desde la deposición del legítimo gobierno de “Mel” Zelaya se ha maquinado una descomposición general del estado de derecho, y la estabilidad política y social del país. El golpe de Estado del 2009 fue blanqueado con unas elecciones espurias que llevaron a Porfirio Lobo al Palacio Presidencial, como consecuencia de un pacto de “reconciliación nacional”, tejido por los procónsules del Departamento de Estado y sus fantoches subalternos de la región, como el ex presidente “premio nobel de la paz”: Oscar Arias Sánchez.
La adulteración de la institucionalidad en una “democracia” preñada por el fusil y la bota de los militares, y el metódico y selectivo asesinato de activistas de derechos humanos y líderes populares, se ha extendido bajo la administración de Juan Orlando Hernández (JOH).
Obediente a los mandatos de la Casa Blanca y al capital el gobierno de JOH persigue todo movimiento y asesina a toda persona que se oponga a las medidas económicas, recortes a la inversión social, violación de derechos, al militarismo galopante y entrega a las corporaciones neocoloniales de los recursos naturales del territorio hondureño.
Bertha Oliva, coordinadora del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh), nos revela que: “la situación de los defensores de los derechos humanos en Honduras está en momentos críticos, en los peores momentos en décadas, como en los 80. En esa época desaparecieron 184 personas y muchas otras fueron ejecutadas por escuadrones de la muerte, en una política de seguridad nacional emprendida por el Estado. En la actualidad desde el Estado se persigue, para atemorizar, a los defensores de la tierra, del ambiente, cuando debe ser un asunto de la humanidad defender la tierra”. Recordó que entre el 2010 y 2016 han sido asesinados en Honduras 120 activistas de DD HH. (http://www.nacion.com/el-mundo/politica/activistas-sociales-denuncian-degradacion-del-respeto-a-los-derechos-humanos-en-honduras/QOSBRK2D55ESXNGEPA2PTJUTBM/story/)
En otras indagaciones descubrimos índices de violencia y del crimen de Estado realmente macabros. Según Global Witness: “entre 2002 y 2014 se produjeron 111 asesinatos de activistas ambientales en territorio hondureño. La mayoría en los últimos 3 años. Más de 80 tuvieron lugar sólo en Bajo Aguán” (…) “desde 2010 se han registrado más de 3 mil 064 casos de criminalización de defensores de los derechos humanos en Honduras”. “Sólo en 2015 fueron asesinados 185 defensores del medio ambiente”. “La organización precisa que 123 ecologistas han sido asesinados en el país desde 2010”. (Alejandra Martins BBC Mundo. Marzo 2016. http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/04/150423_honduras_berta_caceres_am)
Las cifras del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh), arrojan que al menos 113 activistas ambientales fueron asesinados entre 2010 y 2016. https://www.telesurtv.net/telesuragenda/honduras-asesinato-activistas-20161019-0067.html
Un elemento paralelo de los patrones de violencia en Honduras es la inseguridad pública. El Observatorio de la Violencia de la estatal Universidad Nacional Autónoma de Honduras informó a EL PAÍS que sus proyecciones preliminares revelan que en 2016 hubo 5.154 homicidios, con una tasa anual de 59,1 asesinatos por cada 100.000 habitantes, y que 2015 cerró con 5.148 casos y un promedio de 60 por cada 100.000 personas. (Alejandra Martins BBC Mundo. (Marzo2016.www.bbc.com/mundo/noticias/2015/04/150423_honduras_berta_caceresam)
Todas las investigaciones caracterizadas por su rigor científico concluyen que jerarcas del Estado, cabecillas políticos de la oligarquía y élites empresariales hondureñas, están ligados a la violenta represión de activistas que defienden sus tierras. Se ha descubierto evidencias de acuerdos por la puerta trasera, sobornos y violaciones de la ley que se utilizan para imponer proyectos y silenciar cualquier oposición.
Honduras está dotada de enormes riquezas naturales, entre ellas, pródigos bosques, minerales valiosos, fértiles tierras, mares con abundantes recursos. Pero, solamente las clases dominantes y empresas extranjeras se benefician de esa riqueza.
El país centroamericano tiene uno de los más altos niveles de desigualdad de toda América Latina; cerca de 6 de cada 10 hogares de las zonas rurales viven en condiciones de pobreza extrema, intentan vivir con menos de 2,50 dólares al día.
La violencia e intimidación que sufren las comunidades rurales por oponerse a la industria extractiva y de los ríos para la producción de energía eléctrica, a los grandes intereses de los terratenientes y la agroindustria, la homofobia y la intolerancia. A la imposición de presas, minas, tala o agricultura en sus tierras, con proyectos controlados por el capital nacional y de economía de enclave semicolonial. Alcanzan niveles estremecedores.
La dirigente popular Berta Cáceres hija en entrevista con el País advirtió: “Están usando medios corruptos y delictivos para sacar provecho de la riqueza natural del país y están consiguiendo el apoyo de las fuerzas estatales para asesinar y aterrorizar a las comunidades que se atreven a interponerse en su camino”. “Hemos documentado innumerables ataques y amenazas escalofriantes, entre ellos la brutal agresión de unos soldados a unas embarazadas, niños a los que la policía apuntó con un arma, incendios provocados contra los hogares de aldeanos y asesinos a sueldo que siguen campando a sus anchas en las comunidades de sus víctimas”. “Honduras es el país más peligroso del mundo para los defensores de la tierra o el medio ambiente. Los grupos poderosos buscan garantizar el saqueo de Honduras por parte de empresas transnacionales hidroeléctricas, mineras, turísticas y de otras actividades. Persiste la impunidad”. (José Meléndez, San José-Costa Rica https://elpais.com/internacional/2017/01/31/america/1485900562_925453.html)
De acuerdo a estudios de la Asociación para una Ciudadanía Participativa (ACI Participa) unos 27 defensores de los derechos humanos y de la tierra, miembros de la comunidad Lésbico Gay, Transexuales, Bisexuales e intersexo (LGBTI), periodistas y dirigentes comunitarios, fueron asesinados en Honduras entre noviembre de 2015 y octubre de 2016. Aseguran además que impera la impunidad.
Los activistas se desenvuelven en Honduras en un “contexto hostil, agravado por las campañas insidiosas de criminalización y estigmatización, conscientes de los riesgos y de la precariedad de su seguridad individual o institucional”.
Entre los activistas y líderes sociales asesinados están Berta Cáceres, Javier Vásquez Benitez, del Movimiento Indígena Independiente Lenca de La Paz-Honduras (MILPAH), René Martínez, presidente de la Comunidad Gay Sampedrana por la Salud Integral y activista del Partido Nacional en San Pedro Sula, la dirigente y ambientalista, Lesbia Yaneth Urquía, el joven abogado miembro del Partido Liberal y uno de los cabecillas del movimiento de Los Indignados así como también el presidente del Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA), José Angel Flores y su compañero, Silmer Dionisio George. (redaccion@criterio.http://criterio.hn/2016/12/06/27-defensores-derechos-humanos-asesinados-honduras-ultimo-ano/)
Todas las pistas apuntan a las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y a complots con bandas paramilitares y escuadrones de la muerte. Las autoridades militares insisten en rechazar que estén involucradas en actos violentos contra el movimiento popular.
Pero, los tentáculos del terrorismo de Estado se extienden, incluso, al apoyo del Pentágono y de las distintas administraciones de Washington, a la expansión de las corporaciones, el Ejército, la policía y la militarización de Honduras.
En las muertes como en la criminalización y la demonización de la resistencia popular y de las luchas sociales por la defensa de los DDHH y la soberanía, hay factores claramente identificados en los que tiene responsabilidad directa el Estado a través de sus gobernantes, el aparato mediático, poder judicial, altas esferas del clero, fundaciones y ONGs que son parte del sistema de contención, manipulación de masas y, secuaces; de los generadores de la violación de estos derechos humanos y de los derechos de las personas que los defienden.
Por ejemplo el presidente del Foro Permanente de Organizaciones de la Sociedad Civil (FPOSC), Julio Cesar Cabrera, está siendo financiado por la NED para dar declaraciones contra el candidato opositor Salvador Nasralla.
Juan Orlando Hernández está recibiendo dinero de EE UU y de la corrupción de su gobierno. Fuentes confidenciales han informado que con esa plata alquiló un avión por 300 mil dólares para viajar a Europa y otro por 60 mil dólares, para trasladarse a Washington D.C.
Los Estados Unidos están sosteniendo el ilegítimo gobierno de Honduras que no es otra cosa que la continuidad de un régimen de facto, por considerarlo un socio útil en América Central.
En los procesos electivos como en el presente la ciudadanía hondureña se enfrenta a la coerción, al soborno, al chantaje y amenazas, para que vote forzadamente por JOH.
A la vista de la comunidad internacional la obscenidad con que en conciliábulo con el Tribunal Supremo Electoral, han manejado los últimos comicios, desafiando los preceptos fundacionales del la república hondureña y la dignidad del pueblo de Honduras, JOH y su camarilla se acerca cada vez más al autoritarismo y la total dictadura.
El fraude que se ha motorizado en la actualidad es una práctica usual de JOH y la oligarquía vende patria. Ya lo hizo en 2013 para frustrar el triunfo de la candidata del partido Libertad y Refundación (LIBRE), Xiomara Castro, que los sondeos daban como virtual ganadora.
La contrarrevolución venezolana de la caducada MUD y aliada del gobierno antidemocrático de JOH, acusa a la República Bolivariana de Venezuela de apoyar a la oposición hondureña. Sin embargo, son los dirigentes opositores venezolanos los que se entrometen pretendiendo influir a la opinión pública con falsas acusaciones y confabulándose con la OEA.
Precisamente la OEA envió a Julio Cabrera y Claudia Barrientos para incidir en los resultados electorales.
Todos los indicios respaldan la hipótesis de un activo intervencionismo de la administración de Donald Trump en la operación del fraude de JOH, a través, de la CIA, la NED y la OEA.
El denominador común del fraude, la declaración del Estado de sitio en el país, la brutal represión a las manifestaciones callejeras y la masacre de hombres, mujeres y niños inocentes, en las plazas y avenidas de Tegucigalpa y otras ciudades de Honduras, en las últimas horas, es la delegación de observadores de la OEA que tiene como jefe a un fascista como Tuto Quiroga, ex presidente de Bolivia, la movilización del ejército y de las bases yanquis enclavadas en territorio Hondureño.
De buena fuente se conoció que el mando de las fuerzas navales de Honduras circuló una orden para movilizar las tropas con todos sus aprestos, con el objetivo supuesto de actuar para mantener el orden y la seguridad nacional, ante un eventual caos e inestabilidad en el país.
Hoy el pueblo hondureño ha sido despojado de la voluntad del voto y de su libre decisión. Con la intervención encubierta y abierta del Departamento de Estado se impone una tiranía en Honduras y se asesina impunemente a su pueblo.
El propósito fundamental de EE UU para mantener un régimen dictatorial y un Estado fallido y sumiso a sus intereses en Honduras, es establecer un dominio neocolonial absoluto de su territorio y riquezas, esclavizar su población, apuntalar el tutelaje de sus fuerzas armadas, ampliar las bases militares establecidas y construir otras.
El objetivo estratégico, aparte del saqueo del país, es convertir el territorio hondureño en un “portaviones”, desde el cual se expanda la influencia militar y se desarrollen operaciones cruciales de intervención en Mesoamérica, El Caribe y Suramérica.
La operación Honduras es una pieza primordial en los planes de injerencismo para derrocar el gobierno constitucional de Nicolás Maduro Moros, destruir la República Bolivariana de Venezuela y amenazar a los procesos de cambio en el continente; y pone en peligro la seguridad de los Estados independientes y la paz en la región.
La maquinaria mediática al servicio de la política de dominio global, y de la hegemonía yanqui en particular, ha hecho un silencio culpable de la crisis política y humanitaria en Honduras.
Un acto inmoral y repugnante porque en otros momentos adulteraron la realidad del proceso revolucionario venezolano y atacaron a la República Bolivariana de Venezuela con falsos argumentos.
Lo mismo ha sucedido con el Secretario General de la OEA Luis Almagro que demuestra estar al servicio de la Casa Blanca, ya que, no ha convocado a ninguna reunión del organismo frente a los graves y dolorosos acontecimientos que hoy sufre el pueblo hondureño, con el fraude grosero y la masacre que ha perpetrado la dictadura de Juan Orlando Hernández en Honduras.
Oscar Barrantes Rodríguez
Círculo Bolivariano Yamileth López (CBYLO)
Centro Popular Costarricense de Estudios Sociales (CPCES)
San José – Costa Rica
Diciembre 02 de 2017
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