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miércoles, junio 12, 2019

Nirza, una doctora cubana, se quedará para siempre en Bolivia

La grandeza de los médicos cubanos no tiene comparación porque es único. Salvar vidas es más que una vocación o profesión para ellos, porque el valor del ser humano está por encima de todo lo material. 

Tomado de CubaDebate
Se va a llamar Nirza, dijo Sara, la madre de la pequeña. De ahora en lo adelante crecerá con ese nombre, ratificó Fernando, el padre. Y de esta manera, ambos progenitores sellaron un pacto de gratitud con la persona que salvó del infortunio a esta familia boliviana.
El nombre es ajeno a su cultura y quizás ellos jamás lo habían escuchado. Pero no importa. Hay un mandamiento más fuerte que rompe cualquier dogma: el amor. Por eso decidieron que su hija más pequeña llevaría el nombre de la Dra cubana Nirza García Valdés, quien a partir de ahora también será su madrina.
Es una historia sencilla, quizás similar a otras que han escrito decenas, cientos… o quizás miles de médicos cubanos en otras partes del mundo. Sin embargo, en la espontaneidad de los hechos –responsabilidad y ética- radica su grandeza, al punto que estos llegan a trascender hasta convertirse en paradigma.

Se me moría… se me iba entre los dedos

“Fue tremendo, se me moría… se me iba entre los dedos. En la ambulancia yo iba tomando sus manos y le decía: Sarita resiste, pronto vas a estar bien y esto solo será un triste recuerdo, estaremos en tu casa celebrando con tu guagua (hija)”, recuerda la Dra Nirza García Valdés.
“Tuve que donar mi sangre para ella. Brazo a brazo, me la llevé en avión (para La Paz) muy mal…”, aseguró a La Época la Especialista de Primer Grado en Cirugía General y miembro de la Brigada Médica Cubana en Bolivia.
Nirza publicó en su perfil de Facebook que la paciente acudió al CSI de San Buenaventura (límite entre La Paz y Beni), con un diagnóstico de hemorragia digestiva alta masiva. Habían transcurrido 28 días desde el parto de su bebé.
El 13 de mayo, de emergencia, fue evacuada por aire a la ciudad de La Paz y luego de los estudios correspondientes se determinó la causa de la hemorragia: “aneurisma de la arteria pancreatoduodenal posterior, entidad en extremo difícil diagnóstico y muy baja incidencia”.
Para fortuna de Sara y su familia, el caso fue llevado a feliz término mediante el procedimiento angiotac y embolización con cianocrilato, lo que constituye el primero de este tipo resuelto en el Instituto de Gastroenterología Boliviano_ Japonés del Hospital de clínicas, en la referida urbe, según precisa la Dra García Valdés en su publicación.
Sara Ruth Arce Gutiérrez, fue intervenida por el Dr. Francisco Reyes, también médico cubano.
“Estoy muy agradecida con él y con la Dra Nirza y con todos los cubanos, que me han podido ayudar y salvar la vida. Doy gracias a Dios y a los médicos cubanos de San Buenaventura que han podido acompañarme hasta ponerme bien, porque ya estaba en un estado crítico, no sabía si iba a vivir realmente”, expresó Arce Gutiérrez.
Luego de duros días de tratamiento y recuperación, Sarita volvió a su pueblito de Buen Retiro, municipio de San Buenaventura, recuperada y curada, lista para abrazar a sus cinco hijos…, sobre todo a la pequeña bebé que dejó con menos de un mes al cuidado de su hijita de 13 años”, escribió la Dra García Valdés.

“Mi esposa lleva su sangre…”

“Agradecer más que todo a la Dra Nirza, que sacrificó hasta su sangre por mi familia”, expresó a través de un video Fernando Díaz Cejas, quien tiene cinco hijos con Sara.
“Bueno mi esposa lleva su sangre de la Dra.”, manifestó Díaz Cejas.
“Estoy feliz también por aceptar –Nirza- ser la segunda mamá de mi niña, por aceptar que es la mamá de mi niña. De ahora en lo adelante crecerá con ese nombre mi hija, y cada vez nos vea sentirá ese aprecio”, abundó el padre.
Asimismo, dijo sentirse muy satisfecho por la labor desplegada por “toda la misión cubana, que se esfuerza por las familias más necesitadas. Me siento muy feliz por tener a mi familia de nuevo, por ver a mis hijos sonreír al lado de mí”.
“Quiero decirle tantas cosas, al Dr. Santos, a todo el equipo cubano, porque sin ustedes mi esposa estaría muerta. Mi agradecimiento es infinito. En el corazón los tengo presentes. Que Dios los bendiga a todos ustedes”, concluyó.

Pocas veces como hoy me estremecí…

“Pocas veces como hoy me estremecí al ver entrar a la consulta de Cirugía del CSI de San Buenaventura a Sarita y su familia… ya recuperada”, manifestó la especialista, graduada de la Facultad Manuel Fajardo de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana (2014).
“Tratarla y salvarla fue uno de los mayores retos de mi corta carrera”, reveló.
“Vinieron todos a ver a su doctorita cubana, llenos de lágrimas en los ojos y un cúmulo de emociones… Y para mi sorpresa, la petición de ser la madrina de la bebé, a la que bautizarán con mi nombre. Se llamará Nirza, en agradecimiento a la labor de los médicos cubanos por estos rincones de Bolivia.
“Hoy -11 de junio- lloré mucho cuando vi la niña”, confesó Nirza, quien además aseguró en un comentario en la Red Social que en la Universidad asumió el compromiso de dar siempre lo mejor en beneficio de los enfermos y poner a Cuba en lo más alto.
“Eso intento todos los días… ser consecuente con aquel juramento”…, dijo.
“Gracias a ti Sarita por la gratitud y el amor… Adoraré a la Nircita boliviana, mi ahijada”, finalizó el mensaje.

Epílogo

Nirza, la Dra cubana –de Bayamo, provincia de Granma- quedará para siempre en esta tierra, multiplicada en cuerpo y alma… en el recuerdo de una familia y en el de los que conozcan esta historia. “A diario damos todo…, hasta nuestra sangre en beneficio de la vida de los más humildes”.
Y un día cuando Nirza -la boliviana- tenga que contar el significado de su nombre dirá que no proviene de la genealogía de sus ancestros ni aparece en catálogos de famosos. Y se sentirá orgullosa, porque sus padres lo tomaron de un alma bendita que le permitió conocer a su madre.
Dirá –quizás imaginando a un ser divino– que su nombre significa humanismo, altruismo y solidaridad: AMOR.

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